La capital peruana cumple 490 años con la amenaza de ser envenenada
Lima, la veterana capital peruana, ha cumplido 490 años. En la escala de nuestras vidas humanas, la imagino como una tatarabuela vieja, sabia y arrugada. Pero, en la escala de la historia urbana, es aún una adolescente alborotada. Roma, por ejemplo, se fundó hace unos 2,778 años a orillas del río Tíber. Londinium, hoy Londres, comenzó su historia oficial junto al río Támesis hacia el año 43 D.C.: soplará pronto unas 1,892 velitas. Nueva York, por su parte, es nuestra hermana menor: fundada en 1626 por colonos holandeses que compraron la isla de Manhattan sobre el río Muhheakantuck —ahora Hudson— a los indígenas lenape, celebrará en 2026 su cuarto centenario.
En 1535, los conquistadores españoles entendieron el valor estratégico de un puerto sobre el Pacífico, usurparon las tierras del curaca Taulichusco y fundaron oficialmente nuestra Ciudad de los Reyes. Sin embargo, no lograron cambiar el nombre quechua de la ciudad, Rímac o Limac, en honor al río hablador, recordándonos que la vida de las grandes ciudades siempre depende de las limpias aguas de un río.
Hoy, maltratado por siglos de expoliación, el río hablador lanza su último grito de auxilio. Otra usurpación está en camino, pero esta vez el nuevo enemigo lleva un nombre de divinidad griega. Ariana es el nombre del más reciente proyecto minero que pretende extraer cobre y zinc de las ricas tierras de la provincia de Yauli, Junín. No habría mucho que comentar si no fuera que estas tierras forman parte del sistema hídrico de Marcapomacocha, un conjunto de 48 lagunas y represas que, a través del transvase del río Mantaro, alimentan las fuentes de agua de 11 millones de habitantes de Lima y Callao. Pues, si no lo sabías, entre el 60 y 70 % del agua que sale de nuestros caños urbanos proviene de la cuenca del río hablador.
Ariana es un proyecto altamente rentable para Southern Peaks Mining (SPM), una compañía que, según la información disponible, se formó en sociedad con el fondo de inversión británico (sic) Global Natural Resource Investments. Para los limeños y chalacos, sin embargo, el proyecto dista mucho de ser beneficioso. De hecho, tanto la empresa como su proyecto, parecen estar, literalmente, muy desubicados. La cuenca del Rímac ya funciona como un gran depósito de pasivos mineros cuyos lixiviados metálicos —con arsénico cadmio y plomo, entre otros elementos tóxicos— gotean silenciosamente en las aguas del río. Estas aguas, captadas por la bocatoma de La Atarjea, son sometidas a un arduo proceso de potabilización por los operarios de SEDAPAL quienes, con esfuerzo casi titánico, logran devolverles cierta dignidad, lo justo para cumplir con los estándares de consumo humano. La llegada de Ariana agravaría aún más la situación, con nuevas cargas de arsénico y otros contaminantes, además de los inevitables daños al cauce del agua provocados por las voladuras mineras o futuros eventos sísmicos.
SEDAPAL, junto con organizaciones y colectivos ciudadanos, ha advertido sobre los riesgos para las fuentes de agua de Lima. Es que la pelea contra Ariana viene de tiempo atrás. Southern Peaks Mining adquirió la concesión en 2011, y en 2016 el Ministerio de Energía y Minas (MINEM) aprobó el proyecto con un deficiente estudio de impacto ambiental (EIA) que no evaluó a fondo los impactos sobre el sistema hídrico de Marcapomacocha. En 2019, representantes de la sociedad civil presentaron una demanda de amparo ante el Sexto Juzgado Constitucional de Lima y, en enero de 2023, la jueza Rocío del Pilar Rabines ordenó la suspensión temporal del proyecto y exigió estudios hidrogeológicos más profundos. La suspensión fue apelada por la empresa minera junto con los procuradores de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) y la Autoridad Nacional del Agua (ANA) y el MINEM, quienes argumentaron que su paralización frenaría la inversión privada. Aunque Southern Peaks Mining ha anunciado mejoras, como un sistema de filtración que permitiría recuperar el 97 % del agua utilizada, los riesgos persisten.
A inicios de este año, el miércoles 8 de enero, el caso llegó a su etapa final en el Poder Judicial: dos jueces fallaron a favor del proyecto y dos en contra. Nuestra suerte, ahora, está en las manos de un quinto juez. ¿Qué tal una pizca de arsénico en su agua potable?, podría preguntársele, ante el dilema de promover la inversión o proteger nuestras fuentes de agua y nuestra salud.
Ariadna, la princesa y diosa griega, ayudó a Teseo, fundador de Atenas, a salir del laberinto de Creta con su hilo tras vencer al Minotauro. Ojalá su espíritu inspire al juez encargado de esta decisión crucial, ofreciéndole un hilo invisible que lo conduzca hacia una sabia decisión. Y que saque a nuestra Lima, en su 490º aniversario, de este enredo.
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Gracias Anna por tu interesante aporte que nunca lo leí o ví por tv que como ya sabemos cómo toma o toca estos temas. Es necesario difundirlo ante la opinión publica para que el PJ actúe con criterio.
Muy buen artículo Anna.
Llamas la atención de un asunto que nos atañe a todos (y podíamos no conocer), y lo haces con, calidad, conocimiento y humor. Felicitaciones, un placer leerte.