Comentarios sobre una importante película peruana que los cines no querían que veas
Hace un par de semanas estuvo fugazmente en cartelera la película Arde Lima, dirigida por Alberto Castro Antezana. El documental se centra en el vibrante y valiente universo de las drag queens peruanas y, a través de las historias personales de quince artistas drag, nos muestra los desafíos y triunfos en una sociedad tan conservadora como la limeña.
Como sabemos, una drag queen es un artista que suele vestirse y actuar con ropa y maquillaje típicamente asociados con el género femenino, utilizando la exageración, la performance y el espectáculo para desafiar y explorar las normas de género. Hay drags que imitan a artistas famosos, otras que plantean propuestas más políticas y de crítica social, también están las que se centran en la comedia o las que brillan con una propuesta musical. En el Perú, era usual que las drag queens se presentaran en discotecas de ambiente y café teatros, pero en los últimos años, gracias a su popularización en programas de televisión estadounidenses, ahora las vemos brillar en restaurantes, fiestas, matrimonios y otros eventos.
Volviendo a Arde Lima, el documental tiene varios aciertos. El primero de ellos, es que está planteado para que lo disfruten tanto el creciente número de personas que sigue al arte drag en el Perú, como aquellos que no conocen nada del fenómeno. No es necesario tener información previa, la película se encarga de explicar de forma ligera y pertinente todo para que sea un producto completo. Se explica qué es el drag y su importancia dentro de las luchas por los derechos de las personas LGBT+, entre otros aspectos importantes para no quedarse solo en lo anecdótico.
Un segundo acierto tiene que ver con los aspectos técnicos. La fotografía, el guion y la edición son notables, lo que permite que la película fluya muy bien durante su hora y media de duración, y que las drags brillen en los shows que se nos muestran, en especial en las escenas finales.
Otro de sus aciertos es que la admiración y cariño del director por el mundo drag no se traduce en una visión irreal del mismo. La película muestra los problemas de este arte en un país ultraconservador como el peruano, expone de forma respetuosa las tensiones familiares que ese oficio artístico le genera a algunas de las drags, muestra los enormes retos económicos que deben ser superados, entre otros elementos que permiten complejizar acertadamente el documental.
Finalmente, una de los aspectos que más emociona del documental para quienes somos LGBT+ es que resulta un testimonio audiovisual fundamental en la historia queer del país. Uno de los grandes problemas a la hora de investigar la historia de la comunidad LGBT+ es la falta de archivo y material para dicha labor. Arde Lima será un referente obligatorio cuando se escriba la historia queer de estos años cercanos a la pandemia.
Lamentablemente, fuimos pocos los que pudimos ver este gran documental en la pantalla grande. Esto, como consecuencia directa de las sorprendentes decisiones tomadas por las grandes cadenas de cine. Es el caso de Cineplanet, por ejemplo: la película estuvo disponible en muy pocas salas, todas en Lima, en horarios muy malos, y solo durante una semana. Todo ello, pese a la calidad del documental y pese al éxito que ha tenido en nuestro país la franquicia de Rupaul’s Drag Race —concurso televisivo de drag queens— y la creciente acogida que tienen este tipo de shows en discotecas, fiestas y restaurantes.
Yo la vi un domingo en el Cineplanet Alcázar de Miraflores a las 10 p.m, previo shot de café expreso. Era el único horario que ofrecía dicho cine. Cuando quise volver con amigos el siguiente fin de semana, la película ya no estaba en cartelera.
¿Cómo se explica esta decisión? No puede argumentarse un problema de mercado, pues con esas condiciones casi no se permitió que la demanda reaccionara. ¿Habrá tenido otras motivaciones Cineplanet, la misma empresa que hace un par de años advertía que la película de Buzz Lightyear —el personaje de Toy Story— tenía “ideología de género” por mostrar durante un par de segundos a una pareja de lesbianas? Pregunta relevante en pleno mes del orgullo LGBT+.
Estoy seguro de que la película brillará en festivales internacionales, a donde felizmente no llegan los tontos prejuicios limeños. Mientras tanto, si eres una de las muchas personas que se quedó con las ganas de ver Arde Lima, te tengo una buena noticia: tendrás una nueva oportunidad para hacerlo. A partir del 23 de junio se reestrenará en el Centro Cultural de la PUCP en San Isidro. Pero vuela, porque son solo seis funciones. No te pierdas la oportunidad de rodearte de plumas, brillos y lentejuelas para divertirte y entender un poco más del creciente fenómeno drag y reflexionar sobre los inmensos retos que todavía tenemos por delante como sociedad.
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