Temperatura en la muñeca y cosas peores


Cuando las noticias falsas dejan de ser anécdotas y promueven crímenes


El 2021 llegó con nuevas cábalas. A las uvas, las lentejitas en el monedero y la ropa interior amarilla se le sumaron las mascarillas a juego, la vuelta a la manzana con maletas y un patrullero detrás, entre otros rituales que la pandemia nos ha impuesto. Mi favorito, inexplicable y extendido por todo el territorio peruano –y por el cual me arrepiento de no haber empezado una empresa importadora de termómetros– es la medición de temperatura al entrar en cada establecimiento. 

           El primer día que fui a la farmacia me recibieron con un “señorita, su muñeca para medirle la temperatura”. Yo puse la frente, pero la insistencia fue mayor: “la muñeca”. La misma acción se repitió en el mercado, en el banco y en la panadería, pero mi temperatura fue siempre diferente. Igual me dejaron entrar, con 35 o 38 de temperatura.  

           Hacemos bien en rastrear los síntomas del Covid-19. La fiebre es uno de ellos, pero no es el único, ni es exclusivo de esta enfermedad. Tampoco existe una temperatura universal: para algunas personas la temperatura base es 36 grados, y para otra puede ser 38. Y, por último, desde hace meses conocemos que los pacientes asintomáticos y presintomáticos pueden contagiar a otras personas sin presentar fiebre. 

           Que nos midan la temperatura con termómetros no calibrados, en la muñeca, y sin conocer nuestra temperatura base deja de ser una herramienta útil y pasa a explicarse con “la intención es lo que cuenta”. En este caso, la intención y la inversión cuentan bastante, pero la ejecución falla. Yo pensaba que nos medían la temperatura en la muñeca porque era más fácil o rápido, pero leyendo un artículo de Bruno Ortiz en Reinventándonos, me enteré de que existe otro motivo: una noticia falsa que decía que “el láser de los termómetros te estropea la retina”. 

           Este tipo de termómetros no usa láser, ni estropea la retina, pero ya no hay forma de cambiar la opinión de las personas. ¿Con educación, quizás? Probablemente, pero imagino que si en la farmacia nos explicaran que medir en la frente es mejor, muchas personas responderían: “Ah… pero, mejor, por si acaso en la muñeca”.

           La frase “no es broma, es anécdota” se aplica perfectamente a esta situación. Dentro de algunos años recordaremos cómo nos medían la temperatura en la muñeca y nos reiremos. Algunas noticias falsas hacen que repitamos rituales sin cuestionarnos por qué, pero otras no me causan tanta risa y, más bien, me hacen pensar que lo peor está por venir.

           Esta semana, un farmacéutico en Wisconsin, Estados Unidos, arruinó intencionalmente 500 dosis de la vacuna de Moderna retirándolas de la congeladora. Desde Perú vemos esta noticia con impotencia porque todavía no conocemos cuándo llegarán las vacunas a nuestro país, pero la noticia también despertó otro tipo de reacciones. Periodistas, políticos y personal médico reclamaban una mayor sanción contra el farmacéutico con el fin de prevenir futuras réplicas del crimen. Otros reflexionaban que cómo era posible que haya personal médico que ignore la evidencia científica de las vacunas y decida “interrumpir” el proceso de vacunación por sus propios medios. 

           Por el momento solo conocemos este caso, pero mientras más vacunas se distribuyan, más escucharemos sobre malas prácticas, robos de vacunas, sobornos para vacunarse primero, entre otras acciones que nos recordarán que la pandemia no sacó lo mejor de todas las personas.

5 comentarios

  1. Geraldine Francia

    Hola Alejandra, consideras que temas como vacunas, nuevas tecnologías que sustentan la sociedad de la información, fake news y como identificarlas, deberían ser parte de la curricula escolar? No recuerdo que nada de lo que me enseñarán en el colegio me sirviera para entender mejor estos temas. Ha sido la vida universitaria y la curiosidad las que me llevaron a su comprensión , pero considero que sería mejor que estuvieran al alcance de todos y fueran parte de la formación ciudadana, porque la distancia entre solo opiniones y acciones criminales como las que apuntas se hacen cada vez más cortas.
    Saludos,

  2. zeta

    Lo de la retina no me lo sabía pero había escuchado que quemaba neuronas y casi me tiro del puente u.u

  3. Marco Antonio Panduro

    Y eso del que toma la temperatura al entrar a un establecimiento y ni siquiera hace la «finta» de leer la misma.

  4. Shirley

    Pienso que, precisamente en esta pandemia, estamos viendo la mayor factura de un sistema educativo que ha enseñado a memorizar, callar y acatar, en vez de pensar y cuestionar.
    Por ello, entre otros factores funcionan las fake news en cierta medida, se replican «protocolos» mecánicamente sin entender cuál es la base científica de estas medidas y no siempre se cuestiona quienes se benefician de todo ello, como las empresas proveedoras de productos dudosos o partidos políticos siendo populistas buscando votos.

  5. Claudia

    La limpiada de zapatos, el uso de guantes, la toma de temperatura en la muñeca, la rociada desganada de alcohol de dudosa calidad en las manos… a estas alturas con la evidencia del contagio por aerosoles se debería enfocar la energía en promover el distanciamiento, ventilar y limitar el aforo.

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