Ni flores, ni chocolates

¿Qué decir los 8 de marzo en lugar de “Feliz Día de la Mujer”?

Para conmemorar el Día Internacional de la Mujer, en Jugo de Caigua organizamos una conversación en Instagram entre Alejandra Ruiz León y quien escribe sobre nuestras experiencias y perspectivas en torno a este día. Lamentablemente la conexión nos falló al poco rato y no pudimos tener el diálogo largo y tendido que queríamos, pero sí quedaron puntos interesantes que quisiera expandir. 

Comenzaré por el clásico “El día de la mujer no se celebra, se conmemora”. Para las y los entusiastas generosos, este día se ha transformado en una ocasión para agasajar a las mujeres en general. A mí me gustan las deferencias en cualquier momento, pero entiendo que lo que indigne a algunas personas sea la falta de reflexión detrás de la comercialización de la fecha. Por fortuna, este año recibí menos imágenes de Piolín con un ramo de rosas y vi menos posts sobre lo bonitas que son las mujeres que luchan. Sin embargo, no estoy segura de la naturaleza inherentemente opresiva de estas prácticas. 
Creo que hay otros lugares dónde mirar. 

Por ejemplo, “hoy es el Día de la Mujer, no del feminismo” es un nuevo fraseo antifeminista. Alejandra me contó que tampoco lo había escuchado, hasta que alguien respondió así en Twitter al anuncio de nuestro evento. A primera impresión, esta idea podría relacionarse a que las mujeres que dieron vida a este día –antes de convertirse en el símbolo #8M de color morado–, no eran estrictamente feministas. Lógicamente, las feministas –que además son generalmente mujeres–, han hecho de esta fecha una bandera. Pero tampoco he escuchado a una feminista decir que el 8 de marzo sea el “Día del Feminismo”. Con esto llego a la conclusión de que aquel comentario tiene, en realidad, un velo de misoginia detrás del aparente reconocimiento a “la mujer” en su día. 

En estas circunstancias, es coherente afirmar que el 8 de marzo es el día de TODAS las mujeres. Hay grupos de mujeres, sin embargo, que suelen quedar fuera de la representación del “Día” o son “tokenizadas”, es decir, son convertidas en símbolo de toda una colectividad. Por eso es importante reconocer que esta conmemoración nació a partir de las luchas de mujeres blancas occidentales y obreras. Cuando se inició el movimiento que daría lugar a la conmemoración del 8M , las mujeres colonizadas, racializadas como no-blancas y pobres, continuaban en los márgenes de la historia. De hecho, aún hoy necesitamos de otros días que visibilicen ciertas luchas específicas: el año pasado, el Congreso de la República aprobó las leyes que instauran el 18 de mayo como el Día Nacional de la Mujer Indígena u Originaria y el 25 de julio como el Día Nacional de la Mujer Afroperuana. 

El Día Internacional de la Mujer, aunque parezca un disco rayado, no se celebra. Se conmemora, porque surgió de un grupo de mujeres que alzó la voz sobre las duras desigualdades de su época y contexto.  Esto no justifica, me parece, ponerle mala cara o contestar feo a las tías, abuelas o madres que nos escriben para festejarnos. En otras situaciones, esto no es más que la punta del iceberg, como cuando un hombre dice: “Feliz día mujeres hermosas, por ser la ternura en nuestras vidas”.  Es probable que los mismos que nos “felicitan” tengan otras conductas o ideas sexistas naturalizadas, como la mayoría de personas. Por lo tanto, el próximo año quizás sea bueno aprovechar la ocasión para practicar pedagogía feminista, explicar, compartir y aprender de la persona con la que interactuamos. Esa práctica no está reservada para mujeres, ni para feministas (recomiendo googlearla). Si te preguntas qué debes decir el próximo #8M en lugar de “Feliz día”, tal vez no sea necesario que digas nada. Lo que necesitamos es tomar acción. Seas hombre o mujer, vivir en igualdad de condiciones a través de la equidad es un trabajo para todas y todos. 
Tenemos un año para hacer un plan: que no nos coja desprevenides.