Del río Mayo en Moyobamba, al desierto californiano de Coachella
A comienzos de los años 2000 surgió en Lima una banda llamada Bareto, que se dio a conocer por sus versiones modernas de clásicos de la cumbia amazónica. En poco tiempo pasaron de tocar en pequeños locales a aparecer en la televisión nacional. Una tarde, viendo la tele con mi madre, los reconocimos en la pantalla. Ella, que nació y creció en la amazonía peruana, frunció el ceño al ver a un grupo de jóvenes limeños, de clase media urbana, interpretando la música de su tierra. “Esa era la música que bailaba de niña”, atinó a decir. ¿Cómo era posible que los ritmos de su infancia ahora fueran considerados cool?
Ese momento nos abrió las puertas para conversar sobre su vida en la selva peruana. Recordó cómo, durante las celebraciones de San Juan —la fiesta más importante de la Amazonía—, los llevaban de niños al río para almorzar un juane envuelto en hojas de bijao. La música constante era la de las “pandillas”. No se confunda, estimada lectora o lector, que en la amazonía con esta palabra se refieren a las comparsas musicales con tambores y flautas autóctonas de la región que tocan ritmos muy vívidos e hipnóticos. Ya desde los años 70, los sonidos amazónicos comenzaron a fusionarse con guitarras eléctricas y sintetizadores, dando origen a la cumbia psicodélica, un género liderado por grupos pioneros como Los Mirlos, Juaneco y su Combo, y Los Wembler’s de Iquitos. Mi madre también bailaba su música.
En la costa peruana, sin embargo, esta música era mirada con desdén. Se asociaba con la migración provinciana o con la cultura popular de las periferias urbanas. A pesar de su energía contagiosa y originalidad, le tomó décadas ingresar al canon del gusto popular nacional. Hoy, la cumbia en todas sus formas —andina, amazónica, costeña— es probablemente el género más escuchado en el Perú, como lo demuestran las multitudes que convocan el Grupo 5 o Corazón Serrano.
La cumbia amazónica, en particular, no solo nos hace bailar: nos cuenta historias. Sus letras evocan los paisajes y mitos de la selva, incorporan sonidos de aves, hablan de anacondas, de bebidas ceremoniales como el masato y la ayahuasca, o de grandes procesos históricos como la expropiación del caucho o del petróleo. Aunque adaptada de la cumbia colombiana, la versión nacida en la Amazonía peruana tiene una identidad única, tal vez tan psicoactiva como las visiones chamánicas que algunos asocian con la selva misma.
Esta parte del país, que representa el 60 % del territorio peruano, sigue siendo la menos densamente poblada y una de las más vulnerables al cambio climático, y se expresa con fuerza a través de su música. Recuerdo la emoción que sentí al ver a Los Wembler’s en un concierto en Filadelfia: en el escenario no solo había guitarras, había selva.
Por eso, la noticia de que este año Los Mirlos, banda con inicios en Moyobamba y trayectoria en Lima, se hayan convertido en la primera banda peruana invitada a tocar en Coachella —uno de los festivales musicales más influyentes del planeta, junto a Lady Gaga y Ca7RIEL & Paco Amoroso— se siente como todo un acontecimiento. Tal vez no sea tan imparcial al decirlo, pero considero que la cumbia psicodélica ha sido uno de los aportes más innovadores de la música latinoamericana de las últimas décadas.
Hoy, no solo debemos bailar con ellos. Es momento de reconocer que su música representa una celebración de la riqueza cultural amazónica, pero también un llamado a mirar hacia una región que ha estado históricamente postergada. Precisamente por eso, prestemos atención a las denuncias de organizaciones indígenas amazónicas que ahora nos advierten que el gobierno peruano los estaría tratando de marginar del Censo 2025, así como la recientemente aprobada Ley 32293 que vulneraría la propiedad comunal de comunidades rurales.
Para que la Amazonía nos siga ofreciendo su ritmo, saberes y biodiversidad, apoyemos su preservación y derechos.
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Orgulloso de ser Peruano, LOS MIRLOS…la leyenda hecha canción…Jorge Rodríguez y los muchachos abren la puerta del éxito por la calidad de personas…dudo que otra agrupación peruana pise tremendo escenario…dudo, porque primero hay que ser buena persona…Gracias Mirlos del Mundo….