Rusia pone a prueba la paz internacional otra vez
Luego del fin de la Segunda Guerra Mundial en 1945 los conflictos entre estados han ido decreciendo significativamente. Esta situación de aparente paz internacional puede ser explicada por factores diversos, como la hegemonía de Estados Unidos durante las décadas posteriores, la construcción de un sistema de comunidad internacional o la expansión de las democracias. Sin embargo, las acciones de Rusia de las últimas semanas, lideradas por Vladimir Putin, han puesto en tela de juicio la solidez de ese orden.
De acuerdo a la evidencia de la inteligencia estadounidense, Putin ha hecho desplazar a la frontera de Rusia con Ucrania todo lo necesario para iniciar una guerra. Si así lo deciden, las tropas podrían invadir la zona fronteriza con el fin de integrar el país entero o parte de él al territorio ruso. Esta es una práctica cada vez menos frecuente entre naciones, pero no en la historia de Rusia. En 2014, este mismo estado anexó “pacíficamente” a su territorio la península de Crimea. Aunque esta incorporación todavía no es reconocida por el grueso de la comunidad internacional, el evento es un precedente para el escenario de hoy.
Aquella vez con Crimea, Rusia se “salió con la suya”. Si bien enfrentó algunas sanciones económicas por parte de Occidente –principalmente de Estados Unidos–, sus actuales intenciones de invadir Ucrania demuestran que no tuvieron el efecto esperado. Por esa razón, la atención del mundo ha girado nuevamente hacia EE. UU. con una pregunta central: ¿qué harán para detener esto?
Un informe del Washington Post destaca al menos dos razones por las cuales Putin podría estar interesado en invadir Ucrania. Primero está el factor étnico y cultural. El presidente ruso arguye que Ucrania es parte de Rusia, ya que antes perteneció a la Unión Soviética. Y más. Durante casi tres siglos (1654-1917) lo que hoy conocemos como Ucrania fue parte del imperio ruso. Además de ese pasado histórico en común, el informe reconoce a Ucrania como étnicamente rusa. Comparten características culturales y el idioma. El ucraniano es el idioma más hablado en ese territorio, pero se calcula que el 30% de la población habla ruso.
Encuestas recientes indican que la población ucraniana está dividida en dos: una parte tiene una actitud positiva hacia Rusia (41%) y otra, una negativa (42%). De acuerdo al Instituto Internacional de Sociología (Ucrania), en 2008 un 20% de ucranianos encuestados estaban a favor de unir su territorio al de Rusia. Hoy, en el 2021, solo el 6% está de acuerdo con esa premisa. Por otro lado, fue la cercanía cultural entre Rusia y Crimea una de las razones por las que su anexión fue pacífica. La pregunta es si esa cercanía sigue siendo suficiente para invadir parte o todo el territorio ucraniano.
La otra razón esbozada por analistas en el informe de Washington Post es probar qué tan fuerte es Occidente y sus alianzas, específicamente la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Debido a esto, el motivo del despliegue de fuerzas militares rusas a la frontera occidental no reside en invadir realmente a su vecino, sino en ejercer presión sobre determinados países. Por el momento Ucrania no es miembro de la OTAN, pero Putin ha expresado su descontento con una posible integración de ese país a dicho acuerdo.
El límite que Rusia comparte con Ucrania es extenso y el fortalecimiento de Ucrania con la OTAN representa una amenaza a sus fronteras. Putin rechaza tal posibilidad y su tentativa de invadir Ucrania es una forma de expresarlo.
Es interesante que, en medio de las tensiones, las preocupaciones se enfoquen en la decisión de Estados Unidos. ¿Qué tienen que decir los ucranianos al respecto? El gobierno en Kiev, representado por su presidente Volodymyr Zelenskyy, indicó la importancia del apoyo de Joseph Biden como una victoria para su país. El jefe de Estado ucraniano destacó el soporte estadounidense en defensa de su soberanía e independencia. Idealmente, los estados deberían defenderse a sí mismos ya que en eso reside su soberanía. Estas declaraciones muestran la frágil situación de Ucrania como un territorio de conflicto entre dos fuerzas externas.
Por el momento, Biden tuvo una conversación esta semana con Putin acerca de sus intenciones. Según reportó la Casa Blanca, el presidente de EE.UU. amenazó con imponer severas sanciones económicas a Rusia si es que procedía con sus planes. Por otro lado, la participación militar estadounidense ha sido descartada por el propio gobierno. Así disminuyen las posibilidades de una guerra entre países. Sin hegemonía, Rusia ha demostrado tener otros mecanismos para proteger sus intereses. Aparentemente, el viejo dragón de las grandes guerras continuará dormido por un tiempo.