Un breve compendio de fuentes e ideas para seguir las discusiones de las próximas semanas
Empezamos el segundo tercio de febrero y a estas alturas es preocupante constatar la pobre preparación de los candidatos a la Presidencia, con generalidades y promesas aparentemente atractivas, pero poco viables o de bajo impacto real.
Bastaron dos encuentros para sacar esta conclusión, ambos convocados por el físico y promotor científico Modesto Montoya. El primero fue sobre ciencia, tecnología e innovación, y el segundo fue sobre educación. Bruno Ortiz, el periodista que moderó ambas sesiones, ha resumido las propuestas aquí y aquí para El Comercio.
La academia local tiene un aporte comprehensivo en la plataforma Perú Debate 2021, donde se han reunido 20 estudios de interés nacional agrupados en cuatro grandes temas: (i) gestión pública, (ii) políticas sociales, (iii) desarrollo productivo y empleo, y (iv) desarrollo ambiental. La semana pasada todas estas contribuciones fueron presentadas y discutidas en cuatro conferencias. Los documentos, los videos de las presentaciones –y mucho más material relevante– se encuentran en este sitio web. Sería muy práctico para los equipos en campaña que acudan a dicho material, tomen lo que les parezca relevante y pasemos a discusiones de fondo: ahora que Internet ocupará un lugar más importante rumbo a las próximas elecciones existe el potencial para elevar el nivel del debate. Sería mejor que discutan esto en lugar de subir videos tratando de hacerse los graciosos con bailes, filtros, karaokes o histrionismo tonto.
Algo que los candidatos sí han hecho –pero muy pocos hemos revisado–, son sus planes de gobierno. Todos están disponibles en esta plataforma electoral del Jurado Nacional de Elecciones, donde también están las hojas de vida de los candidatos. Recomendaría una visita a este sitio web, pero lo realista es que se trata de una tarea larga y tediosa, así que lo invito a leer mi nota al pie.[1]
De los pendientes más importantes por debatir, hay dos a los que suelo prestarles especial atención: la educación y el trabajo. Los retos en ambos son enormes y bien diferentes, y me permito entregarle un resumen de lo que he podido observar.
En Educación, la mayoría de los candidatos han ofrecido hasta el momento hardware: redes de Internet, satélites, tabletas, laptops. Pocos han reconocido la importancia de los maestros. De nada serviría contar con la mejor tecnología en los colegios si el ser humano que debe guiar a los estudiantes en su uso no está adecuadamente seleccionado, formado, acompañado, retroalimentado y reconocido. Es necesario continuar en el trabajo de mejora de la profesión docente.
Los maestros han estado descuidados por décadas. Quebrar el círculo vicioso de bajas calificaciones y bajos salarios en el que hoy se encuentran requiere mucho esfuerzo. Continuar en la ruta de aumentos, tanto en las exigencias hacia ellos (evaluaciones) como en sus retribuciones, no es nada sencillo, pues se trata del colectivo más grande de profesionales en el país: cualquier aumento razonable en su base salarial se traduce en varios puntos del PBI. En un país que estará en dificultades fiscales tras la pandemia, el reto de los salarios de los docentes recae en un ministerio que no es el de Educación, sino en el de Economía.
En el sector Trabajo, el reto es otro: la generación de consensos para simplificar las reglas de juego. Nuestras legislaciones laborales y tributarias son barrocas y tienen muchas contradicciones en los incentivos pese a sus buenas intenciones. El compilado de normas laborales tiene más de 1.800 páginas, inviable para casi cualquier empresario o trabajador. Al respecto, el equilibrio en el que nos encontramos se puede resumir en una tragedia en tres actos:
Primer acto: La legislación estipula que los trabajadores están cubiertos por una red de protección social (salud y pensiones) que se financia con recursos de la relación laboral. Esta legislación se incumple en una gran medida, y en otra medida importante tiene excepciones. Como resultado, la mayoría de los trabajadores no gozan de protección social.
Segundo acto: Como reacción a ello, el Estado provee otras formas de protección social (SIS, Pensión 65) que aumentan los incentivos hacia la informalidad, especialmente para los trabajadores de baja productividad.
Tercer acto: En vista de la informalidad, el Estado ha ido creando regímenes especiales con tasas reducidas para las micro y pequeñas empresas, lo cual ha traído distorsiones adicionales, pues las empresas reciben incentivos para no crecer.
Nótese cómo así nos engulle una espiral de buenas intenciones que no se materializan en resultados y que, al contrario, inducen a soluciones parciales, traen nuevos problemas y, a fin de cuentas, llevan a la sociedad a un terrible equilibro de baja protección social y baja productividad. Una solución a este problema debería apuntar al foco del mismo: la legislación. En esto existen visiones antagónicas (protección laboral vs. libertad de contratación y despido) que necesitan ir acercándose. Y para esto debería servir el debate.
[1] Felizmente hay especialistas que vienen contribuyendo con esa tarea. En educación, hay dos revisiones muy buenas: la de Stefania y Micaela Vindrola en Educacción y la de Edugestores. En lo digital, Carlos Guerrero ha hecho un recuento detallado de las propuestas en Lima Legaltech. En los próximos días saldrá una revisión comprehensiva que viene preparando Alexandra Ames de la Escuela de Gestión Pública de la Universidad del Pacifico.
Estimado Hugo, pero si vamos contra las formas de protección social como el SIS, siendo la salud un derecho ¿Qué pasaría con las personas que no pueden ingresar al sector formal debido a la segmentación del mercado de trabajo peruano?
Gracias Hugo, muy interesante. La tarea adicional es promover el conocimiento de estos planes por parte de la ciudadanía, realizar resúmenes, infografías, videos, interpretaciones, etc. Una ciudadanía informada es clave.
Buenas tardes…Si es un tema de legislación, estamos hablando del Congreso de la República y del Ejecutivo.
El Congreso maneja las leyes al vaivén de sus intereses…,y peor aún, enganchado con supuestos aportes de apoyo a la campaña electoral como los US$3´650,000 dólares que le entregó Romero a Keiko (impunemente) y que exigía tácitamente, legislación propuesta por su bancada a favor de la empresa privada, empezando por los octógonos de Alacena y ,además, el regalito de CONFIEP… Algo anda mal en el Reglamento del Congreso o en la Constitución…Ya no hay inmunidad pero sí pueden segur intentarlo sin dejar evidencias en el camino. La Legislación sabia y positiva sólo parece un sueño imposible. Mi país me angustia, más que nunca en estos tiempos.