Pasemos revista al impresionante crecimiento del capital chino en Perú
A raíz de la inminente visita de estado del presidente de China a Perú, los invito a pasar revista a algunos datos importantes de la relación económica actual de nuestro país con el gigante de Asia.
Podríamos comenzar lejos en la historia y hacer notar, por ejemplo, la importancia de la fuerza laboral que fue importada a nuestras costas en el siglo XIX como culíes. Pero no, permítanme concentrarme solo en el siglo actual.
A nivel de bienes y servicios, nuestro principal socio comercial es China: Estados Unidos ha quedado en un lejano segundo lugar. Nuestra balanza comercial con China, que es el valor de la diferencia entre lo que exportamos y lo que importamos, está creciendo de manera muy significativa, particularmente desde 2017 en adelante. En la actualidad, China es nuestro principal receptor de minerales y metales, así como de productos alimenticios, al contrario del monto reducido de valor que le enviamos a Estados Unidos, que era antes nuestro principal socio comercial. De hecho, la balanza comercial con China es favorable al Perú —exportamos mucho más de lo que importamos— y negativa con los Estados Unidos, país del que importamos más de lo que exportamos.
El otro elemento muy importante de nuestra relación económica actual con China es el de la inversión directa extranjera o IDE. Podemos analizar los flujos, es decir, el monto invertido cada año; así como el stock, es decir, el valor total acumulado de activos de propiedad china.
Si solo consideramos el período entre los años 2010 al 2022, los flujos de IDE procedentes de China han crecido anualmente a un espectacular 21 %. En el mismo periodo, los flujos procedentes del Reino Unido solo crecieron a 4% anual, mientras que los de Estados Unidos lo hicieron a 0,1% (sí, casi se mantuvieron constantes).
De hecho, inversiones de Estados Unidos que fueron puestas en venta, como las distribuidoras de energía eléctrica de Lima, fueron compradas por empresas chinas. Aquel diseño de mercado pensado para generar una competencia por comparación entre grandes empresas de distribución de energía eléctrica de Lima, se ha convertido ahora en un modelo que todavía tenemos pendiente de calificar.
Esta gran velocidad de crecimiento de la inversión extranjera directa de China tuvo un punto de inicio muy bajo, con lo cual todavía, en términos de stock, la inversión extranjera directa china no alcanza ni un 10 % de la del Reino Unido, por ejemplo.
Dicho esto, lo cierto es que los sectores económicos donde está presente el capital chino es un asunto a destacar. Recordemos que, a raíz del destape del escándalo de corrupción de Odebrecht y las empresas locales con las cuales participaba en consorcios, hubo un conjunto de constructoras con las que el Estado ya no podía o quería contratar. Ese potencial vacío fue llenado con empresas constructoras de capital chino, quienes son ahora las que interactúan con el Ministerio de Transportes y Comunicaciones —el responsable de las grandes inversiones públicas— o con el Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento cuando de obras de agua y saneamiento se trata.
¿Sabía usted que ya tenemos empresas chinas en el sector de finanzas? Eso quiere decir que han pasado los exigentes filtros de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP y que ahora tienen que interactuar con esta. También hay empresas chinas en el sector comercial, donde el INDECOPI tiene algo que decir. Y, por supuesto, como ya mencioné, están las empresas eléctricas, donde Osinergmin, el regulador de energía y minería tiene competencia.
Estoy dejando para el final a las dos grandes inversiones por las cuales el capital chino es más conocido en el Perú. De un lado se encuentra la minera Las Bambas, que ya tiene más de una década en su zona de influencia y conviviendo con las diversas comunidades aledañas, pero también con Osinergmin, OEFA y el Ministerio de Energía y Minas. Finalmente, tenemos al megapuerto de Chancay al norte de Lima, cuyo desarrollo es un hecho y que está modificando con rapidez el territorio en el que se ubica y estableciendo relaciones con las entidades públicas con quienes tendrá que interactuar.
Es en este contexto de relación económica que se produce la visita del presidente de China, Xi Jinping, en el marco de la Cumbre APEC y de la inauguración, precisamente, del puerto mencionado, enorme puerta de entrada que se ajusta a los planes del gigante asiático. Han sido ocho los años transcurridos desde su primera llegada al Perú: pocos, pero vertiginosos en términos de ingreso de capital.
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Me parece que faltó en el jugo de Roxana unas gotas sobre la pesquería china en nuestros mares, como también el toque de sabor, de la esencia, que nos viene desde la compra por parte de Shougang de Hierro Perú en Marcona, que es el absoluto y persistente irrespeto a los ecosistemas y al medio ambiente. Despertemos y estemos atentos a este nuevo fenómeno neocolonial que ya no tiene presencia física ni agencia patrimonialista y, que por último, responde a un único patrón: el PCCH!