Las actuales protestas y las redes


Un repaso a la realidad paralela que se crea en las pantallas durante los conflictos 


Estando ya a finales de 2022, casi no es necesario explicar el rol que juegan las redes en los movimientos sociales. Según los expertos, fue la Primavera Árabe de 2010-2012 el primer levantamiento masivo en que las redes sociales —Twitter en concreto— fueron la principal plataforma de movilización. En ejemplos más recientes, hemos visto cómo el video del asesinato de George Floyd en 2020 logró el despertar de los reclamos de Black Lives Matter. Y en el Perú también se vio cómo Instagram, Facebook, TikTok, entre otras redes sociales, fueron claves en las protestas contra Manuel Merino: hasta hoy se puede ver uno que otro “Merino no es mi presidente” en los perfiles de Instagram, recordándonos aquel rechazo al breve mandatario. Por entonces, las redes no solo fueron espacio de debate, sino que constituyeron nuestra realidad total, ya que el aislamiento de la pandemia nos mantenía lejos de los lugares de encuentro. Rápidamente, se convirtieron en el espacio en el que se compartía dónde se concentraban las protestas, cómo resguardarse de las bombas lacrimógenas y el desarrollo de la represión.

Era de esperarse, por lo tanto, que las protestas que aún continúan contra el nuevo gobierno de Dina Boluarte y el Congreso también tuvieran su contraparte en las redes. Sin embargo, aún hay quienes se asombran de ver a la ex primera ministra Betssy Chávez manifestándose a través de ellas, llamándola “la nueva reina del TikTok”, como si esta plataforma no fuera uno de los espacio donde se ve mayor apoyo al fenecido gobierno de Pedro Castillo. A propósito de ambos, un artículo publicado esta semana en El Comercio, argumentaba que Castillo y Chávez “no son activistas digitales”, ya que usan sus redes para “azuzar la violencia” en lugar de promover el cambio social.

Dudo que ambos políticos se consideren activistas digitales, y menos aún que estén buscando reconocerse como tales. Sus redes sociales solo son una extensión de su mensaje y son espacios para defender su propia agenda. Entre sus detractores, tampoco creo que nadie esté intentando hacer activismo digital, menos aún cuando se usan las redes para minimizar las muertes de compatriotas, incluso de fallecidos menores de edad, o para ejercer el terruqueo sin pruebas, reparos, ni consecuencias. 

El gobierno actual de Boluarte también está estableciendo su propia forma de comunicación en las plataformas y en la última semana hemos visto un cambio en las redes de la presidencia y del consejo de ministros. Algo que ha llamado mucho la atención han sido los anuncios de las graduaciones de diferentes Fuerzas Armadas como parte de la agenda de la presidenta. Mediante sus publicaciones en Instagram, la presidenta reafirmó su cercanía a ellas, en tanto muchos criticaban esa asistencia a las ceremonias castrenses mientras los escolares del país vieron canceladas las suyas por el estado de emergencia, algo calificado como insensible luego de dos años de ceremonias virtuales a causa de la pandemia.

Como lo comenté en Twitter, la imagen que se da en las redes del actual gobierno es discordante con la realidad. Por una parte, se ha dado prioridad a la presencia de las Fuerzas Armadas en las publicaciones del gobierno, mientras que los textos que acompañaban las imágenes mencionaban el adelanto de elecciones o la búsqueda de la paz. Además, considerando la grave situación en que nos encontramos, llama la atención las imágenes de la presidenta sonriendo en reuniones oficiales, o recibiendo llamadas de mandatarios de otros países, mientras los medios de comunicación muestran la gravedad de las protestas. 

Lamentablemente, la presidenta no es la única persona que muestra en sus redes que vive en una realidad paralela. También parecen hacerlo algunos mandatarios y políticos de países cercanos, como Colombia, México, Argentina, Bolivia y España, quienes por vía diplomática y por Twitter han reafirmado a Castillo como legítimo presidente, ignorando su golpe de Estado y sus casos de corrupción. Como es de esperar, Castillo rápidamente retuitea a quienes lo apoyan desde otros países. Atrás quedó ese momento en que no sabíamos cuál era la real cuenta del pasado presidente. 

De momento no podemos vislumbrar cómo se resolverá la crisis que vamos viviendo en el Perú. Aunque es una obviedad el rol que tienen las redes, algunos continúan asombrándose de su uso político. O peor aún, las usan de la peor manera posible, defendiendo lo indefendible y creando la realidad en la que desean vivir, y no la que se respira en las calles.


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1 comentario

  1. Lucho Amaya

    ¿España?
    Acabo de buscar lo último sobre la posición del gobierno español y lo que subsiste es el reconocimiento de Sánchez a Boluarte, del 8 de diciembre.
    Un dato errado, de su parte, allí.
    Es necesario el diálogo o debate político en esta crisis o megacrisis que vivimos, pero, oídos sordos por todos lados.
    Por mi parte, y no sé si viene al caso, puedo estar solo defendiendo una tesis o posición pero no por eso dejaría de defenderla, con argumentos.
    Saludos
    … y permítame decir algo más: Estoy extrañado de la falta de claridad sobre su posición en esta crisis de los que licúan en Jugo de Caigua.
    Otro saludo.

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