Comodín


Algunas recomendaciones que salvan del apuro


Hace tiempo los integrantes de Jugo acordamos que si nos encontrábamos imposibilitados de escribir contenido alguna semana, podíamos invitar a un reemplazante o, en su defecto, hacer entregas variopintas del tipo “cinco libros o series que recomiendo”.

Hoy usaré este último comodín y espero que les sea útil.

Series viejas que dan buen caldo.

No suelo revisitar los libros que he leído, pero el último año me ha dado por volver a ver algunas series antiguas que inauguraron lo que hoy se conoce como la edad dorada de las series de televisión, un poco antes de que las plataformas digitales dictaran las nuevas reglas.

Entre ellas está The Wire, que se mantiene en la cumbre de mis favoritas, tal vez porque es una especie de novela total trasladada al formato de las series audiovisuales. Empieza morosa, más aún si se la compara con el despliegue frenético de algunas series actuales, pero si se le da una oportunidad, uno termina atravesado por las intrincadas relaciones entre mafias, policías, periodistas y politicos de la sociedad contemporánea, como ocurre aquí en la ciudad de Baltimore. De paso, recordarán cómo era la vida sin smartphones.

Otra serie que volví a disfrutar, quizá porque en los últimos años he reflexionado mucho sobre los beneficios de naturalizar la muerte, es Six Feet Under, la historia de una familia que es dueña de una funeraria en Los Ángeles. Es probable que su episodio final sea el mejor escrito y realizado de cuantas series he visto hasta hoy, y hasta me he llegado a preguntar si no vale la pena ver los 62 episodios precedentes tan solo para disfrutar plenamente de ese último.

Ambas series están en HBO Max.

Pódcast de mis caminatas.

Desde hace un buen tiempo, Patricia del Río conduce para la cadena radial peruana RPP un espacio titulado Letras en el tiempo, con episodios que relacionan al vasto universo literario con temas coyunturales y aleatorios. Por suerte, esos programas dominicales ya se encuentran en formato pódcast y ayer, por ejemplo, acompañó mi caminata este episodio sobre el protagonismo de las librerías en las novelas. Patricia no solo es una lingüista de profesión y gran lectora por vocación, sino que tambien es una periodista y comunicadora a la que da gusto ver —mejor dicho, escuchar— del lado de los libros.

Cuando no camino sobre las aceras, sino en la trotadora de algún gimnasio, me acompañan alternadamente Grandes maricas de la historia, conducido por Otto Mas y cuya temática se explica sola con desenfado, y Science vs., que contrasta nuestras creencias cotidianas, como los horóscopos o los beneficios de los vegetales sobre la carne, con estudios científicios. Tiene también una versión en español. Ambos pódcast son un ejemplo de apertura y entretenimiento, literalmente al paso.

Un libro.

Haber ganado el Pulitzer y tener cientos de elogios aparecidos en los últimos meses deberían eximirme de recomendar esta novela, pero hace mucho perdí la vergüenza: Fortuna, de Hernán Díaz, un argentino residente en Estados Unidos que ha publicado sus dos novelas en inglés. Suelo pensar que un narrador debe entregarle al lector piezas de un rompecabezas incompleto o en camino de armarse. La potencia de Fortuna está en que excede este símil: no nos presenta piezas, sino rompecabezas separados para imaginar una época que retrata, como pocas, la voracidad del capitalismo y su aliado, el machismo.

Hasta pronto.


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