¿Qué dice la evidencia sobre regular el salario mínimo?
El Nobel en Economía anunciado hace dos semanas ha renovado una discusión en el mundo sobre el sueldo mínimo. Esto ha sucedido en un momento clave en el que vienen dándose muchos ajustes y desajustes en la economía mundial como resultado de la pandemia. La mayoría de los países en el mundo viene experimentando inflación, especialmente en la canasta de alimentos, que traería presiones de diversos grupos al alza de los salarios. Esta discusión global es también local y en este artículo intentaré organizar algunas ideas alrededor del tema.
Comencemos aclarando el titular que decía que el Nobel había sido entregado este año al estudio del salario mínimo. Esto es impreciso: el premio se ha dado por un nuevo enfoque metodológico para analizar situaciones del mundo real en economía. Este enfoque ha sido utilizado en múltiples entornos, incluyendo el del análisis de los salarios mínimos. Gracias a ello, prestando atención a la evidencia empírica, se han ajustado los modelos que teníamos al respecto.
Hasta la década de 1990 el sentido común en economía dictaba que una subida del salario mínimo llevaba a menores contrataciones laborales y, por lo tanto, a mayor desempleo. El estudio pionero que hicieron David Card y su coautor Alan Krueger (Q.E.P.D.) en 1994 hizo levantar las cejas a la comunidad de economistas al traer un resultado inesperado para el consenso del momento. Lo que Card y Krueger concluyeron es que no siempre es cierto que un aumento de sueldo mínimo lleva a menor empleo y lo hicieron a través de un contraejemplo: en Nueva Jersey el sueldo mínimo había aumentado casi 20% en abril de 1992 y el empleo no cayó.
Pero más valioso que el propio contraejemplo fue la manera en que lo construyeron, pues legaron una metodología para el análisis empírico. Esta metodología ha sido utilizada en muchos países, sectores económicos y segmentos de la población, de forma tal que hoy contamos con cientos de estudios del impacto de subidas en el sueldo mínimo en los empleos. La conclusión es que algunas veces, efectivamente, el empleo cae, pero otras veces no.
¿Por qué algunas veces el empleo cae y otras no? Existen varios elementos a considerar. Uno de ellos es la magnitud del aumento: es de esperar que cambios pequeños tengan impactos pequeños. Otro factor importante es el nivel en el que se encontraban los salarios antes del aumento: si los salarios estaban muy por debajo de los precios de la canasta básica (alimentos, alquileres, servicios) probablemente un ajuste hacia arriba no tenga mucho impacto, pero si los salarios ya estaban relativamente altos, el impacto puede ser mayor. También importa la predictibilidad del aumento: si se trata de algo intempestivo, es probable que tenga mayores impactos que un aumento programado.
Para una economía como la nuestra, sin embargo, el elemento más importante a considerar es nuestra informalidad laboral. El aumento de la remuneración mínima vital (RMV), en términos regulatorios, es una medida que afecta a pocos trabajadores. Recordemos cómo está configurado nuestro mercado de trabajo. De un universo imaginario de 10 trabajadores peruanos:
-4 son autoempleados (no tienen un empleador con quien negociar un salario, no existe RMV).
-4 son asalariados del sector privado, pero solo dos de ellos tienen empleos formales (la regulación sobre RMV es letra muerta para los otros dos).
-1 es asalariado del sector público.
-El último es una combinación de trabajadores familiares no remunerados, trabajadores del hogar y empleadores.
Así, un aumento de la RMV afecta directamente a muy pocos trabajadores. Pero también hay efectos indirectos. En nuestra economía, la RMV funciona como un referente para los salarios de forma tal que aumentos en la RMV llevan a aumentos de sueldos de los demás trabajadores, formales e informales. De todos modos, la suma de efectos directos e indirectos es pequeña.
Los aumentos en la RMV afectan a pocos trabajadores y, por lo tanto, también, a pocos empleadores. Pero aquí es donde las estadísticas agregadas se pierden parte importante de la historia. Para algunos empleadores, un aumento de la RMV puede terminar de hacer inviables sus negocios, llevándolos a la quiebra. Las decisiones sobre la RMV pueden traer implicancias importantes para varios agentes económicos, trabajadores y empleadores. Las discusiones y decisiones que se tomen en el tema deben ser cuidadosas. La RMV es un instrumento que tienen tanto de técnico como de político.
Cierro con un poco de perspectiva. Los aumentos en la RMV tienen poco impacto en el empleo porque nuestro mercado de trabajo es altamente informal, pero nuestro problema de fondo está en esto ultimo: la informalidad. Nos hemos acostumbrado a convivir con ella de una manera que es poco saludable para la productividad de nuestra economía y la protección social de todos. En un mes típico, más de la mitad de los trabajadores del país llevan a casa ingresos laborales que están por debajo de la RMV. Esto es lo que debería estar en el centro de nuestras discusiones.
Muy buen artículo que pone en perspectiva el problema. Y ese es el reto que tenemos: centrar las conversaciones y los debates en torno a lo que realmente se necesita solucionar (nivel de ingresos, informalidad, por ejemplo). Si no identificamos claramente el problema, las soluciones propuestas no sólo no serán eso, soluciones, sino que corremos el riesgo de empeorar el problema. Imaginemos a un médico que trata a un paciente sobre la base de un diagnóstico errado…