El Archivo, los museos y un despido confirman la debacle
Hace casi un mes el Poder Judicial ordenó el desalojo del Archivo General de la Nación y todavía no hay noticias sobre lo que va a suceder con el material que es la base de la memoria de todo un país. Es decir, los documentos de todos los peruanos y peruanas.
Como nos recuerda Antonio Zapata en su artículo para La República, no se trata solo de documentos que son la materia prima para la historia, sino también el archivo notarial donde están todos los protocolos de los tramites privados y públicos.
El ministro de Cultura guarda prudencial silencio, quizás baraja, como sugiere Zapata, una mudanza al antiguo edificio del Correo donde se encuentra el archivo colonial “temporalmente” desde hace más de una década. Pero no olvidemos que se trata de un edificio que está en tan mal estado que las cañerías se rompen a menudo, causando aniegos, y que el techo del segundo piso se encuentra en tal estado de descomposición que las oficinas del AGN se han visto obligadas a mudarse al primer piso porque se teme que puedan colapsar en cualquier momento. Esta no es una solución ni siquiera a mediano plazo, porque lo que en realidad se necesita es que la sección colonial salga de allí.
Y así como tenemos un Archivo sin edificio tenemos un Museo sin colección. El flamante Museo Nacional de Arqueología (MUNA) en Pachacamac es una belleza arquitectónica construida en un terreno que debía de ser intangible por ser parte del complejo arqueológico, en cuya construcción se gastaron unos 130 millones de dólares. Fue inaugurado el 27 de julio de 2021, pero todavía no tiene una colección y, aparte de algunas muestras temporales, nadie se quiere hacer cargo de decidir qué poner allí, en gran medida, porque mis colegas se han pasado años debatiendo si se debió construir o no. El hecho es que ahora existe y sigue vacío.
Esto ocurre mientras que el Museo Nacional de Antropología, Arqueología e Historia en Pueblo Libre celebra su bicentenario con un techo caído desde 2019, cuando se dispuso su cierre por dos años. Luego vino la pandemia y quién sabe en qué estado esté ahora: la búsqueda de noticias en internet solo me lleva a la sección referente al Bicentenario, es decir, la llamada Quinta de los Libertadores que antes fue el Museo Bolivariano y luego fue el Museo de Historia.
¿Qué es lo que ocurre en el Ministerio de Cultura? En gran parte, esta debacle se debe a la altísima rotación de ministros y a que, cuando aceptan el cargo, no saben mucho de cultura y mucho menos de gestión, lo cual les hace mucho más difícil solucionar los complejos problemas que enfrentan con presupuestos irrisorios, además.
Cuando el jueves 16 de junio pregunté en la sesión del Consejo Consultivo del Bicentenario —del cual soy miembro— qué estaba pasando con el AGN, me dijeron que me informarían a la brevedad. Solo me confirmaron algo que ya sabía: que la construcción del nuevo local está en la agenda de la Conmemoración del Bicentenario desde el 2020, y que la resolución ministerial que declara la construcción del archivo como prioritaria data de 2019. Sin embargo, el tiempo pasa y no se hace nada. Lo repito: este no es un problema causado por este gobierno, pero dudo mucho que la actual administración tenga el interés o la capacidad para solucionarlo.
En vez de comunicar a la comunidad preocupada cuáles son las posibles soluciones al problema del Archivo, el ministro de Cultura, Alejandro Salas Zegarra, que es abogado y según su hoja de vida es magíster en gestión pública, decidió prescindir de los servicios de Soledad Mujica Bayly en la Dirección de Patrimonio Inmaterial que ocupaba desde 2011, aduciendo que no cuenta con la experiencia necesaria. Al parecer, sin tomar en cuenta que en la última década la Señora Mujica ha logrado que innumerables tipos de artesanías peruanas queden registradas en la UNESCO como patrimonio universal y que cientos de artesanos de todas las regiones del Perú exhiban y vendan sus productos en las ferias de Ruraq Maki.
Ante esta arbitrariedad, muchas personas llegaron de todo el Perú a la puerta del ministerio a manifestar su apoyo a la señora Mujica. Una vez más los ciudadanos nos indignamos, pero no pasa nada: la obra de una década no se considera y se retira del cargo a una funcionaria que ha visto desfilar por el despacho a casi una docena de ministros y que, a pesar de ello, logró objetivos increíbles para preservar la cultura peruana. Tenemos un museo que costó millones y al que muchos en el sector se opusieron por motivos válidos, pero que hoy existe y está vacío. Tenemos un museo con una colección que no logra albergar entre sus paredes porque ha quedado chico y que tiene un techo caído y que no existe en las redes.
Tenemos además al Archivo General de la Nación a la deriva, sin local, con orden de desalojo, y sin noticias de su estado o de cómo podemos ayudar. Los ciudadanos, desesperados, firmamos cartas, nos manifestamos, escribimos a los ministros y estamos a punto de comenzar una colecta como la que se hizo para la construcción de la Biblioteca Nacional… ¿pero será eso suficiente? ¿Es desidia? ¿Incapacidad? ¿O es, simplemente, la cruel confirmación de que en un país tan rico en producir cultura la cultura no importa?
Que desesperanza, la decidia es impresionante
Realmente triste la escasa a nula importancia que se da a la cultura en el Perú . Una pena lo de Rurak Maki.
En el caso del AGN no es un problema reciente es un problema desde hace 161 años sin resolverse, entiendo que desde el 2006 declararon mediante ley interés para la construcción del local. Más aún que creo que ha pasado por mas de tres veces la elaboración del expediente técnico elevando sus costos. Por otro lado, en Trujillo cesaron a Regulo Franco Jordán el descubridor de la Señora de Cao es increíble que el Ministerio de Cultura bajo reglas caprichosas de la burocracia estén utilizando argumentos que perjudican al sector cultura. Lástima y pena.
felicitaciones por la posición y enfoque a este ministerio de cultura tan venida a menos por la intromisión politica
Dios, Gracias Natalia por mencionar el caso del Museo Bolivariano, ahora MNAAHP, desde el cual se pretende «retirar » la biblioteca de la Sociedad Bolivariana del Perú con valiosa documentación y colección bibliográfica que da cuenta de la vida institucional y académica de generaciones de intelectuales que pertenecieron a la Sociedad. Solamente la que se podría llamar ‘Colección de Celebraciones del Sesquicentenario de la Independencia’ es muestra de lo anterior …Palabras faltan para expresar el hielo que corre por las venas ante tanta indiferencia, La Sociedad Bolivariana tenía su ‘asiento’ institucional en ese museo desde su fundación en 1927 y esta biblioteca data desde esos inicios….