El Golf: símbolo, meme y oportunidad


Porque nunca es tarde para reimaginar nuestra experiencia urbana


Hace un par de años, una broma de internet se volvió viral: un meme había rebautizado al club El Golf, ubicado en el distrito limeño de San Isidro, como ‘Parque Zonal Micaela Bastidas’. Era una forma de llamar la atención sobre esta extensa área privada en una de las zonas más densas y costosas de la capital peruana, y las oportunidades que podría ofrecer si se convirtiera en un espacio público para la ciudad. 

Para algunos el meme fue causal de humor y para otros una reflexión sobre el uso que le damos a las áreas verdes en las ciudades. Pero hubo un último grupo al que se le activaron todos sus miedos. De pronto, las figuras de Hugo Chávez, Fidel Castro, los bolcheviques y el comunismo eran invocados como autores de esta perversa idea. Los insultos llovieron y no faltaron los comentaristas que anunciaron el apocalipsis en el Perú: ‘Los resentidos nos quieren quitar nuestro club privado’. 

No es un secreto que la Reforma Agraria en el gobierno de Velasco, y la hiperinflación ochentera con Alan, han activado miedos en la conversación nacional sobre nuestra economía y las políticas públicas. En contraste, durante los 90 con Fujimori, adoptamos la llamada cultura combi: una privatización desenfrenada como receta para solucionar nuestros problemas al corto plazo; una especie de ‘sálvese quien pueda’ sin mayor planificación y que reforzaba el miedo a cualquier intento de visión en colectividades. Una sociedad hecha de esfuerzos atomizados. ¿Explicaría esto las extremas emociones que suscitaba un meme de internet?  

No obstante, hoy quisiera discutir sobre un asunto que va más allá de estas virales pasiones. Me gustaría hablar de cómo en el Perú podemos repensar nuestros espacios públicos y la administración de territorios para la mejora de la calidad de vida. La Organización Mundial de la Salud sugiere al menos 9 metros cuadrados de áreas verdes por habitantes. Varias ciudades del Perú, incluida Lima, no llegan a esa cifra. Y sumado a eso, debido a nuestro masivo transporte informal, tenemos mayores índices de contaminación de la mano de un descuidado parque automotor.

La poca cantidad de espacios públicos de calidad afectan significativamente la calidad de vida de los habitantes de una ciudad, los cuales pueden ser parques, bibliotecas públicas, centros culturales, ciclovías. Su presencia sistemática tiene un gran potencial: la reducción del crimen, la promoción de actividad y bienestar físico, así como también la contribución a la salud mental. Es vital, por lo tanto, la existencia de espacios de distracción en donde no esté requerido realizar consumos, a diferencia de los tan populares malles. Existen variados estudios y experiencias sobre el éxito de políticas públicas de promoción y protección de espacios  en ciudades como Medellín, Bogotá, Ámsterdam y Nueva York. Así, no se trata para nada de supuestas ‘ideas comunistas’. 

Las grandes ciudades del Perú (Lima, Arequipa, Trujillo, Cusco), cuentan en realidad con muy pocos espacios públicos y la ciudadanía lo siente. Cómo proteger o crear nuevos espacios dependerá de cada contexto, y también de la visión de las autoridades locales: en diferentes partes del mundo existen parques que antes fueron vías de tren, hay bulevares peatonales junto al mar que antes eran carreteras de alta velocidad, y sí, también hay espacios que antes eran barrios que se reconvirtieron en parques (este último caso al que me refiero es el Central Park de Nueva York). Así que, en lugar de responder con furia al meme de El Golf,tomémoslo como excusa para imaginar medidas concretas que aseguren calidad de vida en un contexto de crecimiento urbano imparable.


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3 comentarios

  1. Jose Garcia

    Un interesante dato es que las propias autoridades locales, en casi todas las grandes ciudades del pais (Lima, Arequipa, Cusco, Trujillo) parecen sinceramente odiar los espacios publicos y luchan tenazmente para que cada parque distrital sea invadido por losas cementeras dedicadas al fulbito, a la virgencita de nosedonde, o con un monumento del abuelo/padrino/tio del alcalde de turno.
    Y no es que las autoridades desconozcan la importancia de las areas verdes: en toda ciudad peruana hay «barrios pitucos» donde viven el alcalde y su parentela, bien dotados de amplias y frescas arboledas, por lo cual la energia municipal «pro-cemento» solo se dedica a las zonas donde viven los electores mas no los elegidos.
    En otros casos, los más notables, el odio al espacio público surge de una «idea de negocio» donde el alcalde peruano ganará dinero como «socio» de alguna constructora (peor si esa constructora es del pariente/compadre/paisano que financió la campaña).

  2. Fernando

    El golf de San Isidro es propiedad privada y para convertirlo en espacio público debe ser expropiado según la legislación, pagando por adelantado el total del justiprecio a valor de mercado. El golf tiene un área de 45 hectareas, o sea 450,000 m2, en esa zona el m2 cuesta 5,000, pero dado que estan acumulados en gran extensión, y eso ya no existe, puede elevarse a 7,000 m2, o sea, le costaría a todos los peruanos 3,000,000 millones de dólares Tu propuesta es inviable, o simplemente una tonteria. …. salvo que se pretenda hacerlo sin pagar, lo que vendría a ser un hurto o robo en sencillo.

    Una alternativa sería, por ejemplo, expropiarle la casa a tu madre y a otras personas por todos los barrios del país, para convertirlos en espacios públicos con un jardín y dos juegos para niños, que sean micro pulmones de la ciudad. Hacemos como hizo Velazco, que nunca dijo que era comunista, y a tu madre se le paga no con dinero, sino entregándole unos bonos por la suma total de 5,000 soles, que además nunca se le pagará. Y así, tu madre pasará los últimos años de su vida, peleando en el Poder Judicial para recuperar todo lo que le robaron.

  3. Sara María

    No solo es inviable sino que es absurdo. El señor quiere «repensar espacios públicos», pero el golf no es público, comprarlo imposible por costoso. El golf es un área verde con lo cual ya cumple la función de pulmón ante el crecimiento desmesurado del cemento que dice. Quiere dotarlo de bibliotecas, pero a 200 metros del Golf está la biblioteca pública de San Isidro, a la que nadie va, quiere otra?. A 200 metros también existe un área verde gigantesca de uso público, para caminatas biciletas, etc, El Olivar, un mini Central Park y en donde nadie le obliga a consumir
    tal como él reclama. A 400 m del Golf está al malecón un espacio público ya recuperado de uso masivo de los ciudadanos, y además las playas y todo el circuito. Quiere más? Habla que esos espacios reducen el crimen, pero eso es irrelevante en san isidro, que tiene la menor criminalidad de Lima, y sobre todo los criminales no viven ahi El artículo es un meme, por donde se analice. Lo que debería pensar es como replicarlo en los conos, en Villa El Salvador o San Martin de Porres, en donde hacen falta y no en donde sobran, parece que este escritor miraflorino no ve nada más alla de lo que envidia de un barrio que no puede pagar y de un club al que no puede ingresar.

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