Tres arquitectas nos recuerdan desde Boston que el arte es un arma de la memoria
María Alejandra Pardini es arquitecta titulada por la Universidad Católica del Perú. Actualmente estudia la maestría en Estudios de Diseño en la Escuela de Diseño de Harvard.
Sheyla Chevarría Aredo es arquitecta titulada por la Universidad Católica de Santa María, Arequipa. Actualmente estudia la maestría de Arquitectura en Diseño Urbano en la Escuela de Diseño de Harvard.
Kiara Wong Siu es arquitecta titulada por la Universidad de Lima. Actualmente estudia la maestría de Arquitectura en Diseño Urbano en la Escuela de Diseño de Harvard.
El Día de los Muertos es una festividad tradicional en México y en otros países de América, en la cual se hace una pausa para manifestar y celebrar nuestra conexión con personas que ya no habitan el mundo con nosotras. Este claroscuro de alegría y melancolía en relación con la muerte es algo muy particular de varias de las culturas en nuestra región. En Perú, por ejemplo, muchos cementerios ven llegar ese día no solo a familiares de fallecidos, sino también a bandas de música y a comida del gusto de las personas fallecidas. En México se realizan desfiles en las calles y se instalan altares en memoria de los ausentes. En ese contexto, nosotras fuimos invitadas a participar con un altar en una exposición colectiva en el Instituto de Arte Contemporáneo de Boston (ICA, en inglés), organizada por la Asociación de Estudiantes Mexicanos de la Universidad de Harvard. Aquí, en Estados Unidos, la tradición mexicana de crear altares coloridos, ofrendas y realizar actos comunitarios se ha extendido a todas las comunidades latinas.
Para nosotras, tres arquitectas peruanas que estudiamos un posgrado en el extranjero, esta invitación implicó más que formar parte de una tradición cultural; el altar sería nuestra manera de conectar con el Perú y de reflexionar sobre la memoria y la impunidad. Nos preguntamos, entonces: ¿a quiénes vamos a recordar y conmemorar?
Según cifras del SINADEF, en el Perú, cinco personas son asesinadas cada día; la lista es interminable —mujeres, líderes indígenas, cobradores y choferes de transporte público, comerciantes, entre muchos otros—. Quizás esta realidad hace que la memoria colectiva sea frágil, y que se olvide a las víctimas con facilidad. Sin embargo, para las familias de algunas de ellas, recordar se vuelve un acto de resistencia en un país donde el gobierno no brinda justicia y la impunidad prevalece.
Entre diciembre de 2022 y enero de 2023, durante las protestas al inicio del gobierno de Dina Boluarte, 49 personas fueron asesinadas por lo que Amnistía Internacional denomina «una serie de acciones y omisiones desde las más altas esferas del Estado peruano que habrían tenido consecuencias letales». Como sabemos, luego de casi dos años, hasta la fecha no se ha identificado a ningún responsable de los hechos. De los 49 asesinados, 48 se encontraban fuera de Lima: 3 de ellos en Junín, 10 en Ayacucho, 3 en Arequipa, 7 en Apurímac, 2 en Cusco, 2 en La Libertad y 21 en Puno. Se sobreentiende que varias de estas regiones son altoandinas, se encuentran alejadas de la capital y que en algunas de ellas se habla lenguas nativas como el quechua y el aymara.
¿Es acaso más fácil asesinar con impunidad fuera de Lima?
Parece que sí.
El Perú se caracteriza por ser un país donde gran parte de las oportunidades económicas, educativas y laborales se concentran en su capital. Sin embargo, las muertes de este gobierno son descentralizadas. Queríamos que, al participar en esta actividad por el Día de los Muertos, nuestro altar en Boston también reflejase esta realidad. Lo que como arquitectas empezó como un ejercicio de diseño, luego se convirtió en un ritual de memoria.
El altar que elaboramos muestra un mapa del Perú con los nombres y edades de las 49 personas que perdieron la vida, datos que se conectan a través de un hilo rojo con la región en la que fueron asesinadas. Decidimos incluir cada nombre para que también pudiesen ser leídos en voz alta; no queríamos omitir ninguno, o que la información colocada no fuera exacta. Con cada hilo conectado, nos preguntamos: ¿cómo sucedió? ¿Cómo es que niños de 15 años son parte de esta lista? ¿Por qué en el sur del Perú los hilos ya no se diferenciaban entre sí? ¿Por qué ese nivel de violencia y represión?
