Un nobel andino 


Querida Academia Sueca: una propuesta de Huancavelica para el mundo


Desde los días en que se anunció el más reciente Nobel de Literatura, ha crecido en mí una inquietud y un manifiesto. Para una futura oportunidad, quisiera proponer al escritor Pablo Landeo, nacido en Huancavelica. Cuando hace unos años la Academia Sueca le entregó este galardón a Mario Vargas Llosa, indicó que obras maestras como La guerra del fin del mundo La ciudad y los perros encapsulaban la historia latinoamericana del siglo XX. De la misma manera, la obra de Landeo también condensa de manera única historias de la región, esta vez contadas desde el quechua, la familia lingüística indígena más hablada de las Américas.

Luego de dejar su tierra natal en el sur andino peruano, Pablo Landeo vivió en Lima y, años después, migró a París para continuar estudios doctorales y también para enseñar su lengua materna en el INALCO, instituto afiliado a La Sorbona. De la misma manera que durante el boom latinoamericano la capital francesa fue un espacio de convergencia y creatividad para importantes escritores, Landeo formó parte de un nuevo fenómeno cultural, un boom pero de literatura indígena latinoamericana en la segunda década del siglo XXI. Escritoras quechuas residentes en Francia como Ch’aska Ninawaman y Olivia Reginaldo, activistas, y miembros de diferentes comunidades indígenas migrantes, compartieron con Landeo plataformas académicas, espacios culturales y círculos sociales. Fue en París que comenzó a recibir reconocimientos que en su país natal todavía escaseaban. Recién en 2018, Landeo obtuvo el Premio Nacional de Literatura en el Perú en la categoría de Lenguas Indígenas por su novela en quechua Aqupampa, la cual se ambienta en el contexto de la gran migración desde los Andes hacia la capital peruana a mediados del siglo XX y, por tanto, de la creación de la actual Lima megalópolis. Aqupampa ha llamado la atención de la prensa extranjera porque su autor se rehusó a traducirla al español, y en Estados Unidos se han organizado  una serie de actividades para examinar esta obra literaria

Aqupampa narra la historia de quechuahablantes llegados a la capital, de cómo se valieron de redes de familiares y paisanos para buscar alojamiento y luego negociar la obtención de lotes para construir sus propios hogares en los arenales de la periferia urbana. Como la gran novela que es ofrece, además, un microuniverso de temas y espacios: dilemas familiares y amorosos, saberes y personajes míticos andinos, erotismo, temporalidades no lineales que saltan de los años 70 a inicios de los 2000, contextos de la violencia política y el terrorismo en el Perú, sonoridad literaria, paisajes rurales del sur andino peruano y más. 

Uno de los aspectos más fascinantes de la obra de Landeo es que invita a imaginarnos escenarios concretos en donde los migrantes quechua en Lima no son meros entes pasivos del ‘desborde popular’ —usando el término del antropólogo José Matos Mar—, sino gestores activos de la Lima reciente, una de las treinta ciudades más habitadas del mundo. Así, aunque el idioma español se asocie a Lima de manera espontánea, es interesante notar que la actual configuración de la gran capital peruana se negoció en quechua.

La literatura de Landeo aporta una necesaria relectura de la historia de América Latina desde lenguas y voces indígenas, y nos enriquece con perspectivas que aún pasamos por alto. Por esto y más, considero que esta candidatura para el Nobel es más que necesaria y se las dejo para una futura valoración. ¡Kawsachun! (¡Que viva!).


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1 comentario

  1. Julio Zúñiga Pastor

    Kusa kusa, Masillay Landeo. Qanchus mana chay nobelta llalliparsmuwaq. Llapan tiksi muyu riqsikunki. Kausachun quechuarimakuy

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