Navegando el nuevo Twitter


Las verificaciones se han ido, la confusión ha llegado


Hace más de un año Elon Musk se embarcó en el engorroso proceso de comprar Twitter: convertirse en el accionista mayoritario y luego en el dueño de la red social era, decía, la forma de materializar su interés por la libertad de expresión. En diversas entrevistas, el billonario sostuvo que Twitter era fundamental para la democracia mundial, ya que servía como plataforma de comunicación para políticos, periodistas y ciudadanos. Después de un juicio y de idas y venidas, el interés de Musk terminó costando 44 billones de dólares. 

El proceso también ha involucrado a los tuiteros, quienes experimentamos diversos cambios en la plataforma. Aun intentando mantenernos al margen, hemos visto con más frecuencia los tuits de Musk sobre la compra o los cambios que planeaba hacer, incluso sin ser sus seguidores. También vimos el fallido éxodo de intelectuales, periodistas y tuiteros a Mastodon, que prometía ser el nuevo Twitter, pero aún no lo ha logrado. Además, la red ha experimentado cambios fugaces y permanentes, como introducir, retirar y volver a introducir Twitter Blue. Y esta semana, finalmente, la eliminación de los verificados de instituciones y personalidades. 

Aunque considerar Twitter como un pilar de la democracia puede resultar exagerado, sí podemos concluir que, hoy en día, es el medio preferido para acceder a información de forma rápida y, hasta hace poco, verificada. Por lo menos en la última década, Twitter ha sido la escogida por periodistas, políticos e instituciones para compartir información y que esta se replique en otras redes sociales. Es así que la mayoría de las personas que la usan argumenta que se mantienen ahí porque les facilita el acceso a la actualidad. 

Parte del encanto de Twitter era la verificación de cuentas que pertenecen a ‘personas importantes’ en diferentes países. Gracias a esto, era relativamente sencillo saber si la comunicación venía de una cuenta oficial, o si era retuiteada por una cuenta también oficial. Incluso cuando un tuit se compartía en otra plataforma, el check azul que acompañaba el nombre era un símbolo de que lo dicho venía de una cuenta oficial. Es evidente que los checks azules eran una herramienta para prevenir la desinformación, ya que, aunque uno pueda modificar una captura de pantalla para incluir el símbolo de verificación en una cuenta que no lo tenía, siempre podía ir a la cuenta oficial y verificar si esta realmente había dicho algo o no. 

Sin embargo, esta semana Twitter finalmente eliminó los checks azules en las cuentas verificadas, y los adjudicó solo a aquellas suscritas a Twitter Blue. Este cambio se traduce en nuevos códigos en la red social que pueden confundir a la mayoría de los usuarios, y que pueden dar pie a mayor desinformación y menos herramientas para que podamos verificar lo que recibimos. 

Para poder seguir navegando ahí, esto es lo que debemos tener en cuenta:

  • Twitter Blue es la nueva opción que permite verificar a cualquier persona. Es decir, no necesitas ser un político ni un periodista ni nadie de relevancia para la actualidad de tu comunidad para obtener esta verificación. El precio para obtenerla es desde ocho dólares al mes si se adquiere mediante la web de Twitter, y once dólares si se hace por el sistema de Apple. Las personas que pagan por Twitter Blue pueden editar sus tuits —una opción deseada por los usuarios desde siempre— y subir videos con mayor calidad. Además, tienen la opción de convertir los hilos de en un solo texto largo. 

Hasta hace una semana, cuando le dabas clic al check azul que aparecía al lado del nombre de la cuenta, podías diferenciar entre las cuentas verificadas legacy, es decir, las que eran de personas importantes, de las que eran verificas por Twitter Blue, o sea, las personas que pagaron por este servicio. Ahora que ya no existen las cuentas de legado, los check azul solo corresponde a las suscritas a Twitter Blue. 

  • Twitter Gold es la verificación que han recibido las cuentas de organizaciones o empresas, y consiste en un checkamarillo al costado del nombre. Además, la imagen de perfil de estas cuentas ha pasado a ser cuadrado (a diferencia del resto de perfiles, donde la imagen es redonda). Por ejemplo, Twitter España, Google, Coca Cola o Nike han recibido esta verificación en sus cuentas globales. A cuentas por país como Coca Cola Perú o Inca Kola no les ha sido otorgada. 
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  • Twitter Grey es la distinción que da a cuentas asociadas a instituciones o servidores públicos. Por ejemplo, el Twitter de la Casa Blanca o de congresistas de Estados Unidos tienen el check gris al lado de su nombre. Sin embargo, esta actualización no se ha dado en todos los países, y es así que políticos o instituciones como Pedro Castillo o la Presidencia del Perú no la tienen. 
  • Organizaciones sin verificación. Algunas organizaciones o personalidades importantes han perdido la verificación azul y han optado por no sumarse a Twitter Blue. Así, estas cuentas son más propensas a ser duplicadas, haciendo que los usuarios tengan dificultades para verificar la información. Por ejemplo, el Twitter del Ministerio de Educación, que antes estaba validado, ya no cuenta con verificación. Entonces, para confirmar que estamos leyendo la información de una fuente confiable, debemos revisar el número de seguidores —que suelen ser miles—, los tuits antiguos que confirman su autoridad, el uso de los logos correctos y la réplica de los contenidos en otros canales oficiales. 

Identificar estas pequeñas diferencias nos ayuda a conocer qué cuentas son oficiales y cuáles no, y a conocer de qué fuentes llega la información que leemos. Sin embargo, como todo ahí, puede cambiar con un simple tuit de Elon Musk. 


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1 comentario

  1. Jorge Ortega

    Elon Musk quiere hacer rentable a Twitter, lo que está bien, sus cambios obedecen a este objetivo. Pero estos cambios deberían también contribuir a aclarar las aguas en el mar de los fake news, lo que parece no ocurrirá.

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