Paraísos fiscales, infiernos sociales


¿Cuándo nos indignarán lo suficiente los artilugios para eludir impuestos?


Salgo de casa al encuentro de la movilidad que solicité con una aplicación. En el vestíbulo me despide el portero fingiendo una sonrisa a pesar de que acaba de cumplir su decimotercera hora de turno. Como soy presidente de la junta del edificio, me acuerdo de que debo escribirle a la empresa que es su propietaria para recomendarle que le envíen refrigerios más ligeros, pues un par de vecinos se han quejado de haberlo encontrado cabeceando contra el sueño. Antes de cruzar al otro lado de mi avenida dejo que pase una de esas típicas camionetas amarillas blindadas: en sus ventanas asoman las caras lánguidas de los transportados. El conductor del auto que me espera también es afrodescendiente, como ellos, pero su muñeca muestra una franja algo más clara de piel, el vestigio de lo que fue su brazalete: me ha tocado un liberto y estaré, por ley, obligado a darle propina.

Nos saludamos, me arrellano atrás y partimos.

He tenido esta ensoñación luego de leer las primeras repercusiones de los Papeles de Pandora, y no me parece tan gratuita. Para quien no esté demasiado enterado, Papeles de Pandora es el nombre de una investigación periodística de escala internacional que tuvo un primer antecedente en 2016 con los Panama Papers. Ambas investigaciones han procesado millones de documentos filtrados de paraísos fiscales y, gracias a ellas, ha salido a la luz ese entramado legal del que la mayoría hemos oído, pero al que no le hemos prestado toda nuestra atención, quizá porque no ganamos el dinero suficiente para entenderlo: el circuito de los paraísos fiscales, donde ciertos estudios de abogados asesoran a los más ricos sobre cómo eludir el pago de impuestos en sus países mediante el depósito de capitales en territorios que son una caja negra para las autoridades fiscales. Todo es legal, obviamente. O ambiguo. El hecho de que Mario Vargas Llosa o Shakira hayan hecho uso de este sistema no los convierte en delincuentes: todos tenemos derecho a tener asesores contables que nos ayuden a pagar la menor cantidad posible de impuestos. No está de más recordar, por otro lado, que una cosa es la evasión y otra cosa es la elusión fiscal. Sin embargo, aunque gran parte de las operaciones en los paraísos fiscales no sean en estricto ilícitas, va siendo hora de que nos preguntemos con altavoces qué tan inmoral es esta práctica de elusión, porque la historia nos ha enseñado que muchas prácticas que ahora repudiamos fueron, en su momento, parte de un sistema legal.

Salvando las distancias, ¿la esclavitud en nuestras tierras no estuvo acaso respaldada por el derecho? Para no ir muy lejos en el espacio y en el tiempo: ¿la isla de Pascua no fue diezmada por barcos esclavistas que trajeron nativos para trabajar en las haciendas y guaneras peruanas en la época de nuestros bisabuelos?

La cotidianidad de nuestros ancestros estuvo tan empapada de esclavitud, que su día a día podía ser vivido sin indignación alguna, tal como mi fantasía contrafáctica del inicio que imagina una sociedad contemporánera sin la abolición.

Nuestra existencia pacífica en el planeta depende de retos colosales en lo ambiental y lo social. Dentro de lo social, en las próximas décadas será decisiva la guerra contra la inequidad y, junto al acceso de los marginados a los servicios esenciales, los derechos de las minorías y los fenómenos migratorios, una de sus batallas cruciales será el reparto sensato de la riqueza. Siendo América Latina un territorio nacido bajo las leyes del colonialismo y el influjo del racismo y, por eso mismo, la región más desigualitaria del mundo, es pertinente que empecemos a preguntarnos hasta qué punto es inmoral que los millonarios que se han beneficiado de ese sistema se lleven su dinero en vez de tributar una parte para mejorar la vida de los postergados por la asimetría del mismo sistema. 

