Al fondo no hay sitio


Exigimos una respuesta clara y trasparente al ministro de Cultura sobre el destino inminente del Archivo General de la Nación


La semana pasada escribí que quienes venimos siguiendo la polémica del Archivo General de la Nación y el riesgo del traslado temporal de los documentos del siglo XIX y de notarías a un galpón en el Callao, recinto que según la Contraloría no reúne los requisitos para la contratación, nos encontrábamos cautelosamente optimistas ante la confirmación, tanto de la ministra de Cultura saliente como del ministro entrante, de que se construiría el largamente prometido nuevo local, así como de que se iniciaría una nueva negociación con el Poder Judicial para que los documentos se mantengan en los sótanos del Palacio de Justicia hasta que se concluya el mencionado edificio.

Como hemos repetido hasta el hartazgo, es imperativo evitar la mudanza temporal, no solo porque ya ha quedado absolutamente patente que el local contratado no se ajusta, según DOS informes de Contraloría, a las necesidades del tesoro nacional trasladado, sino porque además de poner en riesgo el patrimonio documental, también hace otro tanto con la salud de sus trabajadores. A ese peligro no menor que se cierne sobre vidas humanas se suma el de que todo traslado implica un riesgo de extraviar o traspapelar documentos. Es por ello que lo ideal sería que el movimiento de los materiales se limite a una sola vez, esto es, a un destino definitivo y óptimamente acondicionado.

Entendemos que el nuevo ministro ha estado en el cargo pocos días, pero como mencioné, ha sido claro e inequívoco en sus primeras declaraciones al respecto de la nueva sede, así como sobre el reinicio de las negociaciones con el Poder Judicial. Es por ello que nuestra sorpresa y desazón han sido mayúsculas al recibir ayer un documento interno del AGN que lleva como encabezado lo siguiente: “Requerimiento de oficina/ambiente para la instalación del centro de acopio de cajas para el traslado de la sede de Palacio de Justicia a la nueva sede Callao”.

Se trata de una diáfana demostración de que, a pesar de lo que afirman los ministros, el proceso de preparación de la mudanza original en el seno del AGN sigue en marcha como si nada hubiese pasado. Esto contradice todo lo que se ha venido diciendo desde el Ministerio de Cultura. Como sabrán los lectores asiduos de los artículos de esta juguera, un grupo de ciudadanos preocupados hemos presentado un recurso de amparo y una medida cautelar para evitar ese temerario traslado. Desde entonces las comunicaciones del Ministerio han sido muy claras: ya no habrá traslado y toda la energía se concentrará en un nuevo acuerdo con el Poder Judicial y en la construcción del nuevo local con unos parámetros adecuados.

Dado que aparentemente las preparaciones para ese infame trasvase de sedes continúan, me comienza a parecer, sin ánimo de querer sonar suspicaz, que estas declaraciones nacen antes como una reacción a la demanda y a la medida cautelar interpuestas que a un cambio real de política en el manejo del Archivo. Quisiera estar equivocada, que la explicación resulte mucho más sencilla y que tal paso contradictorio se deba simplemente a que todavía no se ha expedido la orden consecuente desde el Ministerio a la Jefatura del AGN. Pero a estas alturas necesitamos una mayor claridad al respecto y que cristalice la voluntad reparadora. Ya es hora de que salga a dar explicaciones el Sr. Ricardo Moreau, Jefe Institucional del Archivo, tan ávido en el pasado de darse su baño de medios para pregonar las virtudes del inapropiado local en el Callao y para explicar que no cabía otra posibilidad más que ejecutar dicha salida temporal.

¿Dónde está el Sr. Moreau? No se tienen señales de su paradero ni sobre su opinión de los cambios de política desde el Ministerio de Cultura. Uno de los sindicatos de trabajadores del AGN, el SITAGN, publicó el pasado 5 de septiembre, en su muro de Facebook, el siguiente comunicado:

El Sr. Moreau a través de su área de «propaganda» se quiere atribuir la gestión realizada para contar de una vez con el nuevo local, cuando meses antes, le decía a la prensa y a congresistas que paredes y techo de PJ estaba colapsado y que el Poder Judicial nos estaba botando a la calle. El SITAGN siempre propuso el dialogo y que la solución sea tener un solo traslado a un lugar definitivo, argumento que fue esgrimido por la anterior ministra y refrendado por el actual ministro, deja en claro que firmar contratos con privados que cuentan con hipotecas y además no cuentan con los estándares técnicos para recibir histórica y valiosa información (informe Contraloría Perú) no es digno de una gestión eficiente. El señor Moreau, por decoro, debe dar un paso al costado y dejar que verdaderos archiveros se encarguen de gestionar el Archivo General de la Nación.

No sabemos qué sucederá en los próximos días. Ignoramos si el Sr. Moreau ha puesto su cargo a disposición o si el ministro está pensando en mantenerlo en su puesto; pero lo que nos preocupa sobremanera es que, por más que todas las noticias den por seguro que no habrá traslado y que la obra definitiva se iniciará en breve, dentro del AGN los preparativos para el traslado continúan.

Quienes nos preocupamos por el patrimonio documental del país no vamos a abandonar esta campaña hasta ver el nuevo Archivo construido y parece evidente que esta va a resultar una tarea larga. La próxima acción que emprenderemos en nuestra campaña es reunir las voluntades dispuestas para trabajar juntas en una asociación o patronato de amigos del Archivo que impulse, apoye y acompañe el proceso de la construcción del nuevo local.

El patrimonio que alberga el AGN nos pertenece a todos los peruanos y peruanas y es por ello que todos tenemos el deber de defenderlo. Hoy solicitamos una respuesta del ministro; mañana le pediremos al Poder Judicial que recapacite con respecto al desalojo y que acepte mantener los documentos donde están, hasta que esté listo el local debidamente habilitado para acogerlos como merecen.


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