Un congresista responde a un artículo publicado en Jugo* en aras de un mejor debate sobre la vigente Ley de Moratoria de OVM

Edward Málaga-Trillo estudió Biología y Medicina en la Universidad Cayetano Heredia de Lima (UPCH). Realizó su doctorado en Microbiología e Inmunología en la Universidad de Miami y el Instituto Max Planck para Biología en Alemania, y se especializó en Genómica Evolutiva, Biología del Desarrollo y Neurobiología en instituciones de prestigio en Alemania, Escocia, Japón y EE.UU. Fue profesor en Neurobiología del Desarrollo en la Universidad de Konstanz, Alemania, y en 2015 regresó a la UPCH como profesor titular.
Durante la pandemia asesoró al gobierno peruano, desarrolló pruebas moleculares de COVID locales y en 2021 fue elegido congresista: su trabajo se enfoca en ciencia, salud, clima y cultura, promoviendo la colaboración internacional.
En al año 2020, reconocidos chefs peruanos fueron reclutados para convencernos de que los cultivos transgénicos dejarían a la gastronomía del Perú sin papa para la causa, ni limón para el cebiche. Desde que en 2011 se aprobó la Ley de Moratoria a los Organismos Vivos Modificados (OVM), los impulsores de esta norma han orquestado campañas de miedo y desinformación, muchas veces con discursos en defensa de causas nobles como la biodiversidad, el ambiente y la agricultura ancestral. Tratándose de un tema esencialmente científico, urge desideologizar la discusión y por eso abordaremos aquí algunos cuestionamientos a los transgénicos por medio de un examen objetivo de la evidencia.
“Los OVM son peligrosos para la salud y el ambiente”.
FALSO. Con base en rigurosas pruebas de toxicidad[1], tanto la Organización Mundial de la Salud como la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, la Academia Nacional de Ciencias de EE.UU. y otras reconocidas autoridades en la materia han concluido que los OVM son seguros para consumidores y agricultores[2][3][4]. De hecho, en el Perú y en más de 70 países ya se consumen alimentos con ingredientes transgénicos sin perjuicio para la salud. Sí, estimado lector: según la Asociación Peruana de Consumidores y Usuarios (ASPEC)[5], muchos productos que usted consume regularmente, como harinas, cereales, chocolates, gaseosas, pan, galletas, tamales —y hasta alimentos para bebés y mascotas— contienen ingredientes modificados genéticamente. Es más, gran parte del pollo que comemos y hasta el pavo de Navidad son alimentados con maíz transgénico. Así que si de algo debemos cuidarnos es de preservantes, grasas y azúcares, no de los OVM.
Por otro lado, los cultivos con OVM resistentes a plagas reducen el uso de agroquímicos, y esto es un beneficio directo para agricultores y consumidores. Recordemos que recientemente, el Servicio Nacional de Sanidad Agraria del Perú (SENASA) ha vuelto a advertir que las frutas y verduras en todo el país están contaminadas con niveles tóxicos de pesticidas y otros compuestos[6]. Cebolla, maíz, palta, tomate, ají, zapallo, fresas, arándanos, limones y prácticamente todo lo que comemos del campo, está impregnado de químicos con potenciales efectos carcinogénicos, neurotóxicos y sistémicos.Así, lejos de ser un problema para la salud y el ambiente, los transgénicos pueden ser parte de la solución. En un país megaorgulloso de su gastronomía, ¿cuántos restaurantes pueden garantizar ingredientes libres de pesticidas?
“Los OVM contaminan los cultivos nativos y reducen la biodiversidad”.
FALSO. La polinización cruzada puede, en efecto, transferir genes de una planta a otra, pero es un fenómeno natural que produce diversidad genética en muchos cultivos, silvestres y transgénicos por igual. Esta mezcla natural de genes puede resultar desventajosa para cultivos como el maíz, pero beneficiosa para otros, como la papa. Y para evitar mezclas de variedades no deseadas, hace miles de años que los agricultores desarrollaron estrategias como barreras físicas, separación de parcelas y siembra en distintos tiempos. Hoy estas técnicas también se aplican del mismo modo con cultivos transgénicos. Pero incluso si un maíz transgénico “contaminase” una variedad nativa, lo único que le transmitiría sería una característica beneficiosa, como resistencia a plagas o tolerancia a sequías. ¿Cuál es entonces el problema con eso? Difícilmente un agricultor rechazaría una mejora que le ayude a reducir pérdidas. Finalmente, nuestros cultivos originarios no corren riesgo de extinguirse porque son preservados activamente en bancos de semillas y germoplasma.