Cuando mi segunda hija nació, en mi país estaba vigente una ley según la cual, si ella era violada en el futuro, su violador podía evitar la cárcel si se casaba con ella. Cuando se lo he contado hace poco, quedó boquiabierta. 

El sentido común jamás es estático. Cambia con la sociedad. 

¿Algún día nuestros nietos se preguntarán cómo fue posible que viviéramos estos tiempos siendo tan tolerantes con los paraísos fiscales?

11 comentarios

  1. VICTOR MACEDO

    Buen comentario Gustavo, nada cuesta soñar que algún día los que amasan fortunas no siempre lícitas paguen los impuestos que correspondan.

    • Gustavo Rodríguez

      Gracias, Víctor. Un abrazo.

  2. Roberto Suarez

    Que pasará si la producción escrita tuviera un impuesto confiscatorio, porque está no se alinea al pensamiento del gobierno de turno. Pasarias los derechos a tu empresa en Panamá pq puedas tener libertad de recibir un ingreso por tu Libros? No haces mal uso de este tu derecho.

    • Gustavo Rodríguez

      No entiendo este escenario en la realidad que vivimos. ¿Shakira usó paraísos fiscales porque sus letras atentaban contra un régimen? ¿También Vargas Llosa…?

  3. Paul Naiza

    Buen artículo Gustavo, pago los impuestos, la 5ta me despluma…

    • Gustavo Rodríguez

      Gracias, Paul. Un gran abrazo.

  4. Lucho Amaya

    Yo no sé qué haría si fuese millonario. Qué haría con esa plata que me sobre… Trataría de invertirlo o guardarlo… Guardarlo… ¿Dónde?… Donde me dé más réditos, eso es seguro.

    Por otra parte, y siendo siempre impertinente, desconfío de Gustavo Gorriti, que es buen investigador solo para un lado (Nunca vio primero a Toledo, Susana Villarán, Humala-Ollanta, Vizcarra… pero ha sido el primero en los otros) y si él ha sido el «colaborador» de Perú, pues (y en esto opino igual que Aldo Mariátegui) uno puede saber que en esa lista faltan los de ese lado que Gorriti NUNCA ve primero, pero que están ahí y son tan igual como los otros.

    ¿Cómo liberarnos del querer más de lo que necesitamos?
    ¿El capitalismo nos hace así o porque somos así creamos el capitalismo?… Si es lo primero, desaparezcamos el capitalismo… Si es lo segundo, desaparez… cambiemos nosotros.
    Me inclino por lo segundo.
    Saludos

    • Gustavo Rodríguez

      Gracias, Lucho.
      Lo único que me pregunto es ¿qué de este artículo te recordó a Gorriti?

      • Lucho Amaya

        Saludos, Gustavo… Ha sido la mención de los Papeles de Pandora, donde, entiendo, uno de los colaboradores ha sido, es, Gustavo Gorriti, que, como digo, es muy bueno investigando a unos pero no a otros (y hasta el extremo de no «verlos»).
        Saludos.
        Gracias por la atención

  5. Milagros Echecopar

    En economía se trabaja el concepto de los incentivos correctos. Sin ánimo de justificar, propongo un ángulo adicional. Cómo logramos que haya incentivos para motivar un mayor grado de tributación local? Tanto el alto porcentaje de economía informal como el hecho de que un número importante de personas busque cómo eludir impuestos (en el mejor de los casos) y/o «poner a salvo su capital» me parecen indicadores de que hay algo más que necesitamos evaluar, que el reto no es tan simple. Corrupción y un alto grado de ineficacia e ineficiencia en el gasto público, por ejemplo, son factores que entran a tallar porque los ciudadanos no ven los beneficios de pagar impuestos.

  6. Ana Ibarra Pozada

    Me gustó mucho el artículo, pienso que somos muy permisivos en muchas cosas, esto de los paraísos fiscales es una de esas, habiendo tantas desigualdades en nuestro país, no hay que dejarlo pasar por agua tibia, ¡NO¡

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