10 películas recientes para volver a sentir miedo en la Noche de Brujas.
Escoger películas de terror ya no resulta tan sencillo como antes. Si uno le dedica suficiente tiempo a maratonear el género, muy pronto acaba por acostumbrarse a los monstruos, a la sangre y a los gritos: eso que llaman «perder la sensibilidad». Después, a la incapacidad para asustarse, se le suma otra condición más grave: aquella que impide siquiera asombrarse por los giros de la trama o interesarse por el misterio detrás de la premisa inicial. Las fórmulas repetidas acaban por volver predecible el gran grueso de películas que uno elige, y entonces sucede que el cine de terror se convierte en un lugar feliz y conocido, tal cual lo sería un capítulo al azar de Friends o The Office. Uno ya anticipa más o menos lo que va a pasar y a esa experiencia se entrega, sin mayor suspenso ni temor, como si pidiera ese plato de la carta que ya sabe que le gusta. Quizás no sea tan mala noticia, pero a veces sí que reviven las ganas de volver a enfrentarse a lo desconocido, a las imágenes e historias que aterran de verdad, o a las que al menos mueven cierto nervio, medio dormido, que ojalá todavía no se haya muerto.
A propósito de octubre, salieron hace poco dos listas bastante interesantes que repiten la misma pregunta: ¿cuál es la mejor película de terror de todos los tiempos? Los críticos de Variety colocaron en la cima a La masacare de Texas (1974) y los de Indiewire lo hicieron con Posesión (1981). Si me hubieran preguntado, yo le daba la corona a esta última. Pero a mí probablemente nunca nadie me va a preguntar nada. Razón suficiente para aprovechar este espacio y plantear una cuestión un poco menos antipática. No cuál es la mejor. No cuáles son mis favoritas. Sencillamente: diez películas de terror de esta década que yo recomendaría a un buen amigo. Las enlisto a continuación sin otro orden que el cronológico.
HISTORIA DE LO OCULTO
(Cristian Ponce – Argentina, 2020)
Su presupuesto es evidentemente bajo, pero aquello, lejos de restarle, la catapulta como una propuesta atrevida e ingeniosa donde conviven los aquelarres, las conspiraciones, el thriller político y una dosis importante de plantas alucinógenas. Saca mejor provecho del formato de TV en vivo que la gringa Late Night with the Devil (2023) y sin duda es más interesante que su compatriota Cuando acecha la maldad (2023).
MAD GOD
(Phil Tippett – Estados Unidos, 2021)
Un descenso al infierno más sádico, viscoso y vomitivo, de la mano de un crisol de técnicas audiovisuales que van desde el stopmotion hasta la animación en 3D, pasando por secuencias con actores de carne y hueso. Aconsejo no mirarla mientras se come —ni siquiera canchita—, pues el volumen de fluidos corporales que salpica la pantalla alcanza para llenar el Estadio Nacional.
THE SADNESS
(Rob Jabbaz – China, 2021)
La más cruel de esta lista. Una película de zombies en la que los zombies son personas gobernadas por impulsos violentos y sexuales irreprimibles. Matan, tortutan y violan en manada a todo aquel que se les cruce en el camino, con humor suficiente para que mirar esta cinta, además de difícil para el ojo, sea también relativamente divertido. Un siguiente nivel para quienes disfrutaron de Tren a Busán (2016).
THE INNOCENTS
(Eskil Vogt – Noruega, 2021)
El coguionista de todas las ficciones de Joachim Trier (Reprise; Oslo, 31 de agosto; La peor persona del mundo, entre otras) prueba con el terror en este segundo largometraje propio. Su experiencia fuera del género da como resultado una película profundamente humana que explora la crueldad de los niños; en este caso, agudizada por el descubrimiento de ciertas habilidades sobrenaturales.
BARBARIAN
(Zach Cregger – Estados Unidos, 2022)
Una cinta que abraza la misión de entretener y que, en cierta medida, es apta para casi todo el mundo. Trae de vuelta al Justin Long que acostumbramos encontrar en comedias juveniles y lo posiciona como antihéroe irritante: un tipo rico que ha comprado una casa vieja como inversión inmobiliaria, gentrificando el barrio pobre donde se ubica. No sospecha, por supuesto, que en el sótano sobreviven los horrores de tiempos pasados.
SKINAMARINK
(Kyle Edward Ball – Canadá, 2022)
Exige compromiso y un café cargado antes de verla, pero prometo que paga con creces. Retoma elementos de Poltergeist (1982) y de Actividad paranormal (2007), y los propulsa con ayuda de un diseño de sonido enloquecedor y una imagen tan granulada que casi provoca alucinaciones. Si uno de verdad quiere asustarse, esta es la película.
STRANGE DARLING
(J. T. Mollner – Estados Unidos, 2023)
Apuesta original que refresca las historias de asesinos en serie gracias a un juego de estructura que también desafía los roles de género tradicionales del terror. Difícil hablar de ella sin caer en el spoiler, pero vale mencionar que hace un uso genial de la figura del narrador poco fiable. No contenta con eso, regala planos y secuencias que inevitablemente hacen a uno decir: «en efecto, es cine».
EXHUMA
(Jang Jae-hyun – Corea del Sur, 2024)
Si acaso The Wailing (2016) se metió en la lista de las mejores películas de terror de la década pasada, esta le sigue los pasos con una mezcla muy similar de horror folclórico e investigación detectivesca. A la olla también se meten las heridas de la ocupación japonesa de Corea y una impresionante aparición en pantalla del «monstruo»: golpe directo a las nuevas tendencias que insisten en la sutileza, la sugerencia y el avistamiento parcial, ya para mí insufribles.
LONGLEGS
(Oz Perkins – Estados Unidos, 2024)
Para quienes tenemos una debilidad por Nicholas Cage, la película cumple con colocarlo en la pantalla así como nos gusta verlo: hecho un loco desatado; esta vez, encarnando a un antagonista que perturba tanto por su violencia como por su reverso frágil y dañado. La presencia del mal y una protagonista trastornada por causas oscuras ubican a la cinta muy cerca del universo de la primera temporada de True Detective, que a quién no le gustó.
THE SUBSTANCE
(Coralie Fargaet – Estados Unidos, Francia y Reino Unido, 2024)
No es la película perfecta, pero sin duda es uno de los más importanes estrenos comerciales que hemos tenido este año en la cartelera peruana, donde parece que va a quedarse muchas semanas más. Una cinta que va transformando sus reglas, sus estéticas y sus protagonistas a medida que su horror corporal y su distopía —incómodamente realista— nos van conduciendo hacia el delirio. No vale perdérsela.
*Exhorto a los lectores a renegar de esta selección y a dejar en los comentarios aquellas películas de esta década que recomendarían. Nada mejor para la Noche de Brujas que descubrir terrores nuevos.
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