Otra vez, todes


Consejos para navegar los nuevos usos del lenguaje


Hace unas semanas en las redes sociales volvió a aparecer el famoso debate del buen uso del lenguaje. Según la temporada del año, este se puede manifestar de diferentes maneras: ¿está mal decir ‘su casa de él’? ¿Se dice ‘frejoles’ o ‘frijoles’? ¿Escribimos ‘quinua’ o ‘quinoa’? ¿Es correcto decir que ‘esa persona es basada’? No importa la pregunta, en algún momento del debate alguien intentará cerrar la discusión con alguna cita de la Real Academia Española (RAE), ya sea para desacreditar o afirmar un punto de vista. Y luego, muy luego, de álgidos debates, alguien invocará, cual llamado al ‘Chapulín Colorado’, a los lingüistas para que den su opinión ‘decisiva’. El problema es que la mayoría de lingüistas, al ser convocados, decepcionarán a muchos de los autodenominados justicieros de la palabra, quienes solo esperan recibir una confirmación simplista del uso del lenguaje, cuando este, como la vida misma, es más complicado de lo que parece.

El lenguaje es un modo de comunicación basado en estructuras. Emisor, receptor, canal, contexto. Sonidos, gestos, escritura. Posiblemente hemos escuchado similares definiciones durante la escuela, pero no enfatizamos lo suficiente en su vitalidad y capacidad de adaptación, que siempre anda en constante negociación y que, por tanto, existen tensiones en el proceso. El lenguaje tiene como fin la comunicación, pero al mismo tiempo, y afortunadamente, es mucho más: es creatividad, poesía, persuasión. Tantas cosas es el lenguaje, y eso que no hemos hablado de la diversidad de lenguas y dialectos. Qué complejo, ¿no? Y, de pronto, hay quienes esperan que un tuit lo resuelva todo. 

La polémica de la que hice mención al inicio de este artículo fue sobre los usos de todos, todos y todas, y todes. En lugar de usar mis supuestos poderes de ‘árbitro’ del lenguaje y  decirles qué hacer, les confiero algunos puntos para que ejerzan la decisión que más les parezca.  

  1. El lenguaje es algo complejo. Antes de emitir un juicio sobre el uso de una palabra o expresión, considere que la flexibilidad del lenguaje ofrece más de una opción correcta. En español, ‘el calor’ y ‘la calor’ son usos válidos según la zona geográfica del hablante.
  2. El lenguaje es y no es arbitrario al mismo tiempo. Un argumento que se usa mucho en redes para no aceptar neologismos es que el lenguaje necesita tener reglas fijas, porque de lo contrario no nos podríamos entender. Y es verdad, pero al mismo tiempo llegamos a consensos para cambios: hace veinte años la palabra ‘nube’ sólo servía para señalar al cielo y ahora también es donde guardamos nuestros archivos. 
  3. La economía de la lengua no es tan económica. Algunas personas indican que decir ‘todos y todas’ sería innecesario porque ‘todos’ ya incluiría ambos géneros. Y en realidad, depende: sí para algunos, y no para otros.  A la RAE, por ejemplo, no le parece.
  4. La RAE es útil pero no todopoderosa. La misma RAE ha señalado en muchos casos que su meta es documentar y reflejar el habla, y con base en ello generar normativas. Un escritor peruano muy querido, Ricardo Palma, peleó muchos años para que varios peruanismos fueran reconocidos por esa institución. Pero mientras lo lograba, la gente en Perú seguía feliz con su vida y con sus usos del habla sin necesidad de esperar de un veredicto desde Madrid. 
  5. La lengua es un manifiesto de nuestras sociedades. Hay términos que antes no eran necesarios y ahora lo son: abogada, presidenta, doctora. Y usarlos reflejan las preocupaciones y dinámicas de la época. En los últimos años existe entre varios colectivos sociales la preferencia y necesidad de usar pronombres neutros en el español: él, ella, pero también elle. Y es en este contexto que también aparecen términos como ‘todes’ o ‘amigues’. 
  6. El lenguaje cambia, pero no si así lo deseas. Nadie debería asumir que el español peruano es inferior por adaptar palabras de otras lenguas, como el quechua, el francés o el inglés. Ciertos vocablos, además, tienen la capacidad de transportarnos a lugares y queridas interacciones como cuando le pedimos ‘brother, una yapita’ al joven que vende jugo de quinua con manzana. Como alguien que vive en el extranjero, a veces entiendo que el uso o desuso de ciertos términos puede facilitar mi conversación y entendimiento con gente, y es normal. Es decir, como hablantes, tenemos la libertad y gusto de adaptar cambios y, a la vez, respetar a quienes optan por otra opción.
  7. La lengua también es un campo de batalla social. Idealmente deberíamos respetar los usos del lenguaje de otras personas, pero, siendo el lenguaje un constructo social, tiene sentido que también sea un espacio político. En estas épocas de polarización, hay políticos que han empujado sus agendas con base en ello. Por ejemplo, en la administración pública de Argentina, recientemente prohibieron el uso de ‘todos y todas’, además del de ‘todes’. 

Hablar, dejar hablar y empatizar: en eso se resumen estos puntos para navegar los usos del lenguaje que seguirán llegando con el paso de los años. 


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1 comentario

  1. Mariano Calderon

    El habla es dinámica y comprende una serie de procesos complejos en su formación, de lo que recuerdo de Saussure, también esa frase celebre «no hay nada en la lengua que primero no haya estado en el habla». El proceso linguístico nace del habla, es espontáneo, natural, sicologico, alcanza expresiones nativas, locales, que se utilizan, aceptan, generalizan de modo natural y espontáneo por grandes grupos poblacionales y que luego se incorporan al lenguaje, al margen de lo que defina la RAE, esa es otra discusión …. nace del uso común, como los peruanismos que menciona, generalizados y aceptados en largos periodos de tiempo.

    No es el caso del lenguaje inclusivo, creado en un laboratorio por los socialistas progres caviares con fines ideológicos (ideología de genero) y con voluntad impositiva; no responde al proceso linguístico habla-lenguaje que nace espontáneo de la población. Se trata de un fenómeno ficticio, prefabricado e impositivo, por tanto antilinguistico. Además de no ser natural, tampoco es aceptado por la población que no anda por las calles dicendo todas, todos, todes y todix, …. tan sólo un minusculo grupo que deliberadamente quiere imponerlo, incluso de modo planificado a traves de ministerios, ongs y redes afines, con leyes de uso obligatorio en algunos países, algo también ajeno al proceso linguístico. Argentina ya las derogó y Perú también lo prohibió en textos escolares.

    El autor, que parece ser otro socialista progre caviar, con sus criterios amplios y flexibles, lo que en el fondo propone es relativizar para asi justificar el lenguaje inclusivo, ya que de acuerdo a tales criterios uno concluye que todo puede ser todo (igualito que con el liberalismo en otro post)

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