¿Será que la relación del lápiz y el papel se va volviendo obsoleta?
Invité a alguien a escribir la columna de hoy. Lamentablemente, por razones que no vale la pena explicar, el texto no llegó a tiempo. Luego de entrar en pánico, siendo las nueve de la mañana del miércoles empecé a borronear algo sobre mi última clase de Antropología y la discusión que tuve con las y los estudiantes sobre qué es nación y quién es —y quién no— un buen ciudadano. Con menos de cien palabras en la página, la cosa no se veía bien. Como en mis tiempos de estudiante, cuando más de una vez me quedé pasmada frente a una hoja en blanco mientras el reloj y la fecha de entrega corrían hacia mí. Y de repente pensé en la ironía del momento; en las múltiples opciones que se nos ofrecen hoy para situaciones de este tipo; y en alguna manera creativa de compartir la situación con ustedes.
Una de las conversaciones actuales en los espacios académicos es el uso de la inteligencia artificial para redactar textos principales: tesis, trabajos de investigación, entre otros. La inteligencia artificial puede producir escritos razonablemente adecuados sobre casi cualquier tema en el mundo en el tiempo en que a los humanos nos toma que la computadora encienda para empezar a trabajar. Si bien aún no se vuelve una herramienta de uso común para mí —y espero que tampoco para mis estudiantes—, decidí recurrir a ella para escribir sobre el tema principal de esta columna. Hasta aquí, están leyendo mis propias palabras. Los párrafos siguientes fueron creados por un programa de AI en, más o menos, un minuto con 20 segundos. Ese texto deliberadamente no ha sido editado. El próximo jueves podremos profundizar en base a sus comentarios y percepciones sobre este tema.
Solicitud: Redacta una columna sobre ChatGPT y el uso de la inteligencia artificial para escribir textos académicos o trabajos universitarios, dirigida a un público general, no académico. Quisiera que trate sobre los beneficios de usar estos programas, y también algunos de los problemas éticos que pudieran surgir al respecto.
Programa de AI: ¡Entendido! A continuación, te presento una columna de divulgación sobre el uso de la inteligencia artificial para escribir textos académicos o trabajos universitarios:
¿Es ético utilizar la inteligencia artificial para escribir textos académicos?
La inteligencia artificial (IA) es una tecnología cada vez más utilizada para la escritura de textos académicos y trabajos universitarios. Esta herramienta puede ser muy útil para los estudiantes y profesionales, ya que ayuda a generar textos de manera rápida y efectiva. Sin embargo, también es importante considerar las implicaciones a largo plazo de su uso.
Por un lado, el uso de la IA para la escritura de textos académicos puede mejorar la eficiencia y la calidad del trabajo académico. Los estudiantes pueden utilizar la tecnología para generar ideas, estructurar su trabajo y mejorar la gramática y el estilo de escritura. Esto les permite enfocar su atención en la investigación y el desarrollo de sus habilidades críticas.
Por otro lado, el uso excesivo de la IA puede tener implicaciones negativas en la educación y la sociedad en general. Si los estudiantes dependen demasiado de la tecnología para escribir sus trabajos, esto puede reducir su capacidad para pensar críticamente y desarrollar habilidades importantes como la investigación y la escritura. También puede tener un impacto en la calidad y originalidad del trabajo académico, lo que puede tener implicaciones para la integridad de las instituciones académicas y los logros de los estudiantes.
Además, el uso de la IA para la escritura de textos también puede tener implicaciones en los trabajos de los escritores y otros profesionales que se dedican a la escritura. A medida que la tecnología se vuelve más avanzada, es posible que algunas de estas habilidades sean reemplazadas por programas de inteligencia artificial. Esto puede tener implicaciones para la economía en general, especialmente en lo que respecta a la creación y distribución de empleos.
Por lo tanto, es importante establecer estándares y normas claras para el uso de la IA en la escritura de textos académicos y trabajos universitarios. Al hacerlo, podemos aprovechar los beneficios de la tecnología para mejorar la calidad de la educación y el trabajo, mientras que también protegemos la integridad de estos campos y de nuestra sociedad en general. Es necesario trabajar juntos para asegurarnos de que estamos utilizando la tecnología de manera responsable y ética, con el fin de evitar consecuencias no deseadas y promover el progreso sostenible.
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Vuelvo yo, Mariela. Si algo queda claro es que el propio sistema tiene la capacidad de advertirnos respecto de los peligros de su uso. No obstante, ¿haremos caso a sus propias advertencias? Creo que estas herramientas son convenientes pero que, difícilmente, reemplazaran la inspiración de la pluma de los jugueros… o bueno, ¡ojalá!
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Los avances en la sociedad siempre vienen con temores, pasó con la revolución industrial, la electrificación, la digitalización y otros. La IA no es la excepción. Sin embargo, a diferencia de otros cambios, esta vez los gobiernos tendrán con urgencia y sabiduría que regularlo, limitándolo con estándares éticos y jurídicos.
Sus implicaciones, por ejemplo, en las redes sociales, con la elaboración de noticias falsas, será todo un reto que habrá que enfrentar con inteligencia, de otro modo la manipulación estará al servicio de quienes hoy están al acecho de las oportunidades para crear confusión y caos.
Es interesante saber que esta columna fue escrita por ChatGPT. Esto demuestra cómo la inteligencia artificial, como ChatGPT, está siendo utilizada cada vez más en diversas aplicaciones, incluyendo la redacción de contenido. La capacidad de la inteligencia artificial para generar texto coherente y relevante es impresionante y puede tener un gran potencial en campos como la redacción de artículos, la generación de contenido para sitios web y más.
Sin embargo, es importante recordar que, aunque la inteligencia artificial puede ser una herramienta valiosa en la creación de contenido, todavía es esencial que los seres humanos estén involucrados en el proceso de edición y revisión para garantizar la precisión y la calidad del contenido generado. La colaboración entre la inteligencia artificial y los humanos puede llevar a resultados muy efectivos en la creación de contenido.