Sobre un tesoro encontrado al paso en un aeropuerto
He terminado de leer un libro hermoso. Se trata de Cantoras (Random House, 2019), una novela de la escritora uruguaya Carolina de Robertis. No sé cómo llegó el libro a mi biblioteca. Luego de darle varias vueltas, me inclino a pensar que lo conseguí en esos espacios impredecibles que son las librerías de aeropuerto, donde entre libros de autoayuda y gastados bestsellers puede aparecer una joya como esta.
La historia ocurre principalmente durante la dictadura militar uruguaya (1973-1985). Cinco mujeres de pasado diverso se unen para construir un espacio de libertad en una playa alejada, a varias horas de Montevideo. Se trata de mujeres que disfrutan tener sexo con mujeres. Los términos como lesbiana o bisexual no eran utilizados por ellas, ni estaban presentes en la sociedad. La palabra clave que se usaba en ese tiempo para identificarse entre sí era el de “cantoras”, así como en Perú los homosexuales utilizaban “entendidos”, en Chile “primas”, y en Estados Unidos “friends of Dorothy”. En tiempos de represión, la clandestinidad está presente hasta en el lenguaje que se utiliza para la identificación colectiva. Pero la autora encuentra en el término “cantoras” algo hermoso, más allá del código, como lo explica en una entrevista que dio a la radio pública norteamericana (NPR): “También hay algo muy poderoso y resonante para mí sobre el término cantora como un código para lesbiana: una mujer que va a apoyarse en su voz, una mujer que canta, una mujer que no tiene miedo de hacer sonidos y ondas en el mundo y de reclamar su vida o voz en sus propios términos”.
El libro de Carolina de Robertis es muy acertado a la hora de explorar temas fundamentales, como el concepto que tenemos de familia. ¿Qué determina qué es una familia? ¿Solo los vínculos de sangre? Uno de los personajes del libro, por ejemplo, es una adolescente que tiene una relación distante y casi inexistente con su madre biológica, pero desarrolla un vínculo muy fuerte con las mujeres del grupo, que la guían, quieren y protegen. ¿Es el vínculo con la madre un vínculo familiar y el otro no?
Otro de los temas presentes en cada capítulo es el de la libertad —o el de su ausencia— y las consecuencias que ello tiene en la vida cotidiana de las personas. En temas rutinarios, como la imposibilidad de caminar en la calle por la noche, y en otros más profundos, como pensar el futuro, e incluso pensarse a uno mismo. Uno de los aspectos más conmovedores del libro es que muestra a este grupo de compañeras, con todas las limitaciones sociales de la época, luchando intuitivamente por construir ellas mismas algo que se asemeje a la libertad.
La dictadura de la época está presente y muy bien explicada como sistema político, pero también como estado mental. La autora trabaja con gran maestría las características del régimen militar de entonces, pero sabe bien que las dictaduras nunca se quedan solo en los edificios gubernamentales: también se infiltran en las familias, en las relaciones cotidianas y en uno mismo. Uno de los personajes lo expresa de manera muy clara en un momento de la historia: “¿Qué sentido tiene vivir de la forma en que hemos vivido todos estos años, rompiendo todo, las reglas, los corazones de nuestros padres, nuestro lugar en la sociedad, como si todo fuera vajilla, nomás para volver a aferrarnos ahora a una idea antigua de obligación?”.
No creo exagerar al decir que Cantoras debe ser considerada en las selecciones que se hagan de libros de literatura sobre dictaduras latinoamericanas, junto a La Fiesta del Chivo y Conversación en la Catedral de Mario Vargas Llosa, Tengo miedo, torero de Pedro Lemebel, Antes que anochezca de Reinaldo Arenas, El otoño del patriarca de Gabriel García Márquez, por mencionar solo algunos que tengo a la mano mientras escribo.
Hay algo muy valioso al leer estos libros en tiempos donde las libertades —aún incompletas— se ven amenazadas por populismos radicales. De Robertis lo explica bien en la entrevista de NPR, donde dice que cuando se escribe ficción basada en historia, se escribe también sobre el momento que el autor está viviendo: “¿Cómo te afecta mientras caminas por la calle, mientras vives tu vida, saber que estás viviendo en un espacio donde el gobierno es hostil hacia tu propia existencia? ¿Cómo se puede vivir de forma radiante en una época y un lugar en los que el mundo parece empeñado en borrarte? Son cuestiones que exploraba para estos personajes porque me parecían ciertas para ellos, pero que espero que tengan resonancia para quienes nos enfrentamos a ellas aquí y ahora”.
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