Se acabó la emergencia, ¿pero cómo reaccionaremos en los años postpandemia?
El domingo 15 de marzo de 2020 la mayoría de mis compatriotas pensamos que estaríamos en cuarentena por dos semanas para hacer frente a lo que resultó ser la pandemia del coronavirus. Diez días después del anuncio del primer caso en Perú, las indicaciones de aislamiento social obligatorio llegaron; sin embargo, ese primer caso fue solo una ilusión que nos distrajo de los posibles casos no diagnosticados que ya se habían propagado, según confirmaron investigaciones científicas posteriores. Las dos semanas de cuarentena se convirtieron en dos meses y, finalmente, en una batalla de más de dos años contra una enfermedad que ha afectado de forma particular a cada uno de nosotros. En Perú, el virus pareció pasar a un segundo plano cuando las vacunas se hicieron más accesibles, cuando los hospitales dejaron de estar saturados y cuando pudimos retornar a la cotidianidad sin mascarillas ni restricciones.
A pesar de la aparente falta de preocupación de muchas personas respecto al coronavirus, un anuncio reciente ha llamado nuestra atención: el fin de la emergencia sanitaria global. El pasado viernes, Tedros Adhanom, director general de la Organización Mundial de la Salud, anunció la noticia a través de Twitter, y rápidamente los medios de comunicación generales y especializados hicieron eco de ella. Las agencias de salud de los diversos países también explicaron cómo se verían afectados por esta decisión. Es importante señalar que, aunque muchos han dejado de seguir de cerca la evolución de la pandemia, el fin de la emergencia sanitaria global no significa el fin del virus, y aún se requiere de medidas de prevención y cuidado.
A pesar de su importancia, el informe que acompaña al anuncio del fin de la emergencia sanitaria no ha sido ampliamente divulgado por los medios de comunicación. El reporte, titulado From emergency response to long-term COVID-19 disease management: sustaining gains made during the COVID-19 pandemic, presenta la estrategia de la OMS para los próximos años (2023-2025). La organización estima que este periodo será de transición para que los países se adapten a una respuesta a largo plazo que se centre en la prevención, el control y la gestión de la enfermedad. Para lograr esto, la OMS ha propuesto cinco componentes clave para la preparación, la acción y la respuesta a la pandemia: coordinación de la emergencia, vigilancia colaborativa, protección comunitaria, acceso a medidas de protección y seguridad, y atención escalable. Es crucial que cada país presente su propio plan para la siguiente etapa de la pandemia y explique cómo se comprometerán a seguir las sugerencias de la OMS, o por qué no las implementarán. La divulgación y el seguimiento de este informe son fundamentales para garantizar una gestión eficaz de la pandemia y minimizar su impacto en la salud pública global.
Aunque el estado de emergencia nacional y sus restricciones terminaron en febrero de este año en Perú, el Ministerio de Salud ha emitido un comunicado en respuesta al anuncio de la OMS sobre el fin de la emergencia sanitaria global. Si bien el comunicado del Minsa asegura que garantizarán la transición a la gestión a largo plazo de la Covid-19, resulta preocupante la falta de información específica sobre el plan que se implementará en esta nueva fase de la pandemia, y cómo se seguirán las recomendaciones de la OMS, especialmente en lo que respecta a los cinco componentes de su estrategia para los años 2023-2025. Aunque se menciona la ampliación de las capacidades de los servicios de salud y la continuidad del esquema de vacunación y las medidas preventivas, el comunicado rápido del Minsa no profundiza en todos los ejes que la OMS señala en su reporte, como la comunicación y el Covid largo, lo que genera incertidumbre en la población sobre las acciones que se tomarán en la siguiente etapa de la pandemia.
El reporte de la OMS destaca la importancia de la comunicación como pilar fundamental en la protección comunitaria durante la emergencia sanitaria. En particular, la organización considera que la «comunicación de riesgo, la participación comunitaria y el manejo de la infodemia» son aspectos clave en su respuesta a la pandemia y la postpandemia. La OMS destaca la necesidad de una comunicación científica que esté presente en todas las etapas de la respuesta sanitaria, no solo como un pensamiento posterior a los planes de emergencia. Además, menciona el desafío de la infodemia, que se refiere a la sobrecarga de información relacionada con la pandemia y que puede confundir a la población. Este término también se refiere a la información falsa o manipulada que puede dañar la salud pública. Es interesante que la OMS destaque el manejo de la información —verdadera y falsa— como una parte esencial de la protección de la sociedad, junto con la movilización y el transporte de la población, las políticas de investigación y estrategias de vacunación.
El segundo punto es el llamado «Covid largo» o «postcovid», según lo indica la OMS. Este fenómeno se caracteriza por la presencia de síntomas o afectaciones relacionadas con el coronavirus que persisten durante meses, incluso después de que la persona ha dado negativo en las pruebas de detección. Según la OMS, hasta un 6 % de los pacientes sintomáticos pueden experimentar esta condición. Algunos de ellos han presentado tos o dificultad para respirar, mientras que otros han sufrido pérdida de movilidad o funciones vitales. A pesar de que se trata de una condición amplia y variable, resulta fundamental mencionarla en cualquier discusión sobre la gestión de la pandemia.
La OMS señala que todavía existe incertidumbre en cuanto al manejo y tratamiento del Covid largo. Según el informe, los recursos destinados a atender a estas personas resultan insuficientes y, en muchos casos, la atención recibida es inadecuada. El mal manejo de esta condición puede tener un impacto significativo en cómo se gestiona la pandemia a largo plazo. Es por eso que la OMS hace un llamado a prestar mayor atención a esta problemática en las fases siguientes de la pandemia.
A pesar de que el informe de la OMS reconoce la importancia del Covid largo y menciona la necesidad de seguir trabajando en su atención, algunos grupos de pacientes han manifestado su preocupación ante la finalización del estado de emergencia sanitaria en algunos países, argumentando que esto puede dar lugar a una falta de atención y recursos para quienes padecen esta condición. Es necesario seguir trabajando en la identificación y atención de esta problemática para garantizar una respuesta sanitaria integral y efectiva frente a la pandemia.
La OMS ha aclarado que la declaración de fin de la pandemia de Covid-19 no implica la eliminación total del virus, ya que es probable que algunas variantes continúen circulando y se presenten nuevos casos de infección. Es importante destacar que la pandemia ha dejado una sensación de desconfianza en las instituciones, incluyendo a la OMS, lo que ha llevado a exigir no solo anuncios de nuevas etapas, sino también una mayor investigación y procesos judiciales para quienes han sido responsables de malos manejos durante la emergencia, así como mejoras en los servicios sanitarios para honrar la memoria de los que hemos perdido y proteger la salud de los que aún estamos aquí.
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