Estas no son preguntas sin respuesta. Aunque la realidad es compleja, y quizá nosotras no somos las personas más adecuadas para responderlas, algo nos queda claro: parece que algunas vidas valen más que otras.
Al momento de escribir este párrafo, el Ministerio de Cultura de nuestro país ha censurado dos cuadros titulados Mi Puno en el Bicentenario y Puno es el Perú, pintados por los artistas Juan Condori Tapara y Ruth Ingaluque Flores, que retratan las protestas del 9 de enero de 2023 en Puno. La intención de esta prohibición es clara: la búsqueda del olvido colectivo.
Estar fuera de Perú y ver desde lejos cómo cada día la lista de injusticias aumenta —y con ello la corrupción, la crisis económica y la inseguridad—, es difícil. Por ello, consideramos imperativo recordar desde cualquier lugar y maneras distintas como el arte. Nuestro altar fue apenas una pequeña forma de protesta y memoria, desde donde buscamos invocar a la continua reflexión. Queremos así concluir este artículo con el mismo propósito: con la lista de los 49 peruanos asesinados, para no olvidar estas vidas que el gobierno peruano aún intenta invisibilizar.
Sus nombres:
Beckhan Quispe Garfias, 18 años, Apurímac
D.E.A.Q., 15 años, Apurímac
Wilfredo Lizarme Barboza, 18 años, Apurímac
John Erik Encino Arias, 18 años, Apurímac
R.P.M.L., 16 años, Apurímac
Cristian Alex Rojas Vásquez, 19 años, Apurímac
Denilson Huaracca Vílchez, Apurímac
Miguel Arcana, 38 años, Arequipa
Xavier Candamo Dasilva, 30 años, Arequipa
Jhan Carlo Condori Arcana, 30 años, Arequipa
Edgar Wilfredo Prado Arango, 51 años, Ayacucho
Clemer Fabricio Rojas García, 22 años, Ayacucho
Luis Miguel Urbano Sacsara, 22 años, Ayacucho
Raúl García Gallo, 35 años, Ayacucho
José Luis Aguilar Yucra, 20 años, Ayacucho
Jhon Henry Mendoza Huarancca, 34 años, Ayacucho
Josué Sañudo Quispe, 31 años, Ayacucho
C.M.R.A., 15 años, Ayacucho
Leonardo David Hancco Chacca, 32 años, Ayacucho
Jonathan Alarcón Galindo, 19 años, Ayacucho
Remo Jlinner Candia Guevara, 50 años, Cusco
Rosalino Flores Valverde, Cusco
Segundo Nixon Sánchez Huaynacari, 23 años, La Libertad
Carlos Huamán Cabrera, 26 años, La Libertad
Víctor Santisteban Yacsavilca, 55 años, Lima
Ronaldo Barra Leyva, 22 años, Junín
Diego Galindo Vizcarra, 45 años , Junín
J.T.C., 17 años, Junín
Sonia Aguilar Quispe, 35 años, Puno
J.A.H., 17 años, Puno
Nelson Uber Pilco Condori, 21 años, Puno
Marco Antonio Samillan Sanga, 30 años, Puno
Eliot Cristhian Arizaca Luque, 18 años, Puno
Héctor Quilla Mamani, Puno
Ghiovanny Illares Ramos, 21 años, Puno
Paul Mamani Apaza, 20 años, Puno
Reynaldo Ilaquita Cruz, 21 años, Puno
Édgar Huarancca Choquehuanca, 22 años, Puno
Roger Rolando Cayo Sacaca, 22 años, Puno
Cristian Mamani Hancco, 22 años, Puno
E.Z.L.H., 16 años, Puno
Gabriel Omar López Amanqui, 35 años, Puno
Jeder Jesús Luque Mamani, 38 años, Puno
Eberth Mamani Arqui, 40 años, Puno
Rubén Mamani Muchica, 55 años, Puno
Marcos Quispe Quispe, Puno
B.A.J., 15 años, Puno
Salomón Valenzuela Chua, 30 años, Puno
Isidro Arcata Mamani, 62 años, Puno
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Es triste estar lejos de tu país y ver tanta IMPUNIDAD, es necesario levantar la voz para que no queden en el olvido, sólo siento IMPOTENCIA de no poder hacer más…!!