Las terribles consecuencias de volver dañino lo que es legal
–Usted dice que tiene el derecho, seguramente tiene el derecho, por supuesto que tiene, le asiste. Pero está afectando la transición, por lo menos de eso sí será consciente usted.
–Pero ese no es mi tema, pues. Porque la transición no la hacen conmigo.
Este diálogo ocurrido entre Jaime Chincha y Julio César Castiglioni la semana pasada aún me tiene perplejo. El abogado de Fuerza Popular trataba de defender su “derecho de impugnar” las actas electorales que considerara necesarias en todas las instancias posibles, sin prestar atención a dos hechos razonables: la cantidad de votos en disputa y los pocos días faltantes para el cambio de mando. Felizmente alguien le corrigió la plana a Castiglioni y, después de seis semanas, la candidata Fujimori reconoció su derrota y recién podemos pasar la página de estas elecciones.[1]
Las impugnaciones que Castiglioni pretendía presentar no iban a cambiar el resultado de la elección. Pero esto, a pocos días del cambio de mando y con tantas definiciones pendientes, iba a causar mucho daño al país, más del que ya se ha inflingido.
Hay que apuntar que todo esto estaba dentro del marco legal. Esta vez el fujimorismo no pretendía desconocer alguna ley o hacer “interpretación auténtica” de alguna normativa. No era ilegal, pero se trataba de un uso del derecho que claramente afectaba al bien común.
A decir verdad, gran parte de lo sucedido durante estas seis semanas de espera por los resultados electorales puede calificarse del mismo modo: legal pero dañino. Aquí podemos hacer referencia a lo que apuntábamos hace pocas semanas sobre la competencia: no siempre lleva a buenos resultados para todos, muchas veces ni siquiera para las mayorías. Cuando se compite con miopía y exceso de egoísmo ocurren problemas como este.
Recordemos el episodio de 2017, cuando Yesenia Ponce le preguntó a Keiko Fujimori si desde el Congreso iban a apoyar al Ejecutivo en el proyecto de irrigación Chinecas en Ancash. Ponce cuenta que Fujimori le dijo: «Yesenia, ¿vamos a ayudar al Ejecutivo? Nosotros vamos a ser gobierno el 2021. Este proyecto tiene que ser nuestro. ¿Por qué vamos a ayudar al Ejecutivo con este proyecto?» para luego llegar a otra frase para la perplejidad: “No me importa si se perjudican diez mil o cien mil personas. ¡No va!”. Hoy, los valles de Chimbote, Nepeña, Casma y Sechín siguen sin irrigación suficiente.
Recordemos ese otro episodio de diciembre 2016, cuando la bancada fujimorista censuró al ministro de Educación, Jaime Saavedra, argumentando ”falta de capacidad y grave negligencia en su gestión frente a su sector”. Esta acusación gaseosa se centraba en la compra irregular de unas computadoras por una funcionaria de tercer nivel en la estructura jerárquica del ministerio. Probablemente hoy pocos recuerden que también se argumentó “ineficiencia inexcusable” en las obras para los Juegos Panamericanos. Hoy sabemos del éxito de esos juegos, con la estructura organizacional que ya venía funcionando desde mucho antes de la censura.
La verdadera causa tras la censura al ministro Saavedra era la demostración de poder. No importaron las políticas, ni la visión de mediano y largo plazo sobre lo mejor para el país: se hizo para que el Ejecutivo supiera que el Legislativo le iba a dar pelea, aunque millones de estudiantes se vieran perjudicados.
Y, efectivamente, la bancada fujimorista dio pelea al Ejecutivo, censuró ministros y forzó renuncias. ¿Cuánto de esto sirvió para el bien común? Muy poco. Nuestro éxito en la lucha contra la pobreza en el quinquenio 2016-2021 ha sido nulo. Puesto en contexto, se trata de un fracaso gigantesco, pues los tres quinquenios previos fuimos muy exitosos en reducción de la pobreza. Estuvimos entre los mejores del mundo.
¿Qué tienen en común estos episodios? En la disputa política, los ataques del fujimorismo a sus adversarios le han salpicado daño a la ciudadanía. Esto no es novedad, recordemos que las externalidades son parte de casi todas las interacciones sociales, políticas y económicas. El problema es que en esto hemos sido tratados como si esos impactos “no fueran su tema”.
Ojalá este haya sido un punto de quiebre. Necesitamos cambios importantes en nuestros políticos, y con esto necesitamos comenzar a cambiar todos. Tener una noción mas clara de los impactos de nuestras acciones, grandes o pequeñas, nos ayudará a una mejor convivencia.
Es uno de nuestros pendientes más importantes.
[1] ¡Vaya que nos ha salido caro este episodio! Varios agentes económicos (personas y empresas) en vista de los miedos que generaba el candidato Castillo y la incertidumbre del panorama electoral, han optado por sacar su dinero del país. Se dice que ha salido una cantidad importante, cerca de 6% del PBI. El dinero que ha emigrado, obviamente, ha salido en moneda de uso corriente en el exterior: dólares. Esto significa que varios han comprado esa moneda, con lo que su precio subió, aproximadamente 8% (esto tendrá impactos de mediano plazo: el alza del dólar se trasladará en las próximas semanas al alza de los precios de diversos productos con insumos importados). El precio del dólar hubiera subido más pero el Banco Central intervino en el mercado ofreciendo dólares e instrumentos financieros. En esto se tuvo que gastar, según cálculos del JPMorgan, 5,4% del PBI. Esto es mucho dinero, especialmente si tomamos en cuenta que el año pasado ya hemos perdido más de 10% del PBI por la pandemia.
Siempre claro y puntual, es muy poca esperanza que cambien los políticos que usan la política para defender sus privilegios e intereses, el país no les interesa.
Amigos, gracias por los artículos que día a día comparten. Personalmente quisiera que muchas personas de mi promoción de colegio, pre grado, post grado y trabajos puedan leer esto articulos que son
super importantes, les sugiero ver un medio o una semana de articulos free para re enviarlos e invitar a que se suscriban. Felicitaciones
Estimado Hugo, la chika no ha cambiado ni cambiará. Ella y su gente tienen el mismo discurso. Tenemos que buscar liderazgos que tengan como objetivo el buen común.
Cada vez que pienso que Keiko no puede ser más carepalo me sorprende más… Gracias por la joyita del 2017
Me encantó el artículo! Sobretodo, porque se vincula con dos artículos anteriores sobre cómo la competencia también puede hacer daño y, la presencia de fallas del mercado y externalidades que se presentan con frecuencia. Aprendí! Gracias.
Sólo permíteme expresar que a los ejemplos que pusiste, sólo faltó uno: el de Rafael López Aliaga y su incalificable opinión en desmedro de los pobres! Adjunto link:
https://www.google.co.uk/amp/s/trome.pe/actualidad/rafael-lopez-aliaga-pide-dejar-dolar-suba-hasta-6-soles-para-que-la-gente-pobre-sienta-lo-que-viene-en-el-futuro-noticia/%3foutputType=amp
No se si la definición del JNE frenará la fuga de capital. Creo que la incertidumbre sigue y el dinero seguirá saliendo. Nadie sabe se que va a pasar y es natural que la gente y las empresas pongan a buen recaudo lo que tanto trabajo les ha costado ganar.
El fujimorismo, Keiko, como culpable de todo… ¿Quién gobernaba, quién en el Ejecutivo?… PPK primero y Vizcarra después… ¿Ellos como pasivos pobrecitos y ella como activa lobo feroz?… No no no… No lo veo así.
Esa oposición, en materia económica al menos, le aprobó todo al ejecutivo; y fue en los aspectos políticos donde se fueron a la guerra en vez de concertar (en algo)… PPK pudo hacerlo .si no hubiera seguido las voces de los que le instigaron a la confrontación. Alberto Vergara, por ejemplo- y Vizcarra mucho más, si no se hubiera dedicado a evitar se sepan las acusaciones contra él, que ahora sabemos.
Aceptemos a Keiko como lobo feroz, pero… ¿PPK y Vizcarra como pastorcitos inocentes?… No no no…
Saludos
Promoción, no olvidemos el episodio de apoyo a la huelga sindical del SUTEP, con la presentación de PC; la banKada del KongreZOO sin asco alargó algo que podría haberse resuelto en semanas a meses… Resultado: fortalecieron la figura del prosor y ahora está en Palacio