5 novelas para enfrentar las amenazas autoritarias de hoy
Los tiempos actuales están marcados por un resurgimiento del autoritarismo en diversas partes del mundo: el centro de la escena ha sido ocupado por gobiernos que socavan derechos, que erosionan la independencia de las instituciones y que reprimen la disidencia. En este contexto, la literatura puede ofrecer una brújula ética y política, no solo para comprender los mecanismos del abuso de poder, sino también para encontrar formas de resistencia. Las siguientes cinco novelas ofrecen lecciones esenciales para enfrentar las amenazas autoritarias.
En El cuento de la criada, la escritora canadiense Margaret Atwood nos sumerge en Gilead, un régimen absolutista donde las mujeres han sido reducidas a su capacidad reproductiva. La protagonista, Defred, lucha por mantener su identidad a pesar de la brutalidad del sistema. La novela resalta cómo derechos y sentidos comunes que parecen firmemente instalados pueden deteriorarse con sorprendente rapidez cuando fuerzas autoritarias toman el control. Si para algunos puede parecer una propuesta inverosímil, basta con ver lo ocurrido con los derechos de las mujeres en Irán en las últimas décadas. La estabilidad de los derechos no es inquebrantable: la historia muestra que los retrocesos pueden ser acelerados y drásticos, lo que hace fundamental la vigilancia constante y la resistencia activa frente a cualquier amenaza a las libertades individuales.
Por su parte, el escritor peruano Mario Vargas Llosa recrea en La fiesta del Chivo los últimos días de la dictadura de Rafael Trujillo en República Dominicana, mostrando cómo el miedo y la adulación ayudan a sostener un régimen opresivo. A través de personajes atrapados en una red de sumisión y resentimiento, la novela evidencia la corrosión moral que el autoritarismo impone en toda la sociedad. Los regímenes autoritarios no solo se sostienen con represión, sino con la complicidad activa o pasiva de ciudadanos que, por miedo o conveniencia, prefieren callar. Romper esa dinámica requiere asumir el riesgo de la disidencia y reconocer que el silencio es una forma de colaboración.
Y si hablamos de autoritarismos, no podemos dejar de mencionar 1984. La distopía del escritor británico George Orwell es una de las exploraciones más profundas sobre la manipulación del pensamiento a través del control del lenguaje y la vigilancia absoluta. En 1984, el Partido modifica la historia a su conveniencia y emplea la neolengua para restringir la capacidad de pensar críticamente. Winston, el protagonista, intenta resistir, pero el poder del Estado es casi absoluto. La novela demuestra que el lenguaje es un campo de batalla, y la lucha contra el autoritarismo implica resistir la distorsión de los hechos, defender la verdad y crear narrativas alternativas que desafíen el discurso oficial. La alfabetización mediática y la protección de la prensa independiente son esenciales para evitar que el poder imponga su propia versión de la realidad.
Desde otro contexto, Actos humanos, de la escritora coreana Han Kang, se basa en la masacre de Gwangju de 1980 en Corea del Sur, donde el gobierno militar reprimió violentamente un levantamiento popular. La historia se cuenta desde múltiples voces: víctimas, sobrevivientes y testigos que enfrentan las cicatrices del trauma y la indiferencia de la historia oficial. Las dictaduras no solo matan cuerpos, sino también memorias. Enfrentar el autoritarismo implica exigir justicia, reconocer a las víctimas y no permitir que el dolor sea ignorado por el tiempo o la censura. La verdad histórica y la reparación son pasos cruciales para evitar la repetición de crímenes de Estado.
Finalmente, en Cantoras, de la escritora uruguayo-norteamericana Caro de Robertis, cinco mujeres queerencuentran refugio en un rincón costero de Uruguay durante la dictadura. Mientras el régimen impone el silencio y la represión, ellas crean un espacio de libertad y amor al margen del poder oficial. La novela muestra que la resistencia no siempre se da en grandes actos heroicos, sino en la afirmación diaria de la propia identidad y comunidad. En tiempos oscuros, la solidaridad y la creación de espacios de autonomía son formas esenciales de resistencia. Construir redes de apoyo y mantener la dignidad personal son estrategias clave para sobrevivir y desafiar a regímenes opresivos.
Cada una de estas novelas revela aspectos cruciales del autoritarismo: su capacidad para imponer miedo, manipular la verdad, borrar la historia y sofocar la individualidad. Pero también nos muestran que la resistencia adopta muchas formas, desde la memoria y la denuncia hasta la solidaridad y la persistencia en la verdad. Leer estos relatos no solo nos hace entender mejor las amenazas de nuestro tiempo, sino que nos ayuda a mejorar nuestras trincheras para enfrentarlas con determinación.
¡Suscríbete a Jugo haciendo click en el botón de abajo!
Contamos contigo para no desenchufar la licuadora.