Funcionario consular nos habla de las oportunidades educativas para los peruanos en Estados Unidos
Juan José Coveñas Carrasco es diplomático de carrera y abogado por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Es magíster en Gestión Pública por EUCIM Business School. Ha desempeñado funciones en el Consulado General del Perú en Nueva York, donde estuvo a cargo del área legal y humanitaria y, actualmente, viene ejerciendo funciones en el Consulado General del Perú en Boston. Es funcionario público desde el 2020, y ha sido parte la Oficina General de Recursos Humanos del Ministerio de Relaciones Exteriores, siendo parte de la Secretaría de Procedimientos Administrativos Disciplinarios.
Desde hace cuatro años me desempeño como funcionario consular en los Estados Unidos, país con el mayor número de peruanos en el extranjero, habiendo sido destacado al Consulado del Perú en Nueva York en un inicio y ahora designado en el Consulado en Boston. La labor consular es altamente demandante y variopinta en sus roles; no obstante, sin lugar a ninguna duda, es también sumamente gratificante: desde los trámites regulares —pasaportes, DNI, registros civiles, trámites notariales—, organización de elecciones generales peruanas, actividades de promoción cultural y comercial, hasta la asistencia de compatriotas en situación de emergencia y vulnerabilidad. Desde inicios de la pandemia, la comunidad peruana en Estados Unidos ha crecido considerablemente alcanzando aproximadamente al millón de personas. Así, desde mi rol como servidor público, el llegar a conocer sus realidades, necesidades, anhelos y metas, y tener la posibilidad de servir como herramienta para su desarrollo es gratamente satisfactorio y me genera las siguientes reflexiones.
Nuestra comunidad es diversa en muchos aspectos, pero todos los peruanos compartimos una meta común: el desarrollo social y económico para nosotros y nuestras familias. Para lograr este objetivo, he podido apreciar que la educación cumple un rol determinante, más aún en un entorno distinto, en el cual los peruanos debemos adaptarnos y aprender nuevas costumbres y reglas. En este nuevo país, los peruanos nos distinguimos principalmente por nuestro esfuerzo y ganas de superación, la celebración de nuestra cultura y la exportación de nuestra gastronomía. Pero también, de forma similar a otras comunidades migrantes, enfrentamos desafíos significativos relacionados con la integración y el desarrollo social y económico en el nuevo país de residencia. Por ello, noto que el acceso a la educación tanto básica como superior, emerge como una de las puertas principales para el desarrollo, no solo para los adultos peruanos, sino también para sus descendientes.
Según datos del Pew Research Center, la población latina en Estados Unidos ha mostrado un progreso notable en términos educativos desde 2010, pero todavía necesita mejorar. Aquel año, solo el 13 % de los latinos había obtenido un grado académico superior —ya sea un bachillerato o una maestría—, mientras que para el 2022 esta cifra aumentó al 20 %. Este avance educativo ha contribuido a que la población latina en Estados Unidos sea considerada la quinta economía más grande del mundo en términos de PIB. Según estos mismos estudios, el porcentaje de inmigrantes de Perú con estudios superiores es de 34 %, en comparación con Venezuela (65 %), Argentina (64 %) y Colombia (41 %). Es decir, todavía es importante generar conciencia sobre los beneficios del acceso a la educación.
La promoción y facilitación del acceso a la educación superior es crucial para el progreso individual y colectivo de la comunidad peruana en Estados Unidos. Esto se alinea con los objetivos del Estado peruano con respecto a las comunidades en el extranjero: se busca «fortalecer la inserción social y económica de la población migrante peruana en la sociedad receptora». Sin embargo, el elevado costo de la educación superior en Estados Unidos, tanto pública como privada, representa una barrera significativa que limita severamente a las comunidades migrantes. Este obstáculo no solo es económico, sino también de motivación, ya que la falta de acompañamiento a los estudiantes desde la etapa escolar genera deserción al no visualizar la posibilidad de continuar con estudios superiores después del colegio.
En este contexto, es fundamental que las oficinas consulares peruanas en Estados Unidos desempeñen un rol activo en la promoción de la educación superior. Esto incluye fortalecer las relaciones con los peruanos involucrados en ámbitos académicos y estudiantiles para así generar redes de apoyo y acceso a la información, lo que permitirá conocer de primera mano las oportunidades y desafíos del sistema educativo estadounidense y, sobre todo, mostrar que el camino hacia la educación superior es viable para personas con diferentes ingresos económicos.
Como un paso inicial, compartir historias de éxito de miembros de la comunidad peruana que han logrado ingresar, estudiar y completar estudios en universidades e instituciones de educación superior puede resultar una estrategia efectiva para inspirar y motivar a otros. Esto lo podemos facilitar mediante la organización de eventos con académicos y estudiantes peruanos ya establecidos, que conecten con las comunidades migrantes y que resalten la presencia peruana en los centros de estudios superiores. Este enfoque no solo fortalece el sentido de comunidad y generar redes de apoyo, sino que también ayuda a reducir los temores y las barreras percibidas hacia la educación superior. El papel de las oficinas consulares como facilitadoras de este proceso es fundamental, al generar vínculos con universidades e instituciones de educación superior y con la comunidad en general, las oficinas consulares pueden asegurar que las actividades y comunicaciones lleguen a espacios más allá del ámbito académico, ayudando a superar el miedo a las barreras señaladas. Actualmente, desde Boston buscamos mantener una estrecha vinculación con los académicos, profesionales y estudiantes peruanos, considerando que se tienen a algunas de las mejores universidades del mundo, buscando generar los objetivos arriba señalados.En un país lleno de oportunidades como Estados Unidos, la educación es un puente hacia un futuro mejor tanto, para los peruanos ya residentes en el extranjero como para los peruanos que pueden ver como meta cursar estudios fuera de nuestro país. El objetivo está trazado y es claro, debemos facilitar y otorgar las herramientas para que ese puente sea cruzado con confianza y sin temor. Desde Boston, seguimos trabajando.
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