Tres libros para pensar el Perú


Del pragmatismo económico de Leguía a la biografía más reveladora de Haya de la Torre, nuestro país se desnuda en la FIL


Este año, durante el que se conmemora el Bicentenario de las Batallas de Junín y Ayacucho, he participado en la Feria Internacional del Libro de Lima con aún más dedicación que en ediciones previas. Han sido publicados dos libros míos, uno con diez ensayos para pensar en la independencia peruana y, el otro, una compilación que dirigí y que incluye diez ensayos adicionales para pensar en el fin del ciclo revolucionario desde dentro y fuera del Perú. Además, he comentado varios libros en otros eventos de la FIL y asistido a muchas presentaciones.

La intensidad de mis actividades en el campo ferial ameritaba que estos días me facilitaran una credencial y, casi casi, establecer un campamento en el recinto. Pero debo confesar que pocas cosas me ponen tan contenta como ver a tanta gente de toda edad mirar libros, hablar de libros, pensar en libros. La FIL colma de ilusión: caminar por sus pasillos rebosantes y encontrarme con los lectores y lectoras me proporciona una increíble inyección de alegría. Me recuerda que no todo está perdido si, entre tantas calamidades, todavía podemos gozar de este espacio para pensar y conversar.

Este 2024 la feria se prolonga hasta el martes 6 de agosto, día en que se celebran precisamente los doscientos años de la Batalla de Junín. Así que, si ustedes aún no han podido asistir a la FIL, los invito a que aprovechen para hacerlo en estas fechas restantes, porque las ofertas y descuentos serán aún mayores y los libros que han sido lanzados este año realmente prometen. Entre ellos, quiero recomendar tres que, me parece, ayudan a reflexionar sobre el Perú y cómo nos hemos convertido en el país que somos.

Los años de Leguía (1919-1930) de Paulo Drinot (Colección Historias Mínimas del Instituto de Estudios Peruanos) es realmente lectura obligada, ya que nos describe un periodo que fue largo y formativo y lo hace de una manera clara y didáctica. Nos ayuda a entender además cómo Augusto B. Leguía logró hacerse con el poder en 1919 y conservarlo hasta 1929. Nos recuerda que él ya había sido presidente en 1908 y que, si bien comenzó actuando en representación de los civilistas, fue el propio Leguía quien terminaría con ellos al establecer la que llamó la “Patria Nueva”.

Drinot nos muestra las luces y sombras de ese tiempo en el que el Perú transitó del siglo XIX al XX, y también cómo Leguía se presentó como el presidente-mánager que se centraría en la economía. Fueron años de crecimiento y expansión, principalmente debido a la diversificación de las exportaciones, que continuaron en ascenso tras el repunte de la I Guerra Mundial. Los Estados Unidos se convirtieron en el socio principal de su régimen y por unos buenos años este panorama permitió un tremendo auge económico. Su final, sin embargo, resultó estrepitoso, justamente porque una vez que la economía estadounidense colapsó, el Perú se quedó sin muchas opciones: la caída del régimen coincidió con el de la bolsa de valores y la Crisis de 1929.

Pero las innovaciones que trajo consigo Leguía no fueron pocas, como una nueva Constitución, la de 1920, que remató el legado del siglo XIX. Mientras, los intentos por resolver las cuestiones fronterizas y de afianzar la peruanidad con las celebraciones del Centenario en 1921 y 1924 fueron acompañados de un indigenismo vertical practicado desde el Estado. Durante su Oncenio se intentó además llevar a cabo un proceso de regionalización mediante la realización de congresos varios en el norte, el centro y el sur que, si bien no lograron gran cosa y quizá tampoco pretendieron en el fondo alcanzar una regionalización real, supusieron un experimento novedoso para pensar el país fuera de Lima.

Los años 20 del siglo XX se caracterizaron por ser un tiempo de cambio durante el que surgirían nuevos movimientos sociales. Uno de ellos, quizás el que más repercusión cosechó, fue el Partido Aprista Peruano, fundado (supuestamente) en 1924 por Víctor Raúl Haya de la Torre. En la FIL pueden encontrar una atractiva biografía del líder aprista con título de película de Indiana Jones (Haya de la Torre y la búsqueda del poder), escrita muy rigurosamente por Iñigo García Bryce y publicada por Penguin, y que abre una perspectiva genuinamente nueva sobre este personaje tan influyente en la historia peruana.

García Bryce nos revela muchos detalles de los que no se suele hablar cuando se escribe sobre Haya de la Torre, incluyendo su muy silenciada homosexualidad. Basado en un minucioso trabajo de archivo y de historia oral, este documentado libro nos revela cómo el carismático dirigente fundó el APRA, así como también “bailó marinera” con los Estados Unidos, acercándose y alejándose en alternancia del abrazo gringo al definirse al mismo tiempo como anticomunista y antiimperialista.

Sin duda uno de los aportes más interesantes de esta candente biografía es el del conflicto que Haya de la Torre sostuvo con Magda Portal al negarles el voto a las mujeres. No se trata solo de que el APRA no luchara por el sufragio femenino a nivel nacional, sino que tampoco permitió la implementación de dicho sistema dentro del propio partido. El argumento esgrimido fue que, si solo votaban las mujeres que sabían leer y escribir (por tanto, principalmente, las pertenecientes a la elite social), sus votos no serían para el APRA. Pero, en el fondo del asunto, subyacía el temor del caudillo aprista a la popularidad de Portal, la cual en ese tiempo era quizás la única persona que podía haber competido con él. Y fue por eso que Haya no permitió siquiera que las mujeres fueran miembros del partido.

El tercer libro que les recomiendo encarecidamente es “Nosotros también somos peruanos” – La marginación en el Perú. Siglos XVI a XXI, con edición de Claudia Rosas Lauro y publicado por el Jurado Nacional de Elecciones y la PUCP. Se trata de una reedición de dieciséis ensayos que nos ayudan a meditar sobre cómo la discriminación ha sido una constante en la historia del Perú, desde la llegada de los españoles hasta ahora.

Los ensayos, que combinan detalladas visiones sobre la colonia, la república y la actualidad, nos recuerdan cuánto nos falta todavía para que nuestro país sea realmente inclusivo. Esta mirada en el tiempo y en el espacio nos interpela, pues nos hace pensar en cómo hemos logrado llegar hasta aquí, lamentablemente a remolque de una muy larga trayectoria de exclusión debido al origen étnico, social, de género y de identidad sexual, así como en todas las maneras que hemos encontrado para que estas diferencias impliquen que unos ciudadanos cuenten con menos derechos que otros. Solo al entender cómo se ha dado esta exclusión, podremos combatirla con eficiencia.

Hay muchas más novedades librescas en la Feria, así que aprovechen estos últimos días ¡y por favor no dejen de leer!


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1 comentario

  1. Francis V.

    no sabía que la homosexualidad, o la vida privada, de Haya de la Torre era tan relevante para mencionarse en una reseña de tan pocas lineas (o abordarse en un libro), considerando la amplísima trayectoria y múltiples facetas de un personaje tan rico, que marcó gran parte o casi todo el s. XX en el Perú.

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