Escuchar otras voces 


Dentro del espanto, los jóvenes aportan la esperanza 


Llevamos casi dos meses de inestabilidad en su pico. Desde el fallido intento de golpe de Estado de Pedro Castillo, la presidencia de Dina Boluarte parece pender de un hilo y sigue en pie, pero a punta de balas, bombas lacrimógenas y apoyo de los militares y policías. Y se mantiene también porque el Congreso de la República se ha cerrado a cualquier posibilidad de un adelanto de las elecciones, a pesar de que el Ejecutivo ya lo ha solicitado y que se trata, sin duda, de un clamor generalizado. Desde la derecha se aduce que no se puede claudicar ante una turba y que su deber es mantenerse como un muro de contención para evitar un mayor descalabro. Los representantes de la izquierda más radical dicen que no aceptarán un adelanto de elecciones a menos que estas vengan acompañadas de una Asamblea Constituyente, algo que no parece posible de lograr en estas circunstancias.

Mientras tanto, la situación se sigue deteriorando. El país se incendia y una gran mayoría opina que es momento de un cambio. Dos medios internacionales, que no se pueden tildar de “caviares” o de izquierda, The Economist y The New York Times, ya no califican al Perú como una democracia; consideran que la manera como se está comportando el gobierno es problemática y que ya no se trata de un sistema representativo. Más de una persona me ha preguntado en los últimos días si hay un riesgo de que el Perú se convierta en una dictadura militar. Mi respuesta ha sido la misma: los militares no necesitan el poder porque de momento son quienes sostienen en la presidencia a la señora Boluarte. Es decir, ya tienen el poder.

Hace unas semanas compartí un conversatorio con varios colegas y me sorprendió la soltura con que Martín Tanaka arguyó que no estaba tan seguro de que fuéramos a ver elecciones en el corto o mediano plazo. En ese momento no lo creí posible, porque todo parecía indicar que el llamado a adelantar elecciones era inminente. Hoy, después de ver el comportamiento del Congreso y de la firme negativa de Boluarte a renunciar, no estoy tan segura de que tendremos elecciones pronto. ¿Pero es realmente viable seguir así hasta el 2026? ¿Existe algún tipo de legitimidad?

La violencia con la que se ha reprimido a la protesta ha sido realmente desproporcionada. Este reportaje de IDL reporteros sobre la situación en el hospital Carlos Monge Medrano de Juliaca ilustra que lo que se ha visto ahí no se entiende más que en un escenario de guerra. Municiones militares, disparos al tórax, al cuerpo, a la cabeza. Todas las historias de las balas llegadas desde Bolivia han sido desmentidas, así como la posible manufactura casera de este tipo de proyectiles. La canciller del Perú, Ana Cecilia Gervasi, reconoció el viernes en The New York Times que no hay evidencia de que las manifestaciones sean impulsadas por criminales. Repitámoslo: más de 60 personas muertas y hasta ahora ni una disculpa, una explicación o una solución.

En este complejo contexto de incertidumbre y desconcierto, tuve la oportunidad de conocer a dos jóvenes mujeres ashaninkas que llegaron a Londres desde las orillas del río Perené, cerca de la ciudad de Pichanaki, donde la carretera marginal de la selva conecta Satipo con San Ramón. El puente de Pichanaki es estratégico y, por lo tanto, tiende a ser tomado cuando las personas de la localidad quieren llamar la atención de las autoridades: en 2015, diecinueve personas resultaron heridas tras unas manifestaciones. Sin embargo, estas semanas la violencia ha sido mucho mayor. En diciembre murió un joven de 17 años tras recibir el impacto de un perdigón cuando estaba enfrente de su casa y cinco personas resultaron heridas, entre ellas dos policías. La semana pasada, La República reportó que tres personas murieron y las necropsias han indicado que todas recibieron impactos de bala por la espalda, y que ninguna de ellas participaba en las protestas. 

Karen Pamela Huere Cristóbal llegó hasta Londres después de días tratando de atravesar los bloqueos de carretera y logró hacerlo para denunciar la situación en su localidad. Ella ha sido parte de un proyecto de investigación de la Pontificia Universidad Católica y la Universidad de East Anglia, en colaboración con OMIASEC y ONAMIAP, dos importantes organizaciones indígenas. En los últimos dos años ella y sus hermanas han creado documentales sobre sus comunidades y sobre sus deseos y anhelos para el futuro, y aquí los invito a que vean sus trabajos y comprueben que hay mucho por hacer y muchas ganas de hacerlo.

Karen Pamela nos habló de sus luchas, de sus ganas de transformar el Perú, todo ello dentro de la terrible desesperanza de ver que el país arde y donde no parece haber una solución posible desde un Estado capturado por intereses particulares. Su juventud y su fortaleza —junto a la de sus hermanas con las que ha hecho este trabajo—, me lleva a pensar que las soluciones en nuestro país provendrán de los jóvenes y de las regiones. 

A ellos, todo nuestro apoyo, solidaridad y, desde el pequeño lugar que ocupamos, un espacio para amplificar sus voces. Son estas las que tenemos que oír de momento.


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3 comentarios

  1. Mariano Calderon

    Pedir disculpas??? Eso tienen que hacer los delincuentes organizados que usan violencia, únicos responsables y no el Estado. Sin ninguna vergüenza, el texto soslaya el salvajismo que han utilizado los delincuentes en las calles y que es la causa directa de la muerte de decenas de personas.

    NYT y Economist no son caviares jajajaj, sus corresponsales tampoco y la autora menos, que va !!! La República y ILD Reposteros, tremendos medios imparciales. Vergüenza debería dar repetir barbaridades como que no hay democracia, un «hibrido» o que las FFAA gobiernan. O sea, estamos en dictadura, según el sesudo análisis de la brillante historiadora. De ripley.

    Mientras los «intelectuales» rojos viven en su mundo de ficción con el pueblo en una situación «insostenible», las marchas comienzan a diluirse y el pueblo que las repudia junto con la PNP se organizan para repeler por la fuerza a los que protestan como ya se hizo en el Callao, Cusco y Arequipa.

    Les ha fallado el plan para repetir la de Merino, ya la prensa caviar no domina los medios y hay un Willax que arrasa en sintonía porque dice lo que la prensa caviar calla. La lección se aprendió y el congreso no ha caído en el juego de la minoría revoltosa de izquierda; no van a adelantar elecciones, mucho menos remover a Williams para que entre otro socialista como Sagasti.

    En los siguientes días, los congresistas comprenderán mejor que las marchas, a pesar de sonoras, no han tenido respaldo popular masivo y que lo que quiere la gente es que la dejen trabajar. Se olvidarán del adelanto de elecciones y se quedaran hasta el 2026 como dice la ley, quedando en el archivo el plan de la izquierda para recuperar el ejecutivo

    • ANDREA

      TODO MAL CON PERSONAS COMO USTED SU MIOPIA ESTA MAS ALLA DE TODO LO SUCEDIDO Y LAS GRANDES REPRESALIAS POR PARTE DE LA POLICIA. ACASO LAS 60 MUERTES QUE HASTA AHORA VAN MURIERON ASÍ POR ASÍ?

  2. Mariano Calderon

    si son 60 muertes pero no de niños en un jardín de flores, son 60 delincuentes violentos que atacaban a personas, propiedad y policias, que queman vivos a personas, atacan aeropuertos y comisarias, apedrean ambulancias o que impiden el transito por 10 días a personas ajenas. No ha visto las imagenes por tv???

    Si, 60 muertos, pero contabilice primero cuantos ataques han hecho estos salvajes en 60 días contra otras personas. Razone y no se ponga exaltada que escribiendo en mayúscula solo refleja violencia verbal. Y si no puede, al menos imagine que usted o su hijo iba en la ambulancia. A ver si así, toma consciencia de quienes son los responsables y que las fuerzas del orden tienes que repeler la violencia con el uso de la fuerza, como ocurre en cualquier país civilizado.

    Mas respeto por la vida y los derechos de los seres humanos, no de los radicales comunistas que seguro es lo que le interesa, sino de los 33 millones de peruanos de bien que estamos hartos que unos comunistas quieran imponer por la fuerza sus ideas, después de haber ejecutado un golpe de estado, con el aplauso de algunos perdidos..

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