LOS GUARDIANES DEL AGUAJAL 


¿Había usted escuchado hablar del Abanico del Pastaza?


En el noreste del Perú, en el corazón de la región Loreto, una inmensa red de ríos y riachuelos teje un paisaje negruzco y argénteo hecho de humedales: el Abanico del Pastaza. Este extenso territorio de unas 3.8 millones de hectáreas, más grande que Ecuador y casi del tamaño de Paraguay, es una enorme planicie de pantanos abiertos, bosques inundados y bosques estacionalmente anegados que atesora una de las mayores riquezas de biodiversidad del planeta. Aquí habitan especies emblemáticas y dignas de cuentos infantiles, como el otorongo, el delfín rosado, el mono nocturno, además de poblaciones amenazadas como el paiche, y especies vulnerables como el manatí y la sachavaca. También reside el mayor número de especies de primates neotropicales, monos arborícolas que, como toda la flora y fauna de la zona, han desarrollado estrategias de sobrevivencia en estos territorios inundados e inundables: ante la presencia del agua, usan el dosel de los árboles como casa y fuente de alimentos. 

Los serpenteantes y sinuosos ríos Chambira y Tigrillos son los principales artífices de este mágico paisaje: con sus aguas negras y acídulas han contribuido desde milenios a la formación de turberas, un proceso lento en el cual se acumulan estratos sobre estratos —como un húmedo pastel milhojas— de materia vegetal (troncos, raíces, ramas, follaje) en proceso de descomposición. Es este uno de los más grandes almacenes de carbono de nuestra selva. Por ello, este paisaje inundado rico en materia orgánica está cobrando —recientemente— una impensable notoriedad, pues, si se echara a perder, se liberaría una gran cantidad de carbono a la atmósfera y se romperían los delicados equilibrios climáticos del planeta.

La reina indiscutible de este paisaje es una majestuosa palmera, la Mauritia flexuosa, cuyo fruto —el aguaje— es alimento de la fauna silvestre, pero también de los pueblos indígenas que allí habitan: los urarinas. Al igual que la flora y fauna que comparte su ambiente natural, los urarinas han desarrollado a lo largo de siglos una convivencia imbricada con los ecosistemas inundados, aprendiendo a cuidarlos y aprovecharlos. De los aguajales, por ejemplo, aprovechan todos sus componentes: sus frutos como alimento, su fibra para tejidos, sus hojas para construir caminos para la caza y la recolección. Así, estas poblaciones atesoran una sabiduría ancestral nacida de la convivencia con los humedales y sus palmeras.

Las mujeres urarinas, por ejemplo, son las únicas indígenas amazónicas que utilizan un telar de cintura para tejer vestimentas con las fibras del aguaje, una probable herencia de poblaciones indígenas cercanas —los jíbaros y los candoas— quienes, a su vez, la adoptaron del intercambio con los antiguos pueblos mochica y chimú. La enseñanza de la fabricación de las fibras, del uso del telar y de la elaboración de tintes es un rito de pasaje en la cultura urarina, que marca la transición de las niñas de la pubertad a la edad adulta. 

En la cosmovisión de los urarinas, los aguajales y turberas se encuentran resguardados por la presencia de espíritus que los humanos temen y respetan. A pesar de ello, existen fuertes amenazas a las poblaciones y sus ecosistemas por parte de proyectos de infraestructura (carreteras y redes eléctricas) y de la industria petrolera, que ya ha impactado no solo con sus derrames de crudo sino también con su perturbación económica y social, como por ejemplo la monetización de los intercambios.

Esta información, profusamente sustentada con datos científicos, se puede encontrar en la investigación que, con el nuevo año, el Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP) regala a los peruanos[1]Donde habitan los neba: naturaleza, cultura e impactos ambientales en los territorios del pueblo urarina es el resumen de más de una década de investigaciones de un equipo multidisciplinario de geógrafos, ecólogos, antropólogos, entre otros profesionales, liderado por el IIAP y en colaboración con las comunidades indígenas, la Federación de Pueblos Indígenas Urarinas del Río Chambira (FEPIURCHA), la Federación de Indígenas Urarinas del Río Chambira (FEIURCHA) y la Escuela de Geografía de la Universidad de St. Andrews en Escocia.

El documento presenta una reseña de un mundo mágico que todos los peruanos debemos conocer y comprender. Una reseña sobre un territorio frágil expuesto a enormes amenazas, que también plantea preguntas cruciales sobre cómo protegerlo y conservarlo. ¿Es suficiente el reconocimiento oficial del tejido urarina como Patrimonio Cultural de la Nación (2019) para proteger a esta cultura amenazada? ¿A qué riesgos nos enfrentamos al integrar al mercado —y por ende al monetizar— este legado cultural? ¿Son los bionegocios compatibles con la visión y cultura de las poblaciones indígenas? ¿Cómo proteger y dar valor económico al bosque sin despojarlos de sus valores culturales?

Donde habitan los neba es un valioso regalo del IIAP y sus socios, que se expresa en las palabras de su director de investigaciones, Manuel Martín Brañas”Regalaría esta investigación a los peruanos porque introduce la esperanza de que no todo está perdido y de que todavía hay pueblos en la Amazonía que siguen manteniendo ese dialogo con los bosques que los rodean. (…). Nuestra investigación ayuda a mirar de manera integral a los bosques, que no son otra cosa que paisajes bioculturales donde todo se interrelaciona. En tiempos de cambio climático, es importante saber que no todo se ha perdido y que todavía podemos trabajar para impedir que este vínculo especial con los ecosistemas desaparezca”.

Postdada: Quiero agradecer a Carmen García, Juan José Bellido y Manolo Martín del IIAP por proporcionar la información para este artículo. 


[1] ¿Qué investigación regalaría a los peruanos por Año Nuevo? Esa fue mi pregunta a algunos líderes del mundo de la ciencia en el Perú. Hoy, emulando la entrega de dones de los Reyes Magos, propongo hacer una reseña de una serie de investigaciones científicas hechas por peruanos en el año 2023, que merecen ser conocidas más allá de los círculos académicos.


¡Suscríbete a Jugo y espía EN VIVO cómo se tramó este artículo! Nuestros suscriptores pueden entrar por Zoom a nuestras nutritivas —y divertidas— reuniones editoriales. Suscríbete haciendo clic en el botón de abajo.


1 comentario

  1. Gran texto. Sobre producción científica que considero relevante en 2023, puedo señalar a mi artículo sobre FEN denominado «Building national disaster resilience: assessment of ENSO-driven disasters in Peru», se publicó en el International Journal of Disaster Resilience in the Built Environment, por Emerald. También este de aquí sobre gestión contractual «Seeking the Optimisation of Public Infrastructure Procurement with NEC4 ECC: A Peruvian Case Study», el cual ha generado un interés de consultoras globales y del ejecutivo, hemos sostenido reuniones más que productivas hace poco.
    ¡Espero sea de aporte!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Volver arriba