Mi enamorado de Estados Unidos


Una ficción con consecuencias concretas


La primera versión que vi del viralizado video #EnamoradoDeEstadosUnidos no fue la original. Primero me llegó una parodia que era graciosa, pero no capturaba un aspecto central del video que estalló en redes la semana que pasó.

Una joven limeña vuelve a Perú con su enamorado de nacionalidad estadounidense y registra en un video de 59 segundos cómo fue su primer día de visita. Disponible en TikTok, la narración circuló velozmente como un (mal) chiste. A cada quien le parecía gracioso por distintas razones: el tono de voz de la narradora, el acento de su acompañante, los lugares que visitaban. A mí no me pareció gracioso. Me pareció demasiado bueno para ser cierto. “Bueno”, en este caso, entendido como un discurso tan directo sobre las clases sociales en Lima que es irresistible analizarlo un poco más. 

A fines del siglo pasado, David S. Parker publicó, en inglés, un libro titulado La idea de la clase media. En él, se discutía la historia social de los empleados de comercio en Lima a principios del siglo XX. Con esto, Parker pretendía entender los diferentes discursos de clase que manejaban los distintos actores en la historia peruana. La tarea no fue fácil ya que tradicionalmente las clases sociales eran estudiadas mediante criterios objetivos. Incluso hoy, es posible ver estratificaciones de la sociedad peruana en términos de ingresos económicos. Poner el foco principal sobre los discursos de clase, en este caso, implica aceptar que el dinero no determina las clases sociales en el Perú.  

Como la raza y el género, las clases sociales peruanas son construcciones sociales. Es decir, son ideas, se construyen mediante imaginarios y se consolidan con costumbres o leyes. Parker revela que es imposible en el Perú crear un modelo científico y objetivo para organizar las clases sociales. Esto se debe a que la división por clases se basa en criterios como el “apellido, educación, vínculos sociales, color de la piel, estilo de vida y muchos otros factores”. Con estas variables, el lugar que cada persona ocupa en la sociedad es subjetivo y precisa de la validación externa. 

No sé si la tiktoker ha leído a Parker, pero pareciera que sí. 

En menos de un minuto, ella hilvana un discurso sobre distintos aspectos cotidianos que revelan cierto status. De forma ingenua, o con intenciones de publicidad encriptada, menciona lugares y marcas. En paralelo, responde a las preguntas: ¿dónde compras ropa?¿dónde bebes café?¿Qué comes?¿Con quiénes te “codeas”? ¿Dónde y cómo te diviertes/entretetienes?¿Eres socio de un club? ¿Qué auto manejas?. Finalmente, ¿de dónde es tu enamorado?

Respuestas a preguntas de este tipo, según Parker, son las que configuran en nuestro país la diferencia entre clases. El nivel de ingresos aquí es irrelevante. Por el contrario, en 1919, cuando los empleados peruanos hacían huelga por mejores salarios y horarios de trabajo, utilizaron un discurso parecido para legitimar sus reclamos. Necesitaban mejores salarios porque tenían un estilo de vida que mantener, al cual no podían renunciar. Ellas y ellos tenían por costumbre bañarse en la playa en el verano, por lo cual ameritaban tener un horario de verano, cuatro horas más corto. Los obreros, cuyos hijos naturalmente trabajaban y que no necesitaban comer bien, podían vivir con menos salario y menos derechos. De la playa, ni qué decir. 

El video de #MiEnamoradoDeEstadosUnidos, está lleno de clichés y lugares comunes que bien conocemos. Juntos retratan el estilo de vida de un grupo social. La autora del TikTok no tiene una consigna explícita de lucha de clases o toma de conciencia. Tampoco la necesita. Su discurso se inscribe en una tradición de ideas que crea divisiones sociales basadas en hábitos, en lugar de criterios objetivos.

Cuando pensaba que todo este análisis eran solo ideas mías, me topé con la versión Villa El Salvador del mismo video. Es una parodia en la que la protagonista recorre otro lado de Lima con un enamorado nacional (de VES), compra ropa en otro sitio, come en otro lugar, con personas que también se ven diferentes a las del video original. El video es gracioso porque es cierto y pone en evidencia las amplias desigualdades en nuestra sociedad.

Lo ideal sería que no existiesen divisiones sociales de este o de otro tipo. Ya que existen, es pertinente entender mejor cómo esas divisiones se originan. La teoría de Parker es que estas se crean mediante discursos como el del video que aquí analizamos. ¿Qué importa si solo es un video de TikTok? Con ideas similares, los empleados de comercio de 1919 lograron una ley que respalda las diferencias naturalizadas entre ellos y los obreros, trabajadores sin apellidos de abolengo y con colores de tez más oscuros. #MiEnamoradoDeEstadosUnidos no va a generar una ley, pero cabe preguntar qué otras divisiones afianza y legitima. Sí, los discursos sobre las clases sociales son imaginarios, pero sus consecuencias pueden ser más concretas.

2 comentarios

  1. Olga Celle de Bowman

    Que buena reflexion, gracias. En el mundo académico norteamericano, las clases son grupos sociales que se miden con multiples variables. El ingreso es solo una variable. La ocupacion, el prestigio de la ocupacion, años de estudio, lugar de residencia, y los «gustos», son todas variables que se pueden operacionalizar y luego medir. Pero esta idea de clase es mas facil en capitalismos avanzados. En la sociedad peruana hay hitos de clase social, obviamente, pero cuando profundizas en la sociedad Limeña, esta ciudad es una sociedad casi estamental. Y digo casi porque los nuevos miembros de la clase media exitosa estan accediendo a educacion de «calidad»… pero me pregunto que estos avances positivos han podido romper las murallas raciales? Cuantos matrimonios interraciales tenemos en los estratos mas altos de la clase media? Por ejemplo, que porcentaje de exalumnas del Belen terminaron casadas con un «provinciano exitoso»? Hay mucha confusion con el concepto de clase social, confusión que ha sido perpetuada por estudios «cuantitativos» utilizando categorias demasiado gruesas como para dar mucha luz al debate. Saludos.

  2. Enrique Zevallos

    Es importante que se entienda que la contraprestación que una empresa está dispuesta a pagar a un empleado u obrero está directamente relacionada a su productividad y capacidad de generación de valor y no a su genero, raza o religión ni a sus necesidades sociales.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Volver arriba