Las manos bajo amenaza


¿Perderemos las líneas de Nazca bajo las lluvias? 


Cuando, el 18 de enero de 2009, unas inesperadas y excepcionales lluvias mojaron los apus de la sierra de Nazca, el plácido desierto de las pampas, con sus enormes geoglifos, fue testigo de cómo unos retorcidos flujos de agua y detritos se deslizaban lentamente de las alturas en cientos de pequeños surcos, hasta llegar al río Nazca.

Alrededor del cerro San Pablo, en las pampas de Jumana, ocurrió un fenómeno que no se registraba hace más de cincuenta años: allá el agua abrazó las faldas de sus laderas e hizo un alto en su camino para formar una espesa masa de lodo gris que avanzó en dirección a la carretera Panamericana, recorriendo antiguoscauces. En su recorrido, atravesó algunos famosos dibujos e inundó la zona de la caseta y la torre de observación de las Líneas con 35 centímetros de agua. No hubo daños mayores: la superficie de algunos geoglifos, como el Ala Delta, las Aves Marinas o El Árbol, cambió de coloración, pasando de amarillenta a rojiza. La emblemática figura de Las Manos, conocida por sus nueve dedos, sufrió asimismo ligeros daños en algunos de ellos.

El episodio resultó un hecho excepcional. ¿Quién hubiera imaginado que iban a generarse unos huaicos de barro en una de las zonas más secas del mundo? Las pampas de Nazca han preservado los dibujos de la antigua civilización durante más de 2 000 años. Como lo revela un detallado informe del Ing. PatricioValderrama, las pampas se ubican a una altura de 330 msnm, mantienen una temperatura media anual de 25 grados centígrados y las precipitaciones promedio se acercan a cero. Son una de las zonas más secas del planeta. Allí, el aire caliente actúa como una barrera térmica que obliga a los potentes vientos Paracas a cambiar de dirección, impidiendo que las líneas se borren.

Quince años después, somos testigos de un clima cada vez más bizarro y de una mayor frecuencia de eventos pluviales extremos. ¿Se cierne, entonces, una seria amenaza sobre este maravilloso patrimonio del Perú y del mundo? ¿Perderemos más que un dedo de Las Manos?

Como reporté en el Jugo del lunes pasado, un equipo internacional multidisciplinario, liderado por Masato Sakai de la Universidad de Yamagata (Japón), ha escaneado en años recientes los más de 600 kilómetros de las áridas pampas de Nazca. Nuevas y extrañas figuras antropomorfas, así como orcas con cuchillos, llamas, cóndores y figuras vegetales, emergieron del lienzo desértico con esta nueva metodología, como dibujos misteriosos que evocaban los espíritus de nuestros antepasados. Usando una innovadora combinación de arqueología, teledetección e inteligencia artificial, el grupo de científicos pudo discernir 330 nuevos geoglifos, con un estimado de mil nuevas Líneas aún por revelar.

Ya se me había hinchado el pecho de orgullo por el nuevo descubrimiento, cuando mi euforia se desinfló. Un nuevo artículo de los mismos científicos acaba de lanzar una señal de alarma sobre las amenazas a las Líneas, que incluyen la erosión causada por el agua. Mediante una técnica de teledetección llamada Light Detection and Ranging (LiDAR), Sakai disparó miles de luces láser al desierto y midió su velocidad de retorno con un sensor especial. ¡El láser no sirve solo para corregir arrugas! De resultas, ha podido replicar un modelo digital del terreno, una especie de maqueta virtual con una topografía extremamente precisa. Es una hazaña en sí misma, si consideramos que muchas zonas de las pampas son de difícil acceso y se despliegan sobre 60 000 hectáreas (más de tres veces la extensión del valle de Cañete). El modelo digital permite identificar con precisión el relieve y simular las rutas de escorrentía que el agua de lluvia seguiría durante futuros eventos de inundación, y cómo este flujo podría poner en riesgo las Líneas.

Ya tenemos el diagnóstico. Y ahora: ¿cómo proteger esta obra de arte en el desierto, un maravilloso legado único del Perú para el mundo?

Los investigadores proporcionan diversas recomendaciones, como limpiar y profundizar los cauces naturales de las escorrentías, replantear y ampliar las alcantarillas presentes a lo largo de las pampas y construir un alcantarillado bajo la carretera Panamericana. También sugieren instalar una red de estaciones meteorológicas en las estribaciones andinas, para asegurar un monitoreo continuo de las lluvias que facilite prever y alertar de eventos extremos.

Es, no me cabe duda, lo que habrían hecho los pueblos de Nazca de haber llegado a la época contemporánea, puesto que se trata de una civilización reconocida no solo por su arte en el desierto sino también por los templos de la monumental Cahuachi, sus puquios circulares y su maestría en el manejo del agua. Gracias a las investigaciones arqueológicas más recientes, se está consolidando la hipótesis de que una de las funciones más importantes de las misteriosas Líneas de Nazca no resulta un misterio en absoluto:como lo explica en su tesis doctoral el arqueólogo Karsten Lambers, exinvestigador miembro del Proyecto Nazca-Palpa, las líneas eran, probablemente, caminos para procesiones ceremoniales y rituales en torno a los conceptos de agua y fertilidad.

La cultura nazca floreció en un desierto durante más de ocho siglos y se derrumbó por una grave sequía entre los años 500 y 600 d. C. Su historia empieza, y termina, con el agua. Ojalá no siga el mismo cauce su maravilloso legado: esas líneas evocadoras de tantos misterios.


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