Que llueva, Senamhi está en la cueva


Con más ciencia, nuestro Servicio Meteorológico afina los pronósticos de inundación 


«Que llueva, que llueva, la vieja está en la cueva…», gritaban a voz en cuello la pequeña Liliana y su hermana cuando nubarrones grises cargados de humedad se acercaban a la ciudad y cubrían, como un techo lanoso y oscuro, su villa, Chiclayo. 

En aquel verano, el coro infantil surtió efecto, pero, a diferencia de la canción, el chaparrón no fue de azúcar y turrón; los pajaritos no cantaron y los niños no se fueron al rincón: el aguacero destrozó los techos de las casas, y las calles se llenaron del canto de ranas y grillos, mientras el agua, como una manta húmeda y marrón, cubría las pistas de la urbe. 

Era 1972 y el Fenómeno del Niño de aquel año —hoy popularmente conocido como FEN— se definió como un “Niño Olvidado”, ya que tuvo impactos limitados en comparación con fenómenos anteriores y posteriores. Si bien afectó la pesca, la agricultura y la infraestructura, no se desató como otros FEN que causaron estragos económicos, sociales y ecológicos de mayor alcance. 

En aquella época, nuestro Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (SENAMHI) apenas tenía tres años de vida; nuestra red meteorológica e hidrológica estaba en sus primeras etapas, y la alerta temprana se basaba principalmente en la observación directa de los pescadores y —tal vez— en las canciones infantiles. Nuestras ciudades costeras eran pequeñas; aún no habían llegado las olas de migrantes de la sierra y la selva y, por lo tanto, los desastres eran —de alguna forma— más contenidos. Para muchos niños, el FEN era una aventura, un juego de cacería de sapos y persecución de grillos. 

Hoy en día, aunque estamos lejos de ser una “potencia mundial” (sic) en cuanto a nuestra capacidad de preparación y respuesta a los fenómenos climáticos extremos, hemos avanzado significativamente en nuestra capacidad de análisis, pronóstico y comunicación de eventos meteorológicos, de la mano de la investigación científica. Es destacable que, a pesar de que en el Perú solo existe una carrera de Meteorología —la de la Universidad Nacional Agraria La Molina, UNALM, en Lima[1]—, un pequeño pero comprometido equipo de ingenieros del agua y del clima del SENAMHI se dedica desde hace 55 años al estudio e investigación del comportamiento climático, meteorológico e hidrológico en el territorio nacional. En el año 2023, por ejemplo, su dirección de hidrología estableció un récord de publicaciones científicas, con estudios sobre temas tan diversos como modelamientos hidrológicos y de movimientos en masas frente a lluvias intensas, estimación de lluvias erosivas, evaluación de humedad de suelo con imágenes satelitales, temas antárticos, entre otros, todos de libre acceso

El regalo científico[2] que SENAMHI ofrece a los peruanos en este año recién estrenado es una investigación detallada de los umbrales de los ríos Chira y Piura, lo que permite pronosticar inundaciones en el norte del país con un mayor nivel de precisión y, por ende, gestionar de manera más efectiva las alertas y la preparación ante posibles emergencias. Durante el año 2023, el equipo científico de la dirección de hidrología y su contraparte en Piura llevaron a cabo un análisis exhaustivo de las dinámicas de los ríos que, debido a las intensas lluvias del ciclón Yaku y el Niño costero, experimentaron modificaciones en secciones, cauces y profundidad del material. Así, se levantó y cruzó información topográfica e hidrométrica, con la finalidad de identificar y evaluar los umbrales de inundación en la cuenca de los ríos Chira y Piura. Se realizaron registros hidrológicos para comprender los patrones de flujo de agua y los niveles de los ríos, campañas de levamiento topográfico para la caracterización detallada de la morfología del terreno, y se aplicaron modelos matemáticos para prever escenarios de inundación. Esta información permitió definir umbrales de inundación, es decir, niveles críticos de agua que, al alcanzarse, pueden provocar inundaciones. 

Tener umbrales basados en un conocimiento más profundo de la morfología del territorio y de su comportamiento hidrológico es crucial para la gestión de riesgos. Karen León, subdirectora de predicción hidrológica, explica que esta información facilita una respuesta más rápida y coordinada en caso de amenazas de inundación. Así, SENAMHI emite avisos hidrológicos para desbordes ribereños según tres niveles de alerta (amarillo, naranja, rojo) directamente al público y a las autoridades gubernamentales en tiempo real, con la finalidad de preparar acciones preventivas. Además de la preparación para eventos extremos, la comprensión de estos umbrales permite tomar mejores decisiones en la planificación urbana y la gestión del agua. 

En síntesis, el estudio afina el tiro en la predicción —ahora más rigurosa— de las zonas inundables en el contexto del FEN y desarrolla una metodología alineada a protocolos internacionales que se replicará en otras cuencas inundables del territorio nacional, como las del Huallaga e Ica, por ejemplo. 

Liliana Miranda Sara, la niña de Chiclayo que hoy se ha convertido en una reconocida planificadora urbana, investigadora y activista del clima, coautora del capítulo 12 del 6o Informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), señala que el cambio climático está complejizando aún más las predicciones meteorológicas e hidrológicas, y que el Niño se ha vuelto no solo más frecuente, sino también más incierto. Ante la incertidumbre de este año, advierte: “Hay quienes dicen que ya viene un diluvio universal y que lloverá como nunca antes, mientras otros señalan que el Niño se acabó y más bien viene la Niña: ¿a quién le creemos?”.

A los científicos del clima, al SENAMHI, digo yo. 

Postdata: Quiero agradecer a Karen León de la dirección de hidrología del SENAMHI, y a Liliana Miranda Sara del foro Ciudades para la Vida, por las informativas y entretenidas entrevistas.  


[1] Recomiendo ver el divertido video en YouTube  de una egresada —y enamorada de su carrera— joven meteoróloga.

[2] ¿Qué investigación regalaría a los peruanos por Año Nuevo? Esa fue mi pregunta a algunos líderes del mundo de la investigación científica en el Perú. Esta entrega sigue la secuencia de dones que empecé en Bajada de Reyes, cuando me propuse hacer una reseña de una serie de investigaciones hechas por peruanos en el año 2023, y que merecen ser conocidas más allá de los círculos académicos.


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1 comentario

  1. norah

    super interesante! y muy entretenida tu escritura Ana. El articulo me parece tambien una gran promocion del trabajo que hace el senahmi y la metereologia se vuelve cada vez mas importante.

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