Otro argumento frecuente y falaz es que los transgénicos promueven monocultivos y deforestación. La pérdida de biodiversidad se da, pero no es consecuencia de los OVM, sino de malas prácticas y la expansión descontrolada de la frontera agrícola. En el Perú ya se han destruido millones de hectáreas de bosques primarios por la tala ilegal y la siembra de cultivos no transgénicos como caña de azúcar, palma aceitera y hoja de coca. El problema no son los OVM, sino la falta de políticas públicas que promuevan una agricultura racional y sostenible.
«Los OVM perjudican al agricultor y benefician solo a las grandes empresas».
FALSO. Los principales beneficiados por los transgénicos son los pequeños agricultores. En Brasil, Argentina, Uruguay, Colombia, e incluso Bolivia, los agricultores han visto mejoras en su productividad gracias a cultivos transgénicos resistentes a plagas, sequía y enfermedades[7]. Menos pérdidas, menos gastos en pesticidas y fertilizantes, mayor rendimiento y, por lo tanto, más ingresos. En segundo lugar, los OVM benefician a los consumidores al proporcionarles alimentos de mejor calidad, valor nutritivo, durabilidad e inocuidad.
También se afirma falsamente que los OVM generan la dependencia de grandes corporaciones. Aunque las empresas que desarrollan semillas transgénicas patentan sus procesos —no las semillas—, las leyes de propiedad intelectual permiten a los agricultores guardar y replantar estas semillas, siempre y cuando no las comercialicen. Además, el mercado de semillas ya no está dominado sólo por grandes corporaciones. Hoy, universidades, centros de investigación y empresas biotecnológicas emergentes desarrollan nuevos métodos OVM, ampliando así las opciones para los agricultores.
«Perú es un país libre de transgénicos».
FALSO. Como mencionamos líneas arriba, la actual moratoria no ha impedido el ingreso de transgénicos al país2,. Es más, el presidente de ASPEC ha enfatizado que ”los alimentos transgénicos están en las estanterías de los mercados y bodegas, pero nadie nos informa”[8]. Muchos desconocen que el Perú importa enormes cantidades de maíz y soya transgénica para alimentar a pollos, cerdos y vacas destinados al consumo humano. Más aún, la moratoria tampoco ha evitado que en Piura y otras regiones los agricultores siembren y propaguen híbridos de maíz transgénico de manera clandestina e indiscriminada[9]. Esto, además de demostrar que la ley no se está cumpliendo, desmiente el mito de que las semillas transgénicas son estériles y que los agricultores quedan “atrapados” en un sistema de dependencia.
En suma, el rechazo a los OVM es infundado e irracional. Se basa en propaganda que apela a estudios dudosos y medias verdades, al engaño y la tergiversación. Es normal que la gente desconfíe de lo que no entiende, pero sin biotecnología no tendríamos antibióticos, vacunas, biocombustibles ni tratamientos contra el cáncer. La ingeniería genética es una herramienta poderosa, y si la abrazamos, podremos mejorar cultivos nativos sin alterar sus características esenciales. Imaginen un tarwi sin sabor amargo, café resistente a la roya, bananos inmunes al fusarium, cacao con menos cadmio, papas resistentes a la rancha. Todo esto es posible con biotecnología.
La actual moratoria es insostenible. No podemos seguir privando a nuestros agricultores más vulnerables de una tecnología clave para la seguridad alimentaria y el desarrollo agrícola, solo porque a algunos les conviene sembrar miedo. Es hora de tomar decisiones basadas en ciencia y no en ideología.
(*) Artículo de Anna Zucchetti del 17.2.2025:
Otro artículo de Anna Zucchetti sobre el tema: https://jugo.pe/transgenicos-si-o-no/
[1] Algunos ejemplos: https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0278691508000884?via%3Dihub, https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0278691504000547?via%3Dihub, https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0278691503002370?via%3Dihub
[2] https://www.who.int/news-room/questions-and-answers/item/FAQ-genetically-modified-foods,
[3] https://www.efsa.europa.eu/en/efsajournal/pub/2150
[4] https://nap.nationalacademies.org/catalog/23395/genetically-engineered-crops-experiences-and-prospects
[5] https://archivo.gestion.pe/noticia/743319/aspec-peru-ya-estamos-comiendo-transgenicos
[6]https://www.infobae.com/peru/2024/11/28/senasa-identifica-las-frutas-y-verduras-con-contaminantes-quimicos-de-lima-y-regiones-esta-la-lista/
[7] https://chilebio.cl/situacion-global-2019-transgenicos/
[8] https://agraria.pe/noticias/aspec-presento-primera-lista-de-productos-que-contienen-tran-2461
[9] https://agraria.pe/noticias/91-de-los-93-campos-con-ovm-descubiertos-en-el-pais-se-ubica-20420