Patinadas de nuestras mentes


Bebedores de cloro, Vargas Llosa y quien escribe, unidos por los sesgos


A principios de la pandemia un conocido mío empezó a publicar en Facebook sus experiencias bebiendo dióxido de cloro: mientras más trataban sus amigos de disuadirlo, más pruebas mostraba de lo equivocados que estaban no solo ellos, sino también los medios más prestigiosos y las agencias sanitarias del primer mundo. Era admirable su malabarismo retórico para sostener una verdad alterna que la ciencia refutaba. Por entonces también noté que una señora se había convertido en su escudera: lo defendía con arengas y también colgaba enlaces a supuestas pruebas irrefutables. 

            Juntos eran dinamita.

            Hace poco, sin embargo, la interacción entre ambos tuvo un giro inesperado.

            Cuando Keiko Fujimori pasó a la segunda vuelta electoral y mi conocido publicó su rechazo, la señora empezó a mostrarle los colmillos en vez de echarle porras. Sus debates larguísimos me causaron gracia, pero nada me ocasionó tanta impresión como leer que mi conocido le exigiera a la doña que no se valiera de noticias falsas para engañar a la gente. Se entenderá mi cortocircuito. ¿Qué ha llevado a tantas amistades que creían pensar parecido a no reconocerse en estas elecciones? ¿Cómo así la gente puede cometer incoherencias dignas de ser escuchadas con risas grabadas? ¿Qué ha hecho que Vargas Llosa haya arriesgado su reputación intelectual al señalar un supuesto fraude sin pruebas y que, sin quererlo, haya legitimado posteriores actos violentos en Perú parecidos a los del trumpismo en el Capitolio?

            Quizá nunca como en estas épocas sea tan necesario estudiar nuestros sesgos cognitivos, esas interpretaciones erróneas y sistemáticas de la información que terminan condicionando nuestros pensamientos y posteriores decisiones. Cuando era niño leí en un Selecciones del Reader’s Digest una anécdota que hoy puedo explicar gracias a esa definición: una escritora relataba que ella cocinaba el asado siguiendo un truco de su madre que había aprendido de pequeña: cortaba en dos el trozo de carne y así decía asegurarse un cocido parejo y sin resecamiento. Cuando un día su madre la visitó y escuchó esta explicación, se carcajeó: “Hijita, yo hacía eso porque nuestra cacerola era muy chica”.

            Este sesgo de observación selectiva –para esa niña era mejor creer que su madre era una súper cocinera y no una señora con déficit de utensilios– es uno de los tantos que pueblan la mente humana a cada segundo. Se dice que los sesgos ayudaron al Homo sapiens a sobrevivir en su evolución: el ser humano no tiene las piernas más veloces para escapar pero sí tiene un cerebro que piensa rápido. El órgano que largamente nos diferencia de las demás especies procesa millones de datos por segundo y, en aras de la eficacia en situaciones de peligro, utiliza atajos para tomar decisiones.

            Esta estrategia implica servirse de experiencias del pasado para tomar una decisión que luego, ya con calma, trataremos de explicarnos racionalmente.

            Cierta vez le expliqué a mi exesposa por qué había decidido comprar un auto que excedía nuestro presupuesto: le hablé de tecnología, de valor de reventa y hasta de ahorro de combustible. Pamplinas. De niño me había enamorado de un auto alemán y de lo que simbolizaba: esa fue la razón descarnada. Incluso hoy, cuando me preguntan por qué escribí tal novela, sé que miento al responder: ningún escritor sabe con exactitud qué lo llevó a hacer sus creaciones, pero inventamos para la tribuna la respuesta que suena más interesante.

            Ya que todo parece ser ficción en nuestra decisiones, conviene anotar que en la novela en curso que es nuestra vida ciertos sesgos se anclan más en la medida que nos atrincheramos con determinadas tribus. Después de todo, nuestra sobrevivencia como especie siempre ha dependido de nuestra agrupación con semejantes. Antes era el tigre con dientes de sable, hoy se trata del comunismo o del capitalismo bestial: en ambos escenarios, los neurotransmisores siguen siendo los mismos. En las últimas décadas, desde que Vargas Llosa vive en España, para sus admiradores no fanatizados ha venido siendo clara su cada vez más profunda relación con las derechas que se alejan de la moderación. Lo fascinante de nuestros autosecuestros en determinadas burbujas es que ocurren casi sin darnos cuenta, rodeados de cortesías y de pequeñas gratificaciones que nos pasan desapercibidas.  Mi conocido en Facebook quizá encontró un placer especial, inexplicable para muchos, en sentirse un ser humano “despierto” capaz de enfrentarse heroicamente a una comunidad científica que conspira con gobiernos para mantener la injusticia de la medicina occidental. Un guerrero digno de las películas. Tal vez, una manera de sobrevivir ya no al megalodonte, sino a una existencia opaca que no le aporta nuevos retos, cual Quijote que confunde molinos con gigantes. 

            Vargas Llosa, quizá, cedió a la heurística de otorgarle más valor y credibilidad a la primera información que confirmaba sus creencias acumuladas y optó por caer en el llamado sesgo de statu quo: acomodaré todo mi talento, aunque eso implique traicionarme, en aras de mantener un esquema social que no debe ser abolido.

            Y yo, quién sabe, tal vez esté escribiendo esto tratando de parecer muy articulado, cuando en el fondo estoy maquillando mis prejuicios.

            ¿El hecho de que todos tengamos sesgos significa que toda opinión sea respetable?

            Pues no. El ser humano también ha creado sistemas para minimizar en lo posible los sesgos en todas las disciplinas. Allí están las redes de científicos prestigiosos y sus publicaciones cernidas, las comunidades académicas que se autocorrigen, los medios que respetan un protocolo de calidad informativa, los organismos oficiales que acumulan mucha más experiencia y casuística que el internauta promedio. 

            En otras palabras: dime de qué fuentes te guías y te diré qué tan probable es que estés patinando.

22 comentarios

  1. Dina Neumann

    Súper claro, porque experimenté estar zambullida en leer teorías conspirativas ( Trump-Patriotas- Hispanidad) investigar dióxido de cloro, ivermectina, movimiento antivacuna), pero me sacó de esa rutina mi antifujimorismo, antilopezaliaguismo, y muchos otros antis, leyendo Jugo de Caigua, y muchos otros periodistas e investigadores, escuchando La Encerrona, Curwen, NED, y largos y agradecidos etc’s. Floté en los límites, pero me salvé.

    • Gustavo Rodríguez

      Flotar en los límites, qué frase más evocativa. Gracias,Dina.

      • Miguel

        Un articulo tendensioso y claramente de sesgo solapado, pero se te ve la enagua

  2. Paul Naiza

    Estimado Gustavo, la fuente es fundamental. Por eso leo los artículos de Jugo de Caigua.

    • Gustavo Rodríguez

      Muchas gracias, Paul.
      Tratamos de no caer tanto en nuestros sesgos.
      Un abrazo.

      • Flor de María

        Si, a veces ese deseo de ir con lo que nos gusta/nos sentimos cómodos/es familiar nos lleva a auto justificar nuestras acciones. Observe esto cuando alguien muy cercano se empezó a reír de las atrocidades que decía/hacia Trump (incluyendo vulgaridades, mentiras, mentiras, etc) y me empecé a preguntar si esta persona, antes una persona muy correcta, siempre había sido así y yo no lo sabía o si estaba usando ese mecanismo (el de la burla) para no hacerse responsable de sus elecciones. O quizá, cuando ya hemos elegido, el pudor es tan grande que no hay otra que no queda otra que pa delante nomás?
        Cualquiera que sea el caso, nunca entenderé el abrazo de oso de Alvaro VLL a Keiko Fujimori? Una vez adentro, tenemos que ir todo adentro?

        • Flor de María

          Oops! Publique mi email por error—hay manera de arreglar esto?

          • Jugo De Caigua Info

            Solucionado.

    • Fernando Matos Caceda

      Soy Médico y me enfrente a mis propias conocimientos y a las evidencias científicas, leí mucho acerca de la ivermectina,pero no logré salir de mis sesgos.Luego me impresionó mucho los «miedos» de información y su vuelco unidireccional en estas elecciónes. Gracias, muy buen artículo

  3. Carlos Javier

    Me gusto, sería conveniente a modo de ejercicio al lector los posibles sesgos psicológicos que desataron en la comunidad, yo empiezo
    – Singularidad
    – Protección
    – Autoridad
    – Verdad Ilusoria
    – Facilidad Cognitiva
    – Supervivencia
    – Falso Consenso, etc

    • Gustavo Rodríguez

      Hacer una autoevaluación sería tan importante…
      Muchas gracias,

  4. Carlos Luperdi

    Hay un elemento importante y símil del sesgo. La creencia. Funcionamos en base a creencias y estás a veces son irracionales. La particularidad de la creencia es su duda intrínseca su falta de certeza. Pero, esa duda, indefinida, a veces ilógica y hasta irreal, lleva a ideas, opiniones y comportamientos. Qué está bien y qué está mal? Hamlet o la ciencia tienen la respuesta

    • Gustavo Rodríguez

      Gracias, Carlos, por ese complemento shakesperiano.

  5. Cela Talavera

    Gracias por iluminar el pensamiento y ponernos a pensar.
    Felicitaciones por este artículo. Me gustaría compartirlo.

  6. Ana Ibarra Pozada

    De acuerdo chequear las fuentes, ahora, MVLL y Alvarito ya fueron hace tiempo, demasiado ego, narcisismo, no conocen el mundo andino, ni les interesa, podrían leer a José María Arguedas para entender al Perú profundo. Además, conozco un montón de buenos psicoanalistas que les podría recomendar.

  7. Manuel Bello

    Los «molinos de viento» de los Vargas Llosa son «El Foro de Sao Paulo», el «chavismo», el «castrismo», y el «marxismo leninismo». Pero el único fantasma que recorre el Perú (menos una parte de Lima) no es el comunismo, sino una demanda de dignidad, y el deseo de hacer un país para todos y con todos; con la libertad, la igualdad y la fraternidad que prometieron los próceres de la independencia.

  8. Lucho Amaya

    EXCELENTE TODO, en mi humilde opinión, salvo en lo relacionado a Mario Vargas Llosa, sobre todo en lo de «los no fanatizados» que, ese caso específico, me quedo con su frase, de usted, «Y yo, quién sabe, tal vez esté escribiendo esto tratando de parecer muy articulado, cuando en el fondo estoy maquillando mis prejuicios.»
    Por si acaso, y siempre con respeto, aquí en mi Facebook tengo entradas discrepantes con MVLL sobre algunas de sus opiniones políticas en el Perú, por ejemplo, y también de su opinión de Internet y en puntos de su Civilización del espectáculo, y en otros aspectos. Aquí en Facebook constan esas entradas.
    Dicho esto, agrego lo siguiente: Que tengo la seguridad que si Castillo fuera el que estuviera perdiendo, o hubiera perdido, por la cantidad de votos que ahora gana, estoy seguro que la facción extremista que lo sigue, seguidos de incautos simpatizantes, ya hubieron desatado una ola de violencia desde mucho antes, y con muertos y heridos.
    No nos dejemos envolver por el remolino que, y eso sí no se puede negar, nos trata de arrastrar a todos.
    Saludos

  9. Silvia Manuela Luisa Fernandez Vera

    Gracias,por permitirme,hacer parte de este Jugazo,no saben como lo estaba necesitando.
    Un abrazo a la distancia a cada uno de ustedes.
    Silvia

  10. Ivan

    Realidad: Salas Arenas es comunista de Patria Roja
    La vicepresidenta de castillo debio dejar el cargo 6 meses antes.
    el JNE se declaro incompetente para buscar la verdad electoral y paso las firmas falsas a la fiscalia y valido los votos.
    Todo esto no es FRAUDE?
    Los autores de estos articulos no tienen BIAS???? han hecho una disclosion de intereses?

  11. Eduardo Tejada

    Con respecto al escritor Mario Vargas Llosa, pienso q su entorno se dio cuenta d su «demencia senil» q no le permite ubicar la verdad de las cosas, lo instrumentalizar… Sobre los sesgos en la prensa política, tales sesgos nacen d los Partidos Políticos, la cadena sigue con los dueños d los centros d prensa, sigue con abogados afines y periodistas d dicha prensa… Esta cadena seguirá vigente siempre, los partidos d derecha saben q sus electores del NSE A, B y parte del C son naturalmente menor siempre q electores d izquierda, los partidos d derecha necesitan mentirle, prometer, sesgar información mediante sus «brazos informativo» o directamente a la población para ganar adeptos siempre… Como siempre interesantes tus columnas d opinión Gustavo!

    • Blanqui

      Me pregunto si no es cierto que todos, todos, todos tenemos un sesgo. No pienso que sea bueno ni malo, solo es parte de la naturaleza humana. Incluso algunos puntos de este mismo escrito tienen sesgo. Lo que no vale de ningun modo es la descalificacion con insultos, cosa que hemos visto mucho en estos ultimos y agitados tiempos. Gran articulo, Gustavo y como dice Marco Aurelio: „Todo lo que escuchamos es una opinión, no un hecho. Todo lo que vemos es una perspectiva, no es la verdad.“

  12. Haydith Del Aguila Valera

    Excelente todos con sus opiniones, felicito a Gustavo, por llevarnos por ese pensamiento abstracto, y condicionado por nuestros sesgos, punto de inflexión y reflexión. Muchas gracias.

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