La crisis de vivienda en Berlín y la propiedad privada
Alemania ha votado este domingo para elegir a quien reemplazará a Angela Merkel en el puesto más alto del gobierno. Con esto acabará el liderazgo de 16 años de una de las más notorias figuras políticas femeninas del mundo. Las elecciones fueron disputadas por dos candidatos hombres: el socialdemócrata Olaf Scholz, y el sucesor de Merkel, el conservador Armin Laschet. El partido SPD, liderado por Scholz, ha ganado las votaciones, pero pueden pasar meses hasta que el proceso culmine. Para determinar quién será oficialmente el nuevo canciller hará falta que una coalición forme mayoría en el Parlamento. Y solo entonces, el mismo Parlamento definirá al nuevo canciller. Los resultados formales tardarán en llegar.
Los titulares del domingo por la noche, no obstante, fueron acaparados por otro fenómeno electoral.
Resulta que más de la mitad de los berlineses está de acuerdo con expropiar las viviendas de aquellos dueños de más de tres mil propiedades. Mediante un referéndum no vinculante, el 56,4% de votantes apoyó la propuesta de que las autoridades de la capital confiscaran más de 200.000 casas y departamentos. Luego del domingo es evidente que un cambio estructural y radical sobre el acceso a la vivienda podría gestarse en Alemania.
En el Perú las noticias sobre expropiaciones no suelen ser bien recibidas. Esta fue una idea clave en la polarización durante la campaña de la segunda vuelta electoral. Hasta tiktokers alertaban de la posible expropiaciónde celulares y computadoras dependiendo de quién resultara Presidente. Declaraciones recientes han reavivado esos miedos y creado nuevos, de modo que el contexto alemán suscita preguntas: ¿es así que funcionan las expropiaciones? ¿Basta con que la ciudadanía vote a favor para que las casas de alguien pasen a ser propiedad pública?
De acuerdo con datos del 2017, el 48,6% de los alemanes rentan sus viviendas. En España, menos de la mitad de personas (22,9%) viven en esa misma condición. El acceso a la vivienda se ha convertido en un tema crítico en las últimas décadas. Uno de los países más ricos de Europa mantiene tasas bajas de propiedad, y la mayoría de inmuebles pertenecen a pocas empresas privadas que se dedican al alquiler.
Recientemente se ha notado un alza en la renta. Incluso antes de la crisis sanitaria mundial, el alquiler había aumentado en más de 50% en nueve ciudades alemanas desde el 2005. Eurostats, la base de datos de la Unión Europea, revela que el 13,9% de hogares alemanes gasta más del 40% de sus ingresos en vivienda. La cifra es alarmante comparada con la de países europeos con ingresos mucho menores, como Portugal (5,7%). El costo de vivir en una ciudad como Berlín se ha vuelto insostenible para muchas personas de ingresos medios.
El referéndum que tuvo lugar el domingo ha sido producto de las acciones organizadas de ese mismo grupo de ciudadanos. El primer paso de la iniciativa fue recolectar 175 mil firmas. Es decir, han sido las y los berlinenses quienes han planteado la pregunta a la población en general. El requisito para que una iniciativa como esta prospere es que más del 25% de los electores la apoyen. Y así ha sido. El resultado del referéndum demuestra el grado de descontento con las políticas habitacionales entre la población. Ahora bien, esto no necesariamente quiere decir que se vaya a implementar la medida.
Aunque con mucha acogida popular, la consulta pública, como mencioné líneas arriba, no es legalmente vinculante. El gobierno puede decidir hacer caso omiso al referéndum. Es necesaria mucha voluntad política para que la iniciativa se convierta en una ley viable. Ahora la pelota está en la cancha de los partidos gobernantes en el Senado de la capital, elegido también este domingo. El ámbito de acción del referéndum, además, se limita a Berlín, que es una ciudad-estado según el ordenamiento federal alemán. Como tal, tiene sus propias leyes, que rigen únicamente en su territorio.
La coalición mayoritaria en el gobierno está conformada por los partidos SPD, La Izquierda y Los Verdes. El primero es el más fuerte de la coalición, y se coloca en contra de la expropiación de las viviendas. No será una negociación fácil.
Por otro lado, la iniciativa ciudadana enfrenta retos jurídicos. La DW explica cómo una interpretación de la ley considera compatible la expropiación con la Constitución alemana, mientras que los abogados de las inmobiliarias han denunciado que la propuesta carece de justificación legal sólida.
El problema de fondo es la especulación inmobiliaria, que ha sido paliado de distintas maneras con anterioridad. En el 2015 fue aprobada una norma que pretendía frenar el alza del costo de los alquileres. Llamada Mietpreisbremse, esta ley se propuso limitar la subida de contratos nuevos al 10% del alquiler medio de la zona en la que se encontraba la vivienda. Eso hace pensar que las tensiones actuales podrían aliviarse, en cierta forma, con medidas menos radicales que la expropiación.
Las votaciones de este fin de semana han traído consigo más incertidumbres que certezas. El sistema electoral alemán implica un proceso más complejo que la mayoría simple. El resultado del referéndum, por otro lado, no garantiza la expropiación, pero sí coloca el tema de la vivienda como uno prioritario para el próximo gobierno. Más que un ejemplo de expropiación, este caso muestra el poder de una ciudadanía organizada para fines colectivos.
ALEMANIA
PERÚ
¿Malas las expropiaciones perse?… No, sus ejemplos (en Alemania) lo indican.
¿Malas las expropiaciones en el Perú?… Sí… La experiencia de los 70, donde se expropiaron, para estatizarlas, todas las áreas de producción (agricultura, minería, pesquería), fue un fracaso.
Platonismo, idealismo está bien para el arte, para lo personal, pero no para gobernar un país.
Pregunta: ¿Qué impide ver eso?
Respuesta: La ideología
Saludos