La doble cara de ciertas empresas durante el Mes del Orgullo
José Miguel Icochea lleva más de 20 años produciendo eventos promocionales, conciertos, obras de teatro, giras internacionales, eventos deportivos y políticos. Es un emprendedor constante y lo ha demostrado produciendo e innovando la plataforma Jugo de Caigua.
Cada año, con el inicio del mes de junio, muchas empresas envuelven sus logotipos en banderas de la comunidad LGBTIQ en reconocimiento del Mes del Orgullo y para demostrar su apoyo a sus empleados y consumidores que pertenecen a ella. Pareciera, sin embargo, que muchas de estas compañías están jugando a doble cara y actúan en contra de la misma comunidad.
El uso de estos gestos, que en vez de celebrar a la comunidad LGBTIQ terminan siendo solo una herramienta de mercadotecnia, se llama pinkwashing o capitalismo de arcoíris. Hace unas semanas Data for Progress publicó una investigación sobre empresas Fortune 500 que aportan recursos a políticas discriminatorias y anti-LGBTIQ en los Estados Unidos y el mundo. Durante los tres años de investigación, estas empresas donaron casi 3 millones de dólares —solo en Estados Unidos— a legisladores conservadores con agendas para eliminar la discusión de enfoque de género, orientación sexual en escuelas públicas y prohibir la participación de jóvenes trans en los equipos deportivos. Lo que más sorprende es notar que empresas que apoyan y auspician eventos durante el Mes del Orgullo —como Toyota, AT&T, Comcast y Amazon— son las que más han aportado para promover estas políticas anti-LGBTIQ.
En el mismo informe, y a través de una encuesta pública realizada en mayo, la mayoría de los encuestados (54 %) muestra su desaprobación a empresas que hacen donaciones a causas o generación de políticas anti-LGBTIQ. Esto evidencia la delgada línea que las empresas deben navegar, entre sus intereses comerciales y los valores del consumidor.
La crítica del pinkwashing recae sobre la verdadera intención del apoyo a la comunidad durante el Mes del Orgullo. Vender productos con el arcoíris, dar mensajes sobre igualdad y pintar los logos de colores sin abogar activamente por los derechos LGBT es usar a las minorías como un commodity. En buena cuenta, instrumentalizarlas.
Pero exactamente, ¿cuántas de nuestras empresas tienen prácticas que contradicen a sus logos de colores? La ONG Presente informa que el 80 % de las empresas en el Perú no cuentan con políticas laborales en favor de la diversidad. Y, de acuerdo con el resultado del Ranking PAR de 2018, solo el 7 % de las empresas participantes contemplaban beneficios para parejas homosexuales. ¿Cuántas de estas empresas destinan algo de lo vendido a organizaciones por los derechos de las personas LGBTIQ?
Si bien es cierto que mensajes como “orgullo” o “igualdad” impresos en una sudadera y exhibidos en las vitrinas de tiendas por departamento ayudan a generar representación, visibilidad e interés por los derechos de las personas LGBTIQ, significan muy poco si no se aplican políticas que generen cambios profundos. Estas acciones deben estar aseguradas con un compromiso real del Estado y del sector privado a través de generación de oportunidades, igualdad de condiciones y espacios de trabajo seguros para los trabajadores LGBTIQ. Aun si no existen políticas estatales claras a favor de los derechos LGBTIQ, las empresas no se encuentran excluidas de respetar los derechos de sus trabajadores.
¿Qué hacer para no caer en la explotación comercial de la comunidad LGBTIQ? Si tienes una empresa y quieres ser aliado de la comunidad, puedes revisar estos perfiles: Pride Connection Perú, una red de empresas que promueve ambientes laborales inclusivos para la comunidad LGBTIQ; ONG Presente, que otorga la certificación de empresas como “Mejores Lugares para el Talento LGTBIQ+”. Y si eres de la comunidad, recuerda apoyar a los que nos apoyan. Celebremos este junio y todo el año con orgullo. ¡Nos vemos en la marcha!
Nos vemos en la marcha !!
Excelente análisis y valiosa información. Gracias
¡Gracias, Edith!
Me pregunto cuál es el camino para empresas que no quieren ser activistas pero tampoco anti LGBTIQ+, que probablemente sea el caso de la mayoría. Creo que en lugar de sentenciar a quienes hacen este pinkwashing (como marketing barato e incongruente), hay que resaltar los beneficios que trae tener un ambiente laboral diverso, seguro y que se mueva en función a valores claros.
Tener un ambiente laboral seguro y con igualdad de derechos y oportunidades para todos los trabajadores no es necesariamente ser activista, es simplemente darse cuenta de que todos tenemos los mismos derechos.
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