Un Yohn en cada municipio


Nuestras ciudades necesitan autoridades que siembren árboles (y vecinos que peleen por ello)


Yohn se define a sí mismo como un apasionado de las plantas. Tiene una cuenta de Tik Tok con más de 144 mil seguidores donde demuestra esta pasión en videos en los que se dedica a rescatar plantas y árboles por la ciudad. Yohn es un carismático jardinero que, camino a su trabajo, se dedica a darle mantenimiento a plantas y árboles abandonados que va encontrando en bermas centrales y veredas. Los limpia, los riega, les consigue abono, y documenta todo para sus redes sociales, donde podemos ver el antes y el después. 

La cuenta de Yohn es una de mis favoritas, pero luego de ver sus videos siempre me quedan algunas preguntas rondando: ¿por qué tiene él que dedicarse a esta labor?, ¿no es un deber del municipio cuidar esos árboles y plantas?, ¿no hay vecinos cerca que puedan dar una mano? Nada de lo que hace Yohn es magia o una actividad de alta complejidad. Lo único que se requiere es ganas de mejorar el entorno, agua y un poco de tiempo. 

La semana pasada nuestra querida Anna Zucchetti —juguera de los lunes— nos dio diez razones científicas para cuidar a los algarrobos piuranos, que aplican también a los demás árboles en nuestras ciudades. Aquí se los resumo: su sombra puede reducir considerablemente el calor de una calle, tienen efectos positivos para nuestra salud emocional y física, sustentan la biodiversidad, almacenan carbono, ayudan a regular el ciclo del agua, ayudan a innumerables servicios ecosistémicos, entre otros. Incluso si no conocemos la ciencia detrás, hay dos razones que todos hemos experimentado: una calle con árboles y plantas es más fresca y se ve más bonita.

Conociendo todo esto, ¿por qué no hay un Yohn en cada municipio o en cada barrio de nuestras ciudades?

En las campañas municipales siempre escuchamos cuántas motos para la seguridad ciudadana o cámaras de videovigilancia se quieren adquirir en el primer año (aunque, como vemos, del dicho al hecho suele haber mucho trecho). ¿Por qué no escuchamos lo mismo respecto a cuántos árboles se quiere plantar, dónde, de qué tipo? Los temas ambientales suelen ser ignorados o vistos como un “plus” en la campaña, no se les consideran parte esencial de la propuesta política. ¿No deberían serlo?  Estamos hablando de acciones que impactarán directamente en el día a día de las personas, su calidad de vida y su salud. Y en tiempos de crisis climática, enfriar nuestras calles no solo es una acción política importante, sino que puede ayudar a salvar muchas vidas. 

Pero la gente no se lo reclama a sus candidatos, y cuando estos llegan a la alcaldía siguen sin entender su importancia. No solo no tienen una actitud proactiva en la siembra de verde, sino que siguen pretendiendo “remodelar” plazas talando y dejando sin sombras el lugar, o tienen una actitud indiferente frente a constructoras que se bajan árboles para facilitar la construcción de edificios

Nuestra culpa no es solo como malos electores, sino también como malos vecinos. Pensemos en nuestro día a día. Cuántas veces pasamos por una vereda calurosa donde podría haber un árbol facilitándonos la vida, o peor, cuántas veces vemos un espacio que fue reservado para uno y donde hoy solo hay una rama raquítica, basura o mala hierba. Qué hacemos frente a ello, ¿llamamos a quejarnos al municipio para que cumplan con su trabajo, tomamos acciones por nuestras propias manos… o seguimos caminando como si el problema fuese de otro? 

¿Hasta cuándo dejaremos estas tareas solo en manos de algunos pocos entusiastas, como Yohn?


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