El quechua de Dina


¿Tiene la presidenta derecho a hablar en nombre de los pueblos indígenas?


“Manan suwaqchu kani”, fue una de las últimas frases que pronunció la presidenta peruana Dina Boluarte durante su más reciente y accidentado mensaje a la Nación del 30 de marzo. Se traduce al español como “yo no soy ladrona”.

Recordemos que en las recientes semanas, el medio virtual La Encerrona destapó un escándalo que hizo tambalear al gobierno de turno de una manera que ni la indignación por los casi cincuenta muertos durante el estallido social consiguió: el aparente enriquecimiento ilícito de la presidenta expresado en relojes de lujo, cuyos precios oscilan entre los 5 mil y 16 mil dólares.

Desde que asumió la presidencia en diciembre de 2023, Dina Boluarte ha usado en diferentes ocasiones dos características suyas para defenderse de opositores y de acusaciones de corrupción: ser mujer —y, por tanto, que cualquier ataque tendría un trasfondo machista—, y presentarse como una mujer andina que se expresa con ocasionales alocuciones en quechua, lengua indígena hablada en su región natal de Apurímac por casi el 70 % de la población. Ella nunca se ha presentado explícitamente como indígena, pero cuando usa el quechua se refiere a sí misma como una “hermana” (panay), jugando con cierta ambigüedad.

Luego de las decenas de muertes ocurridas durante las protestas al inicio de su mandato —la mayoría de ellas en las regiones más quechuablantes del país (Cusco, Puno, Ayacucho)—, Boluarte se encuentra, al menos en esos lugares, en una posición complicada. Por ejemplo, en la plaza de su natal Challhuanca ondeó por varios meses una bandera peruana en blanco y negro en señal de luto. Frente a esto, ¿qué significa el uso político del quechua por parte de la mandataria peruana?

El quechua es hablado por casi cuatro millones de personas en Perú, y es difícil referirnos a una ideología política del quechua debido a su uso masivo en diferentes regiones del país. Pero algo que sí queda claro es que Boluarte lo está usando de manera estratégica para intentar presentarse como una mujer popular. De alguna manera, es una táctica para cooptar la indigeneidad que desde la capital peruana se percibe con miedo e incertidumbre. Esto no es nuevo: el Perú como país tiene una larga tradición de apropiación de lo “indígena” con fines políticos, turísticos y económicos, pero sin necesariamente incorporar a sus organizaciones, líderes y agendas.

De todos modos, no deja de resultar irónico que durante el gobierno de una mujer quechuahablante se haya dado una de las mayores represiones hacia comunidades indígenas en los Andes. Por más saludos en quechua que aparezcan en los discursos de Boluarte, estos no parecen traducirse en un cambio de la política gubernamental de seguir culpando de los fallecimientos a los propios muertos, a sus familiares y hasta a países foráneos, en lugar de aclarar los aparentes abusos ocurridos desde las fuerzas del orden y los responsables políticos. 

Aquel discurso presidencial del 30 de marzo, terminó con un vitoreo de la presidenta: “Kawsachun Perú!” — “¡Qué viva el Perú!”, en quechua —, el cual fue replicado en coro por sus ministros de Estado, quienes la acompañaban. Por supuesto que el mensaje llegó a su fin y no aclararon ninguna de las acusaciones de corrupción sobre los relojes, y mucho menos sobre los muertos del estallido social. 

Presidenta: sus turaykuna y ñañaykuna —“hermanos y hermanas” en quechua—, como usted los llama en televisión nacional, siguen esperando justicia y no solo saludos calculados para modelar su imagen.


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5 comentarios

  1. Jessica Agüero

    Gracias x poner en la mesa este tema tan importante q pasa desapercibido en el contexto actual donde la corrupción no nos permite análisis más profundos q la coyuntura. La pluriculturalidad de nuestra nación es una tarea pendiente. Saludos – Jessica Agüero

  2. Interesante artículo. Es importante denunciar la instrumentación del quechua que ejerce la inquilina de palacio, y es más vergonzoso que reiteradamente se equivoque en su uso, un caso habitual es que siempre dice «panay» para referirse a las mujeres, cuando este termino solo puede ser usado por hombres. Entre mujeres el termino propio es «ñañay».
    Entender las dicotomías y complementariedades en las nomenclaturas de parentesco quechua es básico. Pero siendo un erro que viene desde la «lideresa» de un país es mucho más que lamentable.

  3. Miguel Calderon

    El quechua es una lengua como cualquier otra, ya dejen de menospreciarla al invocar un supuesto uso político, como si los quechua hablantes fueran unos tontos manipulables. Felicito su uso para comunicarse con la población que la usa, para eso es, para usarla y no para tenerla en un museo indigenista. Dina la ha usado varias veces, siendo quechua hablante proveniente del Perú profundo, … que es lo que les duele a los zurdos, tan desesperados por adelantar elecciones para que los Salas Arena y Corbetto las manejen a su antojo (esa es el objetivo de fondo).

    «represión a las comunidades andinas de los andes» de que habla este señor???? , con esa generalización bastarda está confundiendo a las comunidades andinas con una pequeña masa variopinta de desadaptados y delincuentes ideologizados,, (provenientes principalmente de ciudades de puno, cusco), que con el uso de la violencia, la muerte y el delito, se levantó contra el orden constitucional, para reponer a un presidente que dio un golpe de estado como el de Fujimori .

    Pareciera que los supuestos liberales y liberalas de por acá, se zurraran en tremendo intento de violación de los derechos civiles por parte de Castillo, seguro lo habrían apoyado y festejado..

  4. Juan Garcia

    Al igual que tantos otros presidentes antes que ella, Boluarte utiliza el idioma quechua como un adorno, pretendiendo que al hablar quechua gana algo de respaldo ante una gran masa de peruanos. Ella parece creer, sinceramente, que declarándose «mujer quechuahablante» ya es suficiente para desarmar a sus críticos y ocultar su grosera ineptitud para el cargo, donde tras casi un año en funciones no tiene logros políticos serios que mostrar.
    Quizá algún adulón de turno (hoy llamados «asesores») le propuso lanzar un puñado de palabras en quechua para ganarse el apoyo de sus compatriotas quechuahablantes, y de paso, jugar a la «estadista» que fantasea ser. Obviamente, su teatral discurso no cambia ni una pizca de su incapacidad ni de su impopularidad.
    Esto no es novedad. Ya hace casi cien años Leguía «adornaba» discursos suyos con frases en quechua (idioma que él desconocía), y con similar meta el quechua ha sido empleado por varios gobiernos peruanos, para fingir nacionalismo, o aparentar cercanía con el peruano común, Boluarte es solo la última muestra de un circo ya conocido.

  5. Excelente pregunta. Los valores de las comunidades originales ancestrales no se comprarán con los valores que demuestran los gobernantes actuales del Perú, y muchos menos de la presidenta quien sigue el modelo colonialista que no representa a la comunidades de las culturas originales. El buen vivir como lo dice Ruth Shady en su libro “Reflexiones para el
    Buen vivir” en donde muestra cómo la cultura Caral conservó valores que convirtieron a esta cultura en la gran civilización que hoy son. El buen vivir se refería a vivir en armonía con la naturaleza y los seres humanos, el respeto a l diversidad, el pensamiento crítico para resolver problemas, la formación integral del ser humano y la toma de decisiones justas para el buen desarrollo de todos. La señora Dina no muestra hasta el momento un señal que se asome a ninguno de estos valores, por lo contrario sigue la línea colonizadora.

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