La novela del Bicentenario


Nuestro actual zafarrancho convertido en una reseña 


Toda gran novela se sustenta, a mi parecer, en tres pilares: personajes memorables, una historia apasionante y un lenguaje espléndido.

            La tragicomedia contemporánea que está viviendo el Perú con la segunda vuelta electoral como núcleo, contempla al menos los dos primeros requisitos para mantener a un lector en vilo, solo asumamos que la calidad de nuestra prosa sea la gran pata coja de este trípode.

            Todo empezó, diría el narrador omnisciente –­que tal vez en el futuro se convierta en la voz de la Historia–, con la hija de un expresidente encarcelado que perdió una elección cinco años atrás y que entonces alegó fraude. La narración nos recordaría su insólito poder, a través de su bancada en el parlamento, para dinamitar al nuevo gobierno. Al final, a través de sus congresistas, la señora conseguirá vacar al presidente que le ganó por poco, pero en el interín se ganará el aborrecimiento de mucha población, incluido el de su propio hermano.

            Un personaje secundario se adueñará luego de la trama: el poco visible vicepresidente del mandatario defenestrado. El humilde Martín llega desde lejanas tierras frías, donde se encontraba en una misión secundaria, y se encarga de la presidencia para beneplácito de los defenestradores. Los seguidores más atentos a la trama entienden aquí que el flamante encargado habría pactado su presidencia con los congresistas de la poderosa señora vengativa, pero todo es ambiguo por ahora: convengamos que al narrador le gustan los giros imprevistos. Pero no existe un buen argumento sin traición. Martín, viéndose en el poder, caerá en el populismo para respaldarse. Sin bancada que lo defienda, leerá en las encuestas que la mayoría de sus compatriotas aborrece la corrupción política y tomará la lucha contra ella como su estandarte: atacará a los políticos afines a la señora vengativa y prometerá reformas para cerrarles el paso en el futuro. 
Las mayorías aplauden: ha nacido su héroe. ¿El final será feliz? 

            En toda novela que se respete hay personajes subterráneos que no deberían tener mayor incidencia en los acontecimientos, hasta que súbitamente alcanzan dirimencia. Es necesario retroceder algo las páginas para advertir un hecho aislado que bien pudo estar relegado a secciones policiales: en el primer puerto del país, la policía ha intersectado conversaciones entre unos magistrados de hablar chabacano y, lo que parecía una investigación de corto alcance revela, en realidad, una mafia de alto nivel que tuerce la justicia a cambio de dinero. La corrupción resplandece cual fuegos artificiales, potenciada hasta el paroxismo cuando otra investigación fiscal relaciona a los grandes políticos del país con los sobornos y contribuciones de una poderosa constructora extranjera. Los últimos expresidentes, una exprimera dama y una exalcaldesa –y también la señora vengativa– serán procesados y puestos en prisión preventiva. En un episodio significativo que conmoverá a los lectores hasta las tripas, un exmandatario de pasado omnipotente se pegará un balazo antes de que la justicia lo ponga en prisión.

            Mientras el astuto Martín gobierna en olor de multitudes, se las arregla para disolver el Congreso que lo ayudó a escalar. El pueblo aplaude y él goza con los números. Un nuevo parlamento asume por un año y, por un breve lapso, se respira tranquilidad. Sin embargo, una amenaza formidable desembarca del otro lado del planeta: es un virus que, eventualmente, matará compatriotas como no ocurrirá en otro país del mundo, hará retroceder a millones a la pobreza y revelará la desigualdad de lo que en apariencia era un país modelo en términos económicos. Al principio, Martín será una voz que tranquilizará por TV a un país cautivo y ganará aún más popularidad, aunque su gestión de la pandemia resulte terrible. Pero he aquí que otro giro sacude al lector: el nuevo Congreso interpretará de manera controvertida un artículo de la Constitución y llegará a destituirlo. Es la venganza de los traicionados, que parecen conocerle sus corruptelas. Los políticos de siempre aplauden, los que temen procesos respiran más tranquilos y los sectores más conservadores se felicitan. Pero llega el momento de la épica: millones de ciudadanos, sobre todo jóvenes, retarán al virus y saldrán a marchar contra la clase política hasta que se deponga al nuevo presidente colocado por el parlamento. Tendrán sus mártires, masacrados por una represión inexplicable, pero cumplirán su cometido.

            A estas alturas, nuestra novela necesitaría un cuadro sinóptico como el de Cien años de soledad: un nuevo mandatario, a quien llamaremos “Quijote”, es investido por el Congreso, se quiebra recitando a Vallejo y llama a nuevas elecciones. Con Quijote, además, se acelera la llegada de las vacunas salvadoras que Martín el populista no alcanzó a asegurar, aunque un sector ultraconservador y proempresa empiece a tildarlo de comunista por no permitir que los privados las comercialicen, una pretensión que no se ha dado en ninguna parte del mundo.

            A partir de aquí, los hechos galopan. La señora vengativa ha dejado la cárcel para protegerse del virus y pretenderá postular por tercera vez a la presidencia. Contra todo pronóstico, aunque tiempo atrás haya sido vilipendiada, llegará a la segunda vuelta y enfrentará a un desconocido profesor del campo que trae un plan partidario de izquierda caduca. Esta aparición rutilante es otra ironía de la trama, pues 30 años atrás tal papel le fue reservado al expresidente padre de la señora. La campaña se torna feroz, llena de miedos, noticias falsas y con trincheras como nunca antes se habían visto. Incluso un premio Nobel que fuera contrincante electoral del padre de la señora –y enemigo feroz de su estirpe–, sorprende al mundo cuando llama a votar por ella en nombre de la libertad y el antichavismo. A partir de aquí, el delirio se vuelve delirante. La señora y los grandes poderes de su lado exacerban un sentimiento anticomunista mientras el limitado profesor apenas balbucea un mismo libreto, acechado por el celoso y extremista dueño del partido que lo acoge, quien además está siendo investigado. Sin embargo, el profesor, con idas y vueltas que confirman su improvisación, alcanza a sostener que si gobierna se moderará: una facción de izquierda más moderna lo rodea para mostrarle nuevos linderos. 
En vísperas de la votación, “comunistas terroristas” versus “explotadores corruptos” sería el resumen de los peores epítetos. Al final, el profesor rural gana por un pelo. En otro guiño irónico, se trata de casi la misma cantidad de votos con los que perdió la señora cinco años atrás. El organismo electoral transparenta las cifras y los veedores internacionales dan fe de unas elecciones limpias. Pero la señora, nuevamente, se resiste. Habla de fraude en las mesas, pero no lo puede probar. Sus seguidores más acérrimos, galvanizados por el terror acicateado en sus entornos, creen en ella y organizan marchas. Piden revisión de actas, algunos hablan de golpe militar para convocar a nuevas elecciones y, mientras el país se mantiene en vilo sin presidente electo oficial, el Jurado electoral va desestimando las solicitudes: la proclamación del profesor rural ya es casi un hecho.

            Pero un nuevo giro nos sorprende: un miembro del Jurado electoral renuncia y deja sin resolver el final de la obra. 

            ¿Quién es este personaje? 

            Una de las voces grabadas con aquellos magistrados corruptos.

            ¿Quién parece estar detrás de esta jugada desesperada?

            El demoniaco y encarcelado exasesor del padre de la señora vengativa.

            Las musas más oscuras se han manifestado.

            Ahora, ponga usted el título.

47 comentarios

  1. Paul Naiza

    «En la sombra del asesor». Una dicotomía solo para peruanos.

    • Mila

      Buenazo, si no lo estuviéramos viviendo me compro la novela en el
      Minuto!!!…

    • Gustavo Rodríguez

      Un buen título para el capítulo final, ¡gracias, Paul!

      • Cesar

        Trama brutal!! Merece ser llevada al cine o a netflix!
        Y demuestra q la realidad supera a la ficción.
        Y bueno q con mucho sufrimiento y drama nos hemos estado librando de la mafia fujimontesinista, que siga así!

      • Maritza Machuca

        El abogado sombrío de la Señora K en las elecciones del 2021.

      • Igor

        Futuro libro señor Gustavo???
        Saludos y siempre acertado!!!

        • Gustavo Rodríguez

          Igor, no me atrevo.
          ¡Nuestro país siempre va a ser más sorprendente!

    • Consuelo

      » La mano que mece la cuna»
      ‘ El poder oscuro detrás de la política peruana »
      «Perú ,país secuestrado «

    • Ivan Izquierdo

      Novela que no puedes comprar. La vives.
      Felicitaciones Gustavo.

  2. Fernando Fernández Marcellini

    Intentaron de todo para desconocer la voluntad de la mayoría, NO ganó el profesor, la hija del ex presidente perdió contra ella misma.

    • Gustavo Rodríguez

      Una forma atendible de expresarlo.

      • Juan Manuel Flores Veramendi

        Faltó el juglar que se encontró el papel estelar que nunca esperaba tener, se sintió el salvador, sintió orgulloso de representar a Martín que ya planeaba su malévolo plan; el juglar aprovechando sus artes escénicas destruyó la representación democrática, vestido de arlequín se presentó en el Congreso con una “interpretación de negación fáctica” salida de la mejor tragicomedia y dejó activado un juego de poderes nefasto para el país, luego regresó a la artes escénicas como si nada hubiera pasado…

  3. Enrique

    Doscientos años de calamidad. Tengo una sensación de desazón, de cansancio, hartazgo, de esta órbita perversa que parece ser nuestro destino…

  4. Sandra

    “Sucedió en el Perú del nunca jamás”

    • Gustavo Rodríguez

      Buen título, la verdad.
      Gracias, Ramiro.

  5. Julio Gutierrez

    «Golpe lento» o «Tiempos recios peruanos»

    • Gustavo Rodríguez

      El segundo va para el todo, el primero va para el capítulo final.
      Un abrazo.

  6. Nelson Ramirez

    Resulta realmente increíble que la democracia no logre la renovación de autoridades de forma ordenada y previsible, porque un fiscal, vinculado a la red de corrupción, actuando en contra del texto expreso de la ley, abandone sus funciones, y deje sin quórum al órgano colegiado encargado de proclamar al nuevo presidente. Esta estrategia no debe quedar impune.

    • Mario

      Te falta un personaje y tal vez el más interesante, el pueblo. Ese pueblo con voto inexplicable que lleva a segunda vuelta a la señora vengativa. Quitandole solo ese ingrediente a tan increíble novela tal vez no habría novela. Sigo repitiendo como un manera, que habremos hecho para merecer esto. Este triste espectáculo con aún más tristes personajillos.

      • Gustavo Rodríguez

        Mario, el pueblo podría ser la voz coral que narra todo.
        ¡Gracias por leernos!

      • Martín Villafán

        Buenísima trama!!! Tendrías que moderarla para acerla más creíble!!!! Ja
        Títulos propuestos:
        – La rebelión del pongo.
        – Rasputín en la base naval.
        – 200 años de mercantilismo.

    • Isabel

      Es increíble ver cómo se va cerrando un círculo de renovación de la clase política

      • Gustavo Rodríguez

        Trabajemos para que la renovación no venga con más hueso que carne, Isabel.

  7. Sandro Barreto

    Digestivo análisis.
    Gracias por permitir ensayar con el titulo.
    «Perú: El eterno Funámbulista» (émulo de Sisifo)
    «El Perú y la caja de Pandora»

  8. Marianna Lisette Polanco Espichán

    Que interesante e indignante vernos en esta situación, y qué clase de personajillos tenemos que seguir aguantando en esta historia después de tantos capítulos.

  9. Carlos Vallejo

    El título sería Perú el país de las incertidumbres

  10. Gabriel

    «Superviviendo al virus C-90 y sus variantes, un pueblo heroico que se resiste a morir»

  11. Jorge Luis Puerta

    Yo la llamaría «La llanura de hielo» que es el lugar del Infierno donde Dante ubica a los traidores, que son considerados los peores pecadores entre todos…»los traidores están sumergidos en hielo y al llorar, las lágrimas les cortan los ojos.

  12. Rosa Silva

    Título:
    200 años de infinita corrupción.
    «tal vez, solo tal vez, no seamos libres en verdad»

  13. Nancy

    Muy bien escrito. Incluiria un personaje mas, «una ex candidata y sus potoaudios». La titularia «El delirio de la Sra.. K»

  14. Sofía

    Se supone que un título debe sintetizar el mensaje de la historia o poner de relieve un elemento de forma ingeniosa. Dudo que lo que voy a proponer logre ese cometido, pero leyendo esta compilación de nuestras histriónicas tragedias me acordaba de una frase de Triciclo Perú de Los Mojarras: «Todos a la cima, todos quieren llegar (no importa el camino)». Después de unos días probablemente haya material más que suficiente para escribir una segunda parte; me encantaría leerla.

    • Gustavo Rodríguez

      Gracias, Sofía.
      Podría ser un epígrafe, nombrando a Cachuca.

  15. Gonzalo

    Conocí de cerca una persona increíble que escribió Los dientes del dragón; Hubert Lanssiers o Hubercito como le decíamos en la casa.
    Casi lo puedo escuchar comentando esta realidad que muchas veces supera, y por lejos, la ficción en este querido país … “superb” diría él con su marcado tono belga al referirse al artículo que acabo de leer.
    “¿Cuántos metros cúbicos tendrá la celda de un inocente? ¿Una docena? Es asombroso como un espacio tan reducido puede contener tanta pena” (R. P. Hubert Lanssiers)
    En ese lugar que puede contener una pena inconmensurable debería vivir cada uno de esos políticos corruptos.

  16. Gloria Dunkelberg

    No me atrevo a invadir su lenguaje con un título… pero si fuera una Sinfonía sería el 4to Movimiento, «La Tormenta», de la Sinfonía N° 6, La Pastoral, de Beethoven.,

  17. Samuel Adrianzen Merino

    Excelente resumen. Pensaba en la novela. Creo, que da más para una serie de televisión. Los escenarios son múltiples ayudan un montón. Se puede utilizar un buen material de archivo y mezclar realidad y ficción. Podrían ser como diez capítulos y con buena producción sería un gol de media cancha, como el de «Lapadula», ya que no juega Guerrero. El problema sería de encontrar los auspiciadores necesarios. Y el Canal, que la quiera trasmitir (cada día están mas reaccionarios). Felicitaciones…

  18. José Ugaz La Rosa

    «Palíndromo bifronte», o como diría Cantinflas «ni sí, ni no, sino todo lo contrario».

  19. José Ugaz La Rosa

    O en línea con lo que hemos venido conversando: «Leaving Rupenia».

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