Obras son amores: el compromiso de reducir la brecha de género
Hernán Alzamora Solís es cofundador de Interseccionale. Profesor y publicista con estudios y experiencia profesional en diversidad e inclusión, cultura, comunicación interna, engagement, responsabilidad social corporativa y sostenibilidad, marketing, comunicación digital, gestión de proyectos, mejora de procesos y diseño de KPIs.
El Día de la Madre es una oportunidad para honrar esa figura que tanto nos ha dado y demostrarle nuestro amor y agradecimiento. Sin embargo, una vez que pasada la fecha, sería importante preguntarse qué sigue. No me refiero a cuál es la siguiente celebración en el calendario, sino a qué viene para las madres y todas las mujeres en nuestras vidas.
La realidad es que la gran mayoría de las mujeres —pero en especial las madres— enfrentan una serie de barreras en su vida diaria. Debido a los roles de género asignados por la sociedad tienen una mayor carga doméstica que los hombres, que incluye el cuidado de la casa y de los miembros de la familia.
Además, afrontan desventajas en su vida profesional, como la idea aún presente de que el día a día de una mujer con hijos es complicada y no podrá dedicarle el mismo empeño al trabajo que un varón. Asimismo, habría que señalar que su crecimiento y cuidado personal a menudo se ven relegados por las horas extras (y no remuneradas) que normalmente dedican a las labores domésticas y de gestión del hogar.
Pero ¿qué acciones podemos tomar para reducir barreras como estas y construir una sociedad más justa e igualitaria para todas las personas?
Muchas organizaciones ya cuentan con programas de diversidad e inclusión que buscan crear lugares de trabajo seguros y con igualdad de oportunidades. Sin embargo, como estos solo alcanzan a las mujeres que forman parte de la fuerza laboral formal, la transformación no solo depende de las políticas empresariales.
Como individuos también nos toca contribuir a reducir las brechas de género en los ámbitos en los que nos desenvolvemos. Es importante compartir nuestros aprendizajes sobre la igualdad de género y la inclusión. Podemos difundir recursos sobre la brecha y cómo podemos trabajar en conjunto para reducirla. La educación y la concienciación son herramientas poderosas para producir cambios significativos.
No se trata solo de apoyar a las madres en las labores de cuidado, sino de promover la idea de responsabilidades compartidas en el hogar con cargas similares entre toda la familia. Responsabilizarnos de las tareas que nos correspondany brindar apoyo cuando otro miembro del grupo familiar lo requiera.
Según el informe global de Brecha de Género 2022 del Foro Económico Mundial, en diciembre de 2019 el cierre de la brecha de género aumentó de 99,5 a 132 años debido a los efectos de la pandemia.
Recordemos que la igualdad debe ser un compromiso de todos. No se trata de señalar con dedos acusadores, sino de reconocer que cada persona puede contribuir a crear un mundo más equitativo. Celebremos a las madres y a todas las mujeres, no solo el segundo domingo de mayo, sino cada día, tomando acciones concretas para reducir las brechas de género.
La equidad de género no se trata solo de mujeres; se trata de la igualdad de derechos de todas las personas, es un cambio que debe comenzar desde adentro.
Entonces ¿cuál será tu siguiente paso?
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Interesante artículo, muchas veces las madres no nos damos cuenta que estamos en un círculo sin fin de tareas y responsabilidades que asumimos como propias. Me parece ideal empezar a hablar de responsabilidades compartidas o corresponsabilidad en el hogar, ya que es un espacio en el que las familias definimos cómo se hacen las cosas, para que luego vayamos irradiando esta forma de equilibrar las cargas en los centros laborales y a la sociedad.