Alcanfores 1190


De perros y turbas: ¿podemos aprender algo de la noticia más rara de la semana?


Ray Ray. Es periodista, guionista y flaneur digital basado en Lima, Perú. Escribe sobre crítica cultural desde que aprendió a usar la Internet y se esfuerza todos los días por no ser un hikikomori.


ANTECEDENTES

El asedio frente a Alcanfores 1190 alcanza su tercer día. Entre reporteros de televisión, influencers con el celular en la mano y un cerco de policías, una turba de vecinos indignados mantiene la línea frente al edificio donde habita una mujer que pasó del anonimato a ser un meme a nivel nacional en cuestión de horas.

Un video de la mujer se volvió tendencia desde el sábado 28 después de que su confrontación con una celebridad local quedase registrada para ser compartida automáticamente a través de las redes sociales. El actor Andrés Wiese, conocido por interpretar al galán ‘Ricolás’ en la teleserie Al fondo hay sitio, estaba paseando su mascota en el pudiente distrito de Miraflores cuando fue interpelado por la señora en cuestión, que le increpó de forma hostil que aleje el perro de su casa. El actor, que se encontraba en la vereda ―es decir, en el espacio público― contestó que su perro no había ensuciado nada y que, en todo caso, cargaba con bolsas para recoger sus desperdicios. La señora perdió la compostura, lo atacó físicamente, y luego amenazó con dejar veneno para matar a cualquier animal que se acercase a su propiedad. También declaró que el perro del actor era feo.

Debido a la popularidad de Wiese el video se viralizó casi de inmediato y, gracias a que estamos en el año 2023, la identidad y dirección de la agresora también se volvieron de conocimiento público. De hecho, después de pocas horas la dirección ‘Alcanfores 1190’ se convirtió en tendencia en X, mientras que en Google Maps fue catalogada como ‘Casa de loca que golpea y amenaza en matar perros’ (sic). 

LA TURBA ENARDECIDA

Ya que la dirección se hallaba cerca de las zonas más concurridas del distrito, no tomó mucho tiempo para que la gente empezase a llegar. Animalistas, transeúntes curiosos y vecinos indignados acompañados de sus mascotas tomaron la calle frente al edificio. Entre exigencias de que la mujer pida disculpas hasta amenazas subidas de tono, el lugar ha sido durante los últimos días el escenario de esta extraña ocurrencia en la que una ciudadanía se une para  protestar frente a la casa de alguien que no tiene nada que ver con la política. 

Tomarse selfies o subir stories desde Alcanfores 1190 se hizo la moda del fin de semana. La combinación perfecta entre descontento social honesto y una villana que rápidamente se volvió aún más antipática para la ya enganchada audiencia. Después de agredir al actor y amenazar con envenenar mascotas, algunas de las declaraciones de la atacante incluyeron que se va a ir del país porque la están acosando, y que tanto Wiese como la gente que lo apoya son ‘caviares’.

El actor, por su cuenta, ha pedido en sus redes que por favor dejen a la señora en paz y no la busquen frente a su edificio, en el cual, obviamente, también viven otras personas que no tienen nada que ver con el asunto. También dijo que ya está procesando una denuncia por el ataque.

Entonces… ¿podemos aprender algo de toda esta locura? Aunque algunas lecciones sean evidentes (como, por ejemplo, no amenazar a celebridades públicamente mientras te graban), quizá haya otras ideas menos obvias que me pareció pertinente tomar en consideración.

IDEAS POCO OBJETIVAS

1) La gente quiere a sus mascotas más que a sus hijos. En mis 35 años he oído a más personas de las que esperaría contarme acerca de cómo se arrepienten de ser padres, pero nunca a nadie decir algo parecido sobre sus mascotas. Admitámoslo: la tasa de reproducción ha estado en constante declive en el Perú desde 2011 porque a mucha gente de mi generación (y menores) no les da el interés o el presupuesto para tener hijos. Además, un perro nunca va a crecer y decirte que eres facho. La adopción de mascotas, en cambio, ha despegado exponencialmente, y junto a ella toda una industria de ropita, fiestas de cumpleaños y cadenas de tiendas especializadas. Por eso andar diciendo que quieres matar perritos está peor visto que nunca. 

2) A falta de justicia, redes sociales. Andrés Wiese tenía evidencia de cómo la pobladora miraflorina lo agredió físicamente y amenazó la vida de su mascota. Tanto la agresión como la amenaza son delitos, y en la parte final del video se ve cómo un agente de seguridad municipal interviene en la escena. Sin embargo, es el actor mismo quien ha tenido que poner una denuncia, lo que significa que ni la municipalidad ni la policía hicieron nada por encargarse de alguien cometiendo delitos en la vía pública que, encima, están registrados. Miraflores se supone que es uno de los distritos más seguros de Lima, pero igual Wiese requiere del apoyo en redes sociales para que las autoridades tomen cartas en el asunto.

No hace falta decir que en el Perú existe una gran desconfianza frente a los representantes de la ley. Repetidas veces se han vuelto virales videos y acusaciones de policías o comisarías que no quieren aceptar denuncias o se burlan de las víctimas. Por eso la única justicia que solemos buscar es a través de una cámara y la esperanza de que despegue en redes.

3) En redes sociales a muchas personas la violencia les parece justicia. Tanto defendiendo a la agresora y sus agresiones, como pidiendo que se le haga daño físico o emocional a la denunciada, en redes sociales la gente tiene sed de sangre, así que tampoco es tan buena idea dejar que las turbas reemplacen a las autoridades legales.

4) Qué miedo estar en el ojo público. A pesar de lo mala onda de sus acciones, no estaría mal un granito de empatía con la señora, que seguro no imaginó que terminaría atrapada en un episodio de bajo presupuesto de Black Mirror. Caerle mal a tus sobrinos y vecinos es una cosa, pero ser criticada a nivel nacional y tener una multitud enardecida gritándote fuera de tu casa es algo para lo que (casi) nadie está preparado. Los comentarios posteriores que hizo frente a la prensa fueron en el mejor de los casos poco cuidadosos, y, en el peor, simplemente incendiarios. ¿Existen agencias de relaciones públicas para individuos comunes y corrientes? Con el crecimiento del funeo digital, nadie está completamente libre de cometer una imprudencia en público, e incluso nuestras celebridades, acostumbradas a cámaras y atención, no suelen saber reaccionar bien ante estas situaciones. Idea de negocio. Sería una mejor inversión para la agresora que irse de viaje, en todo caso.

EL FUTURO

El escrutinio público es intenso pero dura poco. Pronto olvidaremos el rostro y el nombre de la señora, si es que alguna vez siquiera lo supimos. Quizá la dirección de su edificio quede como un meme, o una referencia a los agresores de mascotas. Lo que no se borrará pronto, acaso, es el sentimiento de la señora de un rechazo público de una intensidad que la mayoría de nosotros jamás experimentaremos. La paranoia de que la estén mirando mal cuando compre en Wong (porque obvio que compra en Wong), o que los amigos de sus hijos o sobrinos les hagan bullying por ser sus familiares. Andrés Wiese se ha dado cuenta de las desproporcionadas e inesperadas repercusiones que están teniendo la denuncia sobre la vida de la agresora, y quizá es algo en lo que debamos ponernos a pensar todos un poco también. En este caso el agredido no recibió defensa de ninguna autoridad, y la agresora, al haber sido procesada en el momento, ha sido expuesta públicamente, causándole más estragos de los necesarios.

Teniendo todo esto en cuenta, no estará mal procesar este evento para pensar en soluciones para el futuro inmediato. ¿Cómo intervienen las redes sociales en la búsqueda por justicia? ¿Qué podríamos hacer para evitar el linchamiento popular digital? Son preguntas interesantes qué hacernos como ciudadanos, pero si las autoridades no están pensando ya en cómo evitar este tipo de sucesos, estamos mal. Sabemos que por un lado ha sido un tema gracioso, pero que la comedia no nos ciegue de la tragedia del asunto.